Pierde fuerza la inversión fija y desaceleró el consumo

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  • Rebote insuficiente, desigual
  • Inversión fija bruta
  • Caída del consumo

El “rebote” que se está dando en la economía mexicana, no tiene la misma intensidad y efectos en los diferentes sectores y regiones del país, con mayor intensidad en las exportaciones y mucho menor en los servicios, así como desigual en el primario; la Inversión Fija Bruta continuará débil por la crisis de confianza, pero impulsada por el T-MEC, la recuperación económica en Estados Unidos y mayores reglas de integración productiva.

Después de la reciente incertidumbre electoral, hay signos de que podemos esperar datos positivos, sin embargo, estos aumentos no serán fuertes porque todavía hay decisiones de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrados (AMLO) que van en contra de los agentes económicos, aumentando los niveles de desconfianza en el Estado de derecho.

Las proyecciones que hemos realizado muestran que vamos a ver mejoras ligeras y desiguales, durante la segunda mitad del año, pero con aumentos muy marginales, con un avance de más del 6% del PIB, que a pesar de que es un pronostico positivo, es una recuperación austera e insuficiente, para pensar que hay un avance en la economía mexicana.

Ante este panorama inercial de recuperación productiva, se avizoran riesgos, como es la erosión de la confianza empresarial, por los discursos en Las Mañaneras por parte del presidente López Obrador, que anuncia acciones que generan incertidumbre en el sector privado, alejando las inversiones que requiere urgentemente el país; que, aunado a la fuerte caída en la inversión pública, nos coloca en escenarios muy riesgosos, de falta de recursos.

Vale la pena recordar, que la inversión es uno de los factores clave de una economía pues no solamente determina el nivel actual del Producto Interno Bruto (PIB) sino que es crucial para definir la tasa de crecimiento futura pues es mediante la inversión que se incrementa el acervo de capital de un país.

Otros factores:

  • Puntos clave:
  • La inversión, en especial la privada, suele ser el componente del PIB que muestra mayor volatilidad pues en las recesiones se contrae con mayor fuerza que otros como el consumo o el gasto del gobierno
  • En la crisis de la pandemia: en 2020 la economía se contrajo en -8.5% mientras que la inversión privada cayó 20%
  • Hoy la inversión en nuestro país está 5% por debajo del nivel pre-pandemia y 13% por debajo del nivel de enero de 2019

 

Inversión fija bruta

La inversión pública funciona como un motor para estabilizar la actividad económica durante periodos de contracción, como el que enfrentamos, como antecedente tenemos que en el primer trimestre de 2009 >durante la Crisis Financiera-< esta se ubicó en el 6.2% del PIB, su mayor nivel en la serie histórica de ese indicador (que inicia en 1993); este efecto fue resultado de una respuesta contracíclica del gobierno que incrementó su inversión, no solamente de la fuerte contracción de la producción en ese periodo.

En cambio, durante la crisis derivada de la pandemia, la respuesta del gobierno fue radicalmente distinta a la de 2009, ya que, en el 1T2021, la inversión pública representó tan sólo el 2.4% del PIB, misma proporción que un año antes, por lo que queda claro que la administración del presidente López Obrador, no cambio ni un ápice su estrategia para enfrentar la pandemia del Covid-19, tampoco impulsó programas contracíclicos para proteger el empleo, la planta productiva y el ingreso.

Esta grafica nos muestra la evolución de la inversión en México, donde observamos que en el IT-2021 la inversión pública se ubicó en -6.1% y la privada en -4.8%, por lo que concluimos que el motor de la inversión esta funcionando por debajo de los niveles mínimos indispensables; de ahí que sólo hay un “rebote” sin políticas de estímulo económico.

En esta gráfica, tenemos los datos de la Inversión Fija Bruta mensual, donde observamos una significativa tendencia a la baja, de enero a abril, de poco más de 6%; que prende las alarmas de una desaceleración de este importante rubro.

