Abandono digital

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Jesús Romero-Trillo

“Hablante nativo da clase de latín”. Este era uno de los anuncios más populares, e irónicos, entre los muchos que llenaban los tablones de anuncios de la Facultad de Filología de la Universidad Complutense hace algunos años. Aunque todos somos hablantes nativos de nuestra lengua recientemente se ha popularizado el concepto de “nativos digitales” para describir a la generación que crece con un móvil entre las manos. El problema es que el lenguaje digital está en constante evolución y conocerlo a fondo es una tarea compleja.

La campaña “soy mayor, no idiota” ha puesto sobre la mesa el problema de la brecha digital y la dificultad que tienen las personas mayores para acceder a muchos de los servicios públicos que exigen competencias digitales. A diferencia de otras campañas en las que los promotores tienen que esforzarse en explicar las bondades de firmar a favor o en contra de alguna causa, en este caso la situación es tan evidente que el impulsor de la campaña, un médico valenciano de 78 años, ha conseguido recoger 600.000 firmas en pocas semanas.

Saber utilizar el móvil para realizar gestiones administrativas esenciales, y no únicamente para mantener contacto con los familiares y amigos, no debería ser obligatorio. Además, tener un teléfono para realizar trámites que hasta hace poco se realizaban presencialmente supone un gasto elevado. Según el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social en marzo de 2021 había cerca de diez millones de pensionistas en España, siendo la pensión media de 1.030,96 euros. No hay que olvidar además a las 445.000 personas que reciben la llamada pensión no contributiva y que cobran 421,40 euros al mes.

El Estado debe legislar con urgencia para que se garantice el acceso presencial a todos los servicios públicos. No se puede aceptar que los mayores, que han sido los grandes afectados por la pandemia, sufran ahora el abandono digital.

Catedrático de Filología Inglesa en la UAM

Publicado originalmente en elimparcial.es