Claudia Sheinbaum. La evolución del liderazgo local

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Xóchitl Patricia Campos López

El escenario internacional ha perjudicado el proceso de sucesión presidencial en México, la ambigüedad de la política exterior hacia el conflicto Ruso-ucraniano genera desconfianzas de las élites hacia los políticos cercanos a López Obrador. Incluso la figura de Ricardo Monreal puede verse desgastada por formar parte del círculo interno de Morena.

No ocurre esta situación con la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, el problema de la Guerra en Europa del Este puede constituirse como brecha de oportunidad para que la figura de Sheinbaum consiga recuperar la popularidad y aprobación frente a la descomposición de las relaciones internacionales mexicanas.

La sucesión presidencial de Vicente Fox se perjudicó notablemente cuando la política mexicana se sustrajo del conflicto Islam-Occidente, sobre todo Jorge Castañeda canceló su trayectoria política pues fue considerado responsable del equívoco en la relación de nuestro país con Norteamérica. Los otros naipes del presidente Fox también fueron reprobados por el severo conflicto entre George Bush y Osama Bin Laden. En ese momento, uno de los personajes más débiles del panismo logró el empoderamiento frente al escenario electoral complicado para Acción Nacional.

Los desatinos de AMLO permiten articular a Sheinbaum una candidatura nueva y recuperada de apoyos legítimos, evitando incorporarse al declive de la figura presidencial. El rumbo de la guerra en Europa del Este implica el descarte de Marcelo Ebrard, el nivel de violencia derivado de la guerra contra el narcotráfico elimina a Ricardo Monreal cuya figura cada vez parece más asociada a estos ambientes. No es así con la Jefa de Gobierno, a partir de la descalificación que tienen los poderes Ejecutivo y Legislativo; Sheinbaum tiene la oportunidad de reconstruir su propuesta de gobierno y unificar el progresismo liberal con las demandas históricas de los movimientos sociales. Las posibilidades de su evolución política dependen de la unificación de plataformas electorales entre la clase media urbana y la atención a las demandas históricas de los pueblos subalternos.

No obstante que la aprobación presidencial tiene una prospectiva a la baja conforme se aproxima el fin del sexenio, la Ciudad de México constituye la entidad con mayor proporción electoral por las izquierdas y el progresismo. La ralentización de figuras como Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal significan la posibilidad de que Sheinbaum patrocine su propia campaña y recupere el territorio cedido frente al protagonismo de otros actores.

El escenario internacional para la Cuarta Transformación se descompuso por todos lados, a pesar del intento aislacionista México no puede evitar la influencia de la globalización por más que se denuncie el neoliberalismo necropolítico. Queda la oportunidad para que los perfiles locales hagan gala de su liderazgo y eficacia frente a los problemas cotidianos, pero también con la advertencia de un mundo cada vez más estrambótico y desordenado.