Sistema financiero mundial falló a los países en desarrollo y desapareció la solidaridad mundial: ONU

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  • ONU reclamó a países desarrollados que si no se vacunan a todas las personas, se crea un entorno para nuevas variantes de Covid que paralizan la vida cotidiana y las economías.
  • Economías de la mayoría de países enfrentan una inflación sin precedentes, la reducción del espacio fiscal, los altos tipos de interés y el aumento de los precios de la energía y los alimentos.

 La crisis causada por el Covid-19 ralentiza drásticamente la recuperación económica mundial y pone en peligro los logros alcanzados en el avance de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, declaró el Secretario General de la ONU en la jornada inaugural del Foro Económico Mundial, conocido popularmente como el Foro de Davos, que este año se celebra de forma virtual.

En su intervención, António Guterres puso sobre la mesa lo que consideró una evidencia “brutal” que se ha ido sucediendo durante los dos últimos años: “si dejamos a alguien atrás, al final todos quedamos atrás”.

“Si no vacunamos a todas las personas, damos lugar a nuevas variantes que se propagan a través de las fronteras y paralizan la vida cotidiana y las economías” explicó y extendió su razonamiento a los problemas que genera la financiación de la deuda a los países en desarrollo, cuando indicó que “si no reducimos las desigualdades, lastraremos el progreso económico de todas las personas en todos los países”.

A estos problemas, le añadió la dificultad de alcanzar las actuaciones climáticas necesarias que, de no cumplirse, empeorarán las catástrofes y los desplazamientos masivos.

Por ello, destacó que la consecuencia de todos estos factores serán un mayor malestar social y un incremento de la violencia.

“No podemos permitirnos este tipo de inestabilidad. Para trazar un nuevo rumbo, necesitamos que todos se pongan manos a la obra, especialmente todos los miembros de la comunidad empresarial mundial”.

Para alcanzar esta nueva trayectoria, Guterres delineó tres áreas principales de actuación: abordar la pandemia de Covid-19 con “equidad y justicia”, la reforma del sistema financiero mundial “para que funcione en todos los países” y respaldar una auténtica acción climática en los países en desarrollo.

Es urgente conseguir una vacunación más igualitaria

El Secretario General recordó que no estamos lejos de conseguir los objetivos que se marcó la Organización Mundial de la Salud el pasado otoño: vacunar al 40% de las personas en todos los países a finales del año pasado, y al 70% a mediados de este año.

“Las tasas de vacunación en los países de altos ingresos son -vergonzosamente- siete veces más altas que en los países africanos”, apuntó y destacó la necesidad de que todos los países prioricen el suministro de inmunizaciones al mecanismo COVAX y que las empresas farmacéuticas compartan licencias, conocimientos y tecnología con los países en desarrollo.

Esta actuación tendría que acompañarse de planes de vigilancia, detección temprana y respuesta rápida en todos los países ante las futuras pandemias y reforzando la influencia de la Organización Mundial de la Salud.

El sistema financiero mundial falló a los países en desarrollo

En el apartado económico, Guterres destacó que estamos consolidando la fase de recuperación de la pandemia de forma “desequilibrada”.

“Más de ocho de cada diez dólares de la recuperación se están gastando en los países desarrollados. Los países de bajos ingresos están en gran desventaja”, destacó.

Entre las consecuencias que afectan a la recuperación de los países de ingresos bajos y medios enumeró diversas “cargas” como son una inflación sin precedentes, la reducción del espacio fiscal, los altos tipos de interés y el aumento de los precios de la energía y los alimentos

“Ahogan cualquier esperanza de crecimiento al dificultar aún má que los gobiernos inviertan en los sistemas sostenibles y resistentes que la gente necesita.  La salud, la educación, el trabajo decente y la protección social no son sólo derechos humanos. Representan colectivamente el motor económico de un país”, resaltó.

Un motor que consideró que actualmente “está parado” y produce “consecuencias nefastas” para los medios de vida de las personas, especialmente para las mujeres y los jóvenes.

“El sistema financiero mundial les ha fallado cuando más lo necesitan. Y la solidaridad mundial ha desaparecido.”, sentenció.

Pare recuperarlo, resaltó la necesidad de lograr un sistema financiero global que se adapte a las necesidades actuales y que comprenda:

  • La reestructuración urgente de la deuda
  • Ir “más allá” del Producto Interior Bruto, para medir, mitigar y preparar la vulnerabilidad y los riesgos de inversión, especialmente los riesgos climáticos
  • Atajar la corrupción y los flujos financieros ilícitos garantizando que los sistemas fiscales sean justos
  • Juntar a gobiernos, empresas y el sector financiero para que aumenten su inversión en los países en desarrollo