Sindrome Covid

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Lo último en estudios sobre psicología y pedagogía está orientado hacia el manejo del síndrome del COVID que afecta a una gran parte de la población mundial. Este síndrome nació derivado de los síntomas de la pandemia, de la situación de incertidumbre que mucha gente está viviendo, del comportamiento de las personas, de la angustia, de la frustración y… del miedo. La realidad es que sí ha afectado la en sus distintos momentos. Veamos el siguiente análisis (presente y futuro) exteriorizado por especialistas en diferentes campos del saber.

Los humanos deseamos volver a socializar, pero ya no en grandes multitudes, es un tipo de socialización diferente, de menos personas y de mayor calidez; más familiar, más de amigos. Las reuniones serán más cortas y en hogares —casas o departamentos— , pocas veces en un restaurante o en un lugar publico cerrado. Con base en esto, me pregunto: «¿Te acuerdas que así vivíamos en los 50, o sea, hace 71 años?». La vida con los amigos era hacia adentro de los hogares (las fiestas, las reuniones, el café, la copa, las platicas).

Lo anterior, entonces, nos lleva a otra pregunta: ¿Y cómo vamos a trabajar en los próximos años? Los empleados que trabajan en el Sector Público son 5.8 millones, los empleados que trabajan en Sector Servicios suman 34.6 millones, los que trabajan en el Sector Secundario son 13.8 millones y los que trabajan en el Sector Primario, 6.9 millones. (INEGI, 2019). El modelo de trabajo actual seguirá como lo hemos estado viviendo. Simplemente, los empleados van a presionar para seguir trabajando en sus casas cada vez más adaptadas. Los empleados de gobierno seguirán asistiendo escalonadamente, pero el cambio real será al interior de los grandes corporativos que desaparecerán como los habíamos conocido; ahora seguirán, pero con muy pocos espacios (en oficinas muy lujosas, pero pequeñas). Así que los grandes corporativos en rascacielos… ¡Bye! Ya nadie quiere meterse a los estacionamientos, al trafico de autos y la gasolina; a las colas en los restaurantes y la contaminación de las ciudades. Son demasiados gastos adicionales por trabajar en una oficina que ya no nos apetece. Es hora de cambiar, ¿no crees? «A mí, déjame trabajar desde mi casa y utiliza herramientas de validación que midan mi rendimiento. Ahora mismo soy más eficiente que antes», me comenta un ejecutivo de una enorme empresa de servicios. Cada día tendremos más herramientas (asistentes digitales) para trabajar en forma eficiente.

Tal circunstancia nos lleva a la siguiente pregunta: ¿Cómo será el trabajo en este 2021? Los datos personales y de empresas se convertirán en una minería de datos con un valor en el mercado de miles de millones de dólares, por eso Facebook esta preparándose. Pero también las grandes empresas de servicio. Las empresas tendrán que invertir mucho dinero en tecnología. Esto hará que se pierdan puestos de trabajo. Sin embargo, las personas ahora viven con mucho menos que hace un año: el crédito disminuyó drásticamente, las tarjetas de crédito están en plena decadencia, el efectivo circulante vuelve nuevamente a ser la moneda de cambio ¡como hace 50 años!

La lógica nos lleva a la siguiente pregunta, ahora sobre la psique: ¿Hay diferencias entre la angustia y la depresión? Le preguntan al psiquiatra Juan Nasio:

—Sí. La angustia es el miedo. Es el miedo de perder algo vital y de sufrir. La depresión es la tristeza. Es un dolor de haber perdido algo vital. La angustia es un sentimiento de anticipación. Es un sentimiento ligado al futuro. Es desagradable y viene con una amenaza del tipo «yo voy a sufrir», «mañana, vamos a sufrir», «tengo miedo de lo que va a pasar». La angustia es siempre hacia adelante. En cambio, la tristeza, la depresión, es el dolor ya, es sentir el dolor ahora. La desgracia ocurrió. La angustia es el miedo a que eso ocurra; la tristeza es el dolor por lo ocurrido.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) en su página web informa lo siguiente: «A medida que los países han ido aplicando medidas para restringir los movimientos con el fin de reducir el número de infecciones por el virus de la COVID-19, cada vez más personas estamos cambiando radicalmente nuestra rutina cotidiana. Las nuevas realidades del teletrabajo, el desempleo temporal, la enseñanza en casa y la falta de contacto físico con familiares, amigos y colegas requieren tiempo para acostumbrarse. Adaptarnos a estos cambios en los hábitos de vida y enfrentarnos al temor de contraer la COVID-19 y a la preocupación por las personas próximas más vulnerables es difícil, y puede resultar especialmente duro para las personas con trastornos de salud mental».

El profesor Bert Hellinger, psicoterapeuta y escritor alemán, es conocido mundialmente por la creación del método terapéutico Constelación Familiar. Dejó este texto maravilloso: «La vida te despierta, te poda, te rompe, te decepciona… pero créeme, eso es para que tu mejor yo se manifieste… hasta que sólo el amor permanezca». Entonces, al otro lado del mundo, ¿qué piensan?

El viceministro de Salud de Irán, Iraj Harirchi, agregó: «Este virus es democrático, y no distingue entre pobres y ricos o entre estadista y ciudadano común». En esto, tenia razón: todos estamos en el mismo bote. Es difícil pasar por alto la suprema ironía del hecho de que lo que nos unió́ a todos y nos empujó a la solidaridad global se expresa a nivel de la vida cotidiana en órdenes estrictas para evitar contactos cercanos con los demás, incluso para aislarse. Y no estamos lidiando solo con amenazas virales: otras catástrofes se avecinan en el horizonte o ya están ocurriendo: sequías, olas de calor, tormentas masivas, etc. En todos estos casos, la respuesta no es pánico, sino un trabajo duro y urgente para establecer algún tipo de eficiente coordinación global. (Slavoj Žižek , Rusia Today, 2020). Entonces ¿qué podemos hacer para evitar enfermarnos de la mente?

El síndrome del Covid —como otros síndromes de tipo mental— trabaja sobre la parte afectiva. ¿Cuáles son los síntomas claros de este síndrome? La angustia, la desesperación, el miedo… Estos síntomas actúan sobre el movimiento físico, esto es «no salgo», «no voy», «no como», «no veo», «trabajo aquí», «no me arriesgo», «no me cambio»; adicionalmente, afecta e influye sobre lo que se escucha y lee en las noticias: «limpia todo», «desinfecta», «no toques», «lávate las manos», «lava todo», «limpia las cubiertas», «desinfecta tu casa», «si no verifico que está sanitizado no me siento y no toco»… Parece la actuación de un loco, ¿verdad? Pues mírate en el espejo del corazón.

Vamos preparándonos para el cambio, los mexicanos deberemos regresar a una vida más simple como en los años 50; eso nos permitirá sobrepasar el SINDROME DEL COVID-19, tener una vida más plena, más tranquila, en familia, y solo con amigos cercanos, sin lujos. También, desechar los vicios y estigmas que venimos arrastrando y eso nos dará vida, el poder sonreír, potenciar la felicidad, reaprender a amar y aprender a empatizar. Aplicar la resiliencia. Esto evitará que nos enfermemos también…. ¡pero de la mente!

Usted, ¿qué opina?

Saludos cordiales.

El autor es Master of Business Administration & Master of Science in Education

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