Viernes 1 de junio de 2012
+ Homo
videns o lucha de clases
+ 132:
ni idea de 68 ni halconazo
Como todo
movimiento de masas, el YoSoy132 entró en los vericuetos de Babel:
muchos lenguajes, bastantes caminos, demasiados objetivos.
El posicionamiento del asambleísmo de ayer jueves en las islas de Ciudad Universitaria dejó
muchos hilos por tejer:
1.- Dos
posiciones quedaron con el control político de la asamblea: los unamitas de CU con las exigencias de la agenda de López Obrador de la vieja izquierda
dogmática y antisistémica y hoy de la coalición neopopulista y los
universitarios privados con la temática mediática. Así, el movimiento
quedó atenazado entre la lucha de clases y el homo videns.
2.- El discurso
político de los estudiantes cayó en el descubrimiento que hizo hace
tiempo don Eulalio Ferrer en su libro De la lucha de clases a la lucha de
frases, sin duda el vicio heredado del 68: creer que la revolución
se hace con frases.
3.- El
Movimiento 132 dejó sin aclarar el sentido de su discurso político. Todo
discurso político se mueve en tres pistas: el poder como dominación, los
símbolos como cohesión y la ideología como propuesta. El de los estudiantes se
agotó en discurso la evasión por confusión.
4.- Del lado de
la propuesta política de los unamitas destacó la agenda de la oposición
perredista como exigencia, no como propuesta crítica. La petición de
juicio político no tardará en asumirse como discurso de campaña de López
Obrador.
5.- Del lado de
los estudiantes de universidades privadas, sus programas de estudio orientados
a reforzar el status quo conservador y neoliberal no les
permitieron ir más allá del desconocimiento de las relaciones sociales. Por eso
su bandera sorprende a incautos: “empoderar al ciudadano a través
de la información”, lo que no se sabe exactamente qué quiere decir: ¿ciudadanos
informados llegarán al poder o meter a los ciudadanos a las
estructuras de poder de las políticas editoriales de los medios electrónicos?
Empoderar viene de apoderar, es decir: tomar o meter. ¿Hace revoluciones
la información? Los jóvenes de universidades privadas se quedaron, ahora sí, en
el 68: el modelo autoritario que fue demolido por periodistas y analistas
en la lucha 1968-2000. En realidad, los programas de estudio de las
universidades privadas han ignorado el cambio político de ese periodo y
los estudiantes hoy están descubriendo el agua tibia.
6.- La agenda de
la transición pasa por la reforma del poder real, por la democratización
de las estructuras de dominación de una hegemonía --ni siquiera llega a clase
dominante-- y por la reforma de los programas de estudio para abandonar
el papel de la educación pública y privada como aparato de dominación ideológica de esa hegemonía.
7.- En su
posicionamiento, el Movimiento 132 establece dos premisas críticas: “la miseria,
desigualdad, pobreza y violencia que vive el país” y que “el sistema político y económico actual no responde a las demandas de todos los mexicanos”.
Pero aterrizan en una solución falaz: “los estudiantes unidos de
este país creemos que una condición necesaria para corregir esta
situación consiste en empoderar al ciudadano común a través de la
información”. Hasta donde se tienen datos científicos, los cambios
reales vienen por la lucha de clases violenta o pacífica, no por un programa de
televisión.
8.- Y resulta
que la gran propuesta mediática para “democratizar la información”
radica en la transmisión en cadena nacional del segundo debate,
atentando contra la libertad de opciones que debe tener el ciudadano. No
se entiende cómo los estudiantes repudian el sistema político actual y
luego piden que se imponga por decisión autoritaria a todo el país. Los
estudiantes ignoran que el programa que obliga a apagar la radio una hora a la
semana es La Hora Nacional, en cadena nacional.
9.- El
Movimiento 132 se quedó en la fase de los video-game y el cambio
social parece para ellos un programa de Nintendo. Con ello los estudiantes
privados demuestran la enajenación --diría José Revueltas en el 68-- de
la educación respecto a la realidad: el modelo de desarrollo, el sistema político
y el control social son producto del dominio constitucional, es decir,
las relaciones de clase como relaciones sociales controladas --otra vez
Revueltas-- por el Estado “total y totalizador”.
10.- La gran reforma
que deben hacer primero los estudiantes es la de sus programas de
estudio --Revueltas y Allende-- para que conozcan la verdadera explotación, no la de la tele sino la del sistema productivo en la
fábrica, el campo y la burocracia, lo mismo por los dueños de las empresas que
por los sindicatos que mediatizan al trabajador.
11.- La
propuesta de los estudiantes de querer hacer un conteo de votos
electorales paralelo o de ser observadores será una pérdida de tiempo porque el
fraude, de darse, no será ahí. Los electores cautivos de los partidos,
lo mismo del PRI que del PRD y el PAN, necesitan de estudiantes que les abran los ojos, y ahí debería haber brigadas estudiantiles de aleccionamiento
electoral en todo el país, sobre todo en las comunidades rurales.
12.- El
Movimiento 132 podría naufragar en el mismo pantano en el que se ahogó
el dinamismo político del EZLN: el asambleísmo babélico, la demagogia
fundamentalista democratizadora, el intento inútil de conciliar corrientes,
grupos y movimientos, la intención de sumar sin control y sobre todo el coyunturalismo.
Pero sobre todo, ignorar que los sistemas se reforman en las relaciones
sociales de producción, no en la tele. Por eso han fracasado todos los movimientos estudiantiles desde 1958.
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carlosramirezh@hotmail.com
@carlosramirezh
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