¿Merece Raúl Bolaños Cacho Cué presidir la Mesa Directiva del Senado?

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Como es sabido, el Grupo Parlamentario del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) busca presidir la Mesa Directiva del Senado de la República para el próximo periodo ordinario de sesiones que inicia el 1 de septiembre próximo.

Para ello, senadoras y senadores de dicha bancada, postularán al oaxaqueño Raúl Bolaños Cacho Cué, quien en 2018 consiguió el escaño por la vía de Primera Minoría.

Y la pregunta es: ¿El senador Raúl merece presidir la Mesa Directiva?

Pues según el cristal con que se mire.

Su partido asegura que sí, y lo ve como: “Un joven con mucha capacidad y talento que conoce muy bien el trabajo legislativo y parlamentario, además de contar con la simpatía y los puentes de diálogo con senadoras y senadores de (todas las bancadas)”. 

Claro, como dice el refrán, “qué panadero habla mal de su pan”.

Y sus compañeras y compañeros de bancada también aseguran que sí, “es una propuesta que garantiza la unidad del Senado”. 

Ya se verá. De entrada, Raúl pone a prueba su capacidad de consenso para ‘convenver’ a los líderes del resto de bancadas empezando por Morena donde, aunque tenga el visto bueno de Ricardo Monreal, quizá carazca de la simpatía de los morenistas contrarios a éste.

Se acaba de ruenir con el líder de la bancada priista, Miguel Ángel Osorio Chong, quien muy probablemente le dará el respaldo, máxime si se trata de una orden presidencial; con eso de las investigaciones en contra priistas. Por cierto, el ex Secretario de Gobernación ayer compareció en calidad de testigo en la Fiscalía General de la República por el caso Nochixtlán.

Y, por supuesto, Raúl considera tener todo el merecimiento para presidir la Mesa Directiva del Senado. En reciente entrevista, le preguntaron: “¿Cree que le correspondería a usted?”  Él literalmente constestó: “Considero que tengo las aptitudes necesarias para construir acuerdos con todas las fuerzas políticas.” 

Ni modo que acepte que no merece, o que no puede, ¿no?

En fin, el Raúl Bolaños Cacho Cué tiene pros y contras.

Un punto en contrario es haber presentado el famoso artículo transitorio mediante el cual el Congreso prorrogó el mandato de Arturo Zaldívar Lelo de Larrea como presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que tantas críticas le ha costado tanto al senador como al ministro.

Ah, pero el senador Raúl, bien listo, miren lo que a propósito dice: “No considero que sea ningún regalo (presidir la Mesa Directiva) de algo que yo no voté y que yo no aprobé. Que, si propuse y que he asumido la responsabilidad sobre una interpretación jurídica de un servidor, pero que aprobó el Senado de la República, que aprobó la Cámara de Diputados…” 

¿Qué tal? Le avienta la bolita a las Cámaras; o sea, “yo lo propuse, pero otros lo aprobaron”. Algo así.

En fin. Un aspecto en contra de su aspiración de presidir la Mesa es que conforme a acuerdos parlamentarios (cuando menos en Morena), para el siguiente año legislativo le corresponde presidirla a una mujer.

Van uno y uno: En el primer año la presidió Martí Batres Guadarrama; en el segundo, Mónica Fernández Balboa; en el tercero, a Oscar Eduardo Ramírez Aguilar.

Claro, el senador Bolaños Cacho Cué pone en contra parte el derecho de la juventud que él representa. ¿Es la persona más joven con escaño? Él anda por los 33 años siendo su fecha de nacimiento el 2 de junio de 1988. Bueno, tiernito, niernito, tampoco es.

Habría que valorar el derecho entre una mujer y un hombre joven. ¿Habrá una mujer joven en el Senado? Seguramente que sí, entonces ella porque se complementarían ambos derechos. Aunque si se acordó la alternancia de género para presidir la Mesa Directiva, le corresponde a una mujer de cualquier edad.

Vaya ¿hasta qué edad se es joven y a qué edad se deja de serlo?

Hablando de mujeres, en el Senado tienen pendiente la designación de la magistrada presidenta del Tribunal Electoral de Oaxaca, estado natal del senador Raúl. ¿Recuerdan que la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) dio reversa al nombramiento de magistrado hombre?

¿Algo en contra de las mujeres?

Por cierto, ¿qué tal su paisana Susana Harp para presidir la Mesa Directiva?

Otro por cierto: Ambos (Rául y ella) se mencionan en los círculos locales como prospectos a la candidatura a la gubernatura de Oaxaca, cuya elección es el próximo año y cuyo proceso electoral iniciará en septiembre próximo.

Entonces ¿Raúl ha desistido de su aspiración a suceder en la gubernatura a su amigo y jefe político, el priista Alejandro Murat Hinojosa? Bueno, priista, así lo que se dice priista de hueso colorado, parece que no…dejemoslo mejor como mandatario que en su momento fue impusado por el PRI como candidato.

Por razones de tiempos, más que legales, el senador no podría ejercer este cargo, presidir la Mesa y ser candidato a la sucesión oaxaqueña. ¿O solo sería presidente de la Mesa Directiva de septiembre próximo a marzo del 2022, en que se darán los registros de candidatos y candidatas a la gubernatura de la entidad?

Claro, la presidencia de la Mesa Directiva es un buen foro de posicionamiento y de manejo de recursos rumbo a la sucesión oaxaqueña.

¿O no es por ahí? Pues qué coincidencia.

¿O la jugada va en presidir la Mesa Directiva del Senado cuando más lo necesita el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, y hacerse más evidente e indispensable de modo tal que llegado el momento éste lo palomee para candidato a la gubernatura por una eventual coalición Morena-Verde?

Y de paso (en efecto carambola) seguir haciendo mancuerna con el clan Murat en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.

Tal vez el senador Raúl ya se siente con la candidatura en la bolsa, máxime con la ayuda de los Monreal. Hasta donde se sabe formó parte del equipo del entonces candidato y hoy gobernador electo, David Monreal.

DE PRIMERA MINORÍA 

Raúl Bolaños Cacho Cué es senador de Primera Minoría; o sea, fue quien encabezó la primera fórmula de la coalición perdedora (PRI-PVEM-Panal) que por haber quedado en segundo lugar le asignaron dicha senaduría.

Así está la norma; o por lo menos así ha sido interpretada. Quizá para las próximas elecciones al Senado, el Instituto Nacional Electoral (INE) emita lineamientos que impidan que a un partido político se le asignen escaños aun cuando su votación fue pírrica en relación a otro partido de la misma coalición.

Un tanto dificil, porque media el convenio de coalición. Pero en esencia viene siendo como la extinta cláusula de vida eterna, y además repercute en la sobrerrepresentación de un partido en el Senado; es decir, tiene una representatividad que realmente no corresponde a su votación per se en los hechos.

Por ejemplo: En 2018 la coalición que postuló a Raúl Bolaños Cacho Cué para senador obtuvo aproximadamente 360,386 votos, de los cuales 265,707 aportó el PRI; 49,329 el PVEM y 45,350 el Panal.

Evidentemente, la asignación en la persona de Raúl enojó a los priistas oaxaqueños, porque vía este joven le entregaban al PVEM el escaño obtenido con más votos del PRI. Hasta ese momento, Bolaños Cacho Cué había sido priista pero dentro de la coalición iba como propuesta del Verde y ahí se quedó.

Mudarse al Verde de ese modo causó estragos en el PRI oaxaqueño, aunque seguramente los priistas locales se le sumaran, más por sobrevivencia que por convicción. ¿O resistirán?

En fin, dependerá de Raúl convencerlos.

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