La reforma político-electoral: un nuevo golpe al conservadurismo mexicano rumbo a la presidencial del 2024

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Gerardo Lozada Morales

Se viene otra gran prueba para el sistema político mexicano, rumbo a la contienda presidencial del 2024, principalmente para la actual oposición ya consolidada como PRI-PAN-PRD y MC. El presidente Andrés Manuel López Obrador adelantó los puntos que tendrá la reforma político-electoral con el fin de sanear los procesos de elección que han sido altamente cuestionados en el presente siglo XXI, así como a la representación política y la actividad de los partidos. Cabe recordar que durante las elecciones de 2006 y 2012, el INE respondió a intereses oligárquicos al dejar de lado la principal defensa de la democracia y minimizar a la participación ciudadana. Y no es casual mirar que, desde sus orígenes, el instituto nació para solventar las crisis sistémicas del ancien régime.

La propuesta de reforma, apunta a generar un ahorro de 24 mil millones de pesos, sustituir al INE por el Instituto Nacional de Elecciones y Consulta (INEC), vincular a la sociedad para la elección de magistrados y consejeros. Reducir a los consejeros para pasar de 11 a 7, de la misma manera que la desaparición de los diputados plurinominales que jamás han representado a la sociedad sino a intereses de líderes políticos o cuotas partidistas, y así reducir las curules de diputados de 500 a 300, al igual que las senadurías que pasarían de 128 a 96, incluyendo su selección mediante la votación de listas postuladas por los partidos, así como incluir a candidatos independientes.

Cabe señalar que la propuesta apunta también a lo local, con la desaparición de los 32 organismos públicos locales electorales (OPLES), para que sus funciones sean ocupadas por el TEPJF, reducir la cantidad de legisladores locales y regidores municipales.

La propuesta incluye también ponerle un grillete al financiamiento público ordinario de los partidos políticos, limitar los recursos públicos para que se les destinen únicamente en procesos de campaña, y limitar sus tiempos en televisión y radio. Pues su gasto asciende anualmente a 11 mil millones de pesos, y si hacemos una reflexión, los partidos políticos tradicionales en el sistema político mexicano (PRI-PAN-PRD), han dejado de representar desde hace años a los intereses sociales, siendo cooptados por intereses de grupos oligárquicos. Se busca implementar el voto electrónico, reducir al 33% a la participación ciudadana para que la revocación de mandato sea vinculante, y buscar la creación de la legislación única en materia electoral para hacerla un instrumento consolidado.

Es sin duda una propuesta que no sólo incluye a la sociedad, a la austeridad republicana en plena crisis económica mundial, sino que también, es una estrategia que volverá a azotar a la actual oposición que se vio vapuleada desde el ejercicio de revocación de mandato y la reforma energética. Existe una gran posibilidad de que dicha propuesta de reforma no pase en el congreso, pero estará en la mira del ojo público que ya mira a la oposición como una mafia política que opera en contra de la soberanía nacional. Este fenómeno se mirará en las próximas elecciones pues, la oposición en lugar de negociar la cuestión política para su supervivencia, sigue acostumbrada a servir a los intereses monetarios tanto nacionales como internacionales. ¡Qué alguien les explique que la democracia es la vinculación con la sociedad! Lo que da por hecho su futuro fracaso rumbo a la elección presidencial del 2024.

El autor es catedrático de la UDLAP y miembro del Observatorio ciudadano de cultura y prácticas de un buen gobierno A.C.