La Inversión Fija Bruta (IFB) en México tropezó en abril y registró su primera caída mensual en el año, debido ante un menor gasto en construcción, así como en maquinaria y equipo, provocada por las disrupciones en las cadenas de valor a nivel global, la temporada electoral interna y la posibilidad de una política monetaria menos expansiva, lo que contuvo el gasto de las empresas en estos rubros.

De acuerdo con los registros del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el indicador se contrajo 0.9% en el cuarto mes del año, su primera caída desde diciembre del 2019, cuando retrocedió 2.3%, y luego de tres meses consecutivos en recuperación moderada.

Esta gráfica nos muestra otro aspecto de como se integra la Inversión Fija Bruta, que equivales a 19.4% del PIB nacional y el 88% es privada y tan sólo el 12% es publica; lo que evidencia la falta de políticas públicas para avanzar en este importante rubro.

 

Inversión Extranjera Directa (IED)

Un factor que ha generado apoyos importantes para la economía mexicana, es la IED, que se ha reflejado en aumentar las expectativas y las actividades productivas; en los primeros nueve trimestres del gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha registrado el ingreso de 73,900 millones de dólares como Inversión Extranjera Directa, una cifra inferior en 20,000 millones a la acumulada en el mismo periodo durante el gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018).

De hecho, el sexenio de Peña Nieto mantiene el liderato en captación de Inversión Extranjera Directa (IED) en términos absolutos. En inversión acumulada en los primeros nueve trimestres de los recientes cuatro sexenios, el Gobierno de López Obrador supera a los de Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) y Vicente Fox Quesada (2000-2006), de acuerdo con información preliminar de la Secretaría de Economía.

 

Caída del consumo

La encuesta realizada por la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) sobre los desafíos de reactivación a la microeconomía, arrojo valiosa información, sobre la desaceleración del consumo:

  • En el último año las ventas de las tienditas de la esquina cayeron hasta 25% en México y los consumidores cada vez más piden fiado, lo que representa una llamada de atención de que la reactivación económica es débil
  • El 78% de los entrevistados nos dice que sus clientes siguen pidiendo fiado y se han incrementado entre 12 y 15%, lo que muestra que la gente no ha mejorado su poder adquisitivo, y cada vez más piden fiado. En octubre pasado el 20% de los clientes pedían fiado a sus tenderos, actualmente ese porcentaje va entre el 40 y el 60%.
  • Antes de la pandemia del Covid, había hasta un millón 200 mil tienditas de barrio, de éstas 150 mil definitivamente bajaron cortinas, presionados por las bajas ventas y el encarecimiento de la luz.
  • Los productos que más bajaron su venta fueron la comida enlatada, lácteos, dulcería, proteína animal, frutas y legumbres; en cambio, los de mayor solicitud por parte de los consumidores fueron bebidas refrescantes, botanas, huevo, tortilla y cigarros.
  • Y los productos que más se encarecieron fueron: proteína animal, frutas y legumbres, tortillas, lácteos, botanas y refrescos.

Esta fuerte caída del consumo, se puede agravar drásticamente por el aumento de inflación, pues actualmente el 76% de las familias no les alcanza para cubrir los gastos de la canasta básica. En mayo el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) tuvo un alza de 5.89%, después de dispararse en abril a un 6.08%, una cifra no vista desde finales de 2017, de acuerdo con cifras divulgadas por el INEGI.

Esta grafica nos muestra, tanto la caída del consumo y de la inversión, con datos del INEGI.

En esta otra gráfica, podemos observar la variación mensual del consumo privado interno que en abril cae a 1.2%, es decir 1.7% comparándola con el mes anterior.

 

Reflexión final 

  • El “rebote” que se está dando en la economía mexicana, no tiene la misma intensidad y efectos en los diferentes sectores y regiones del país.
  • Consideramos que vamos a ver mejoras ligeras y desiguales, durante la segunda mitad del año, pero con aumentos muy marginales, con un avance de más del 6% del PIB, que a pesar de que es un pronