En su sano juicio, ningún panista diría que van a ganar

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  • Monreal: Deben atender lo que pasa en Tamaulipas y Aguascalientes
  • Las malas compañías de ahora en adelante: inflación e incertidumbre

Desde la tribuna del Salón de Sesiones del Senado de la República, en una participación casi al finalizar la sesión de la Comisión Permanente del miércoles 25 de mayo, que ya no fue manoseada por los periodistas de otros periódicos, el senador Ricardo Monreal Ávila les advirtió a los senadores y diputados panistas que le parecía demasiado aventurado el que expresaran algunas consideraciones absurdas, falsas, alejadas de la realidad.

Les aclaró que no fue Morena el que pronosticó un resultado final en las elecciones de los seis estados, que contenderán en las urnas el 5 de junio venidero.

Fueron sus dirigentes, los del PAN (y concretamente su jefe nacional, el michoacano Marko Cortés, quienes predijeron que su partido sólo ganaría Aguascalientes. Que no tenía ninguna posibilidad de triunfo en el resto de los estados donde habrá recambio de gobernador, que son Durango, Quintana Roo, Oaxaca, Hidalgo y Tamaulipas.

“Y Aguascalientes, por cierto, les aclaró, está cerrado, a pesar de presentarse ahí una campaña de estado en donde compañeros de Morena fueron recientemente detenidos y fueron recientemente violados sus derechos en los domicilios donde trabajaban”.

Les agregó que no creía que alguien, en su sano juicio, frente a las circunstancias, creyera que van a ganar, o que van a derrotar a Morena, “No, porque Morena tiene una base social; porque Morena está construyendo un proceso de transformación; porque el pueblo ya no quiere más a los que saquearon, a los que dividieron, a los que robaron. Por eso va a ganar Morena. Deben atender lo que está pasando en Tamaulipas y en Aguascalientes.

En Tamaulipas, por otra parte, se vive un clima de persecución política, de guerra sucia, a unos días de la elección, así como manejo faccioso de los órganos electorales locales, amedrentamiento de la ley, también de los trabajadores al servicio del estado para que voten por el partido en el gobierno; la utilización de brigadas de docentes y personal de salud en días y horas hábiles para que promuevan al partido oficial. Pero Morena sólo podrá ser detenido por la guerra sucia. Y en una de éstas, también gana Aguascalientes.

 

A DESFONDO

Las perspectivas de la economía mexicana para el resto del sexenio están envueltas en la incertidumbre, por los vaivenes de la economía mundial generados por la guerra en el Mar Negro, el comportamiento agresivo de la inflación, las preocupaciones por un repunte del Coronavirus, las amenazas de la viruela del mono y la hepatitis aguda infantil.

De acuerdo con la minuta de Reunión de la Junta de Gobierno del Banco de México, celebrada con motivo de la decisión de política monetaria anunciada el 12 de mayo de 2022, para incrementar la tasa de interés interbancaria, la inflación alta esquilará la capacidad de consumo de la mayoría de los mexicanos hasta más allá del año 2023.

La palabra clave de la economía es “incertidumbre.” El entorno es un “entorno incierto”, aunque alguno de los miembros de la Junta del banco central advirtió que una desaceleración global este año, en particular en Estados Unidos, sería el mayor riesgo para una contracción económica en México.

Obvio. La economía mexicana siempre está supeditada a lo que le acontece a la estadounidense, no porque México sea patio trasero de los herederos del calvinismo, sino porque mantiene una gran dependencia de los mercados estadounidenses para comprarles y venderles manufacturas y materias primas.

Si bien la pandemia ha disminuido notablemente en México, los riesgos para el crecimiento económico también se han acentuado ante la incertidumbre ocasionada por el conflicto en Europa del Este y sus efectos sobre la economía mundial.

El balance de riesgos para el crecimiento mantiene un sesgo a la baja. En este contexto, las perspectivas de crecimiento para 2022 y 2023 se han deteriorado ante pronósticos de una menor producción petrolera interna, así como de un menor desempeño de la actividad industrial en Estados Unidos.

Junto con estas desventuradas perspectivas, las expectativas de inflación para 2022 y 2023 se incrementaron de manera importante.

Las expectativas de inflación general correspondientes al cierre de 2022 se ubican en un crecimiento del índice de precios al consumidor de 6.75%, registrando un incremento de 250 puntos base en lo que va del año. Dicha revisión se ha dado a una velocidad mayor a la observada en otros episodios inflacionarios.

Algunos miembros de la Junta de Gobierno destacaron que las expectativas, para el cierre de 2023, se ubican por encima del límite superior del intervalo de variabilidad. Las expectativas de inflación para los próximos 12 meses se encuentran en niveles cercanos a 5%.

La verdad es que no se habían ubicado en estos niveles desde 2009. Se han incrementado en 64 puntos base desde febrero.

De acuerdo con los banqueros centrales, ante presiones inflacionarias, mayores a las anticipadas, los pronósticos de las inflaciones general y subyacente han sido revisadas al alza hasta el segundo y tercer trimestre de 2023, respectivamente, aunque se sigue previendo que la convergencia a la meta de 3% se alcance en el primer trimestre de 2024. En esta tesitura, entre los riesgos al alza para la inflación, todos los integrantes de la Junta bancaria mencionaron las mayores presiones en los precios agropecuarios y energéticos por el conflicto geopolítico. La mayoría señaló la persistencia de la inflación subyacente en niveles elevados y las presiones inflacionarias externas derivadas de la pandemia.

La mayoría de los banqueros indicó que el balance de riesgos para la inflación, en el horizonte de pronóstico, se mantiene sesgado al alza y ha continuado deteriorándose.

Ello se debe a la posibilidad de que los efectos del conflicto geopolítico del Mar Negro sean mayores, o de mayor duración a lo previsto. Así, existe un entorno de mayor incertidumbre para la inflación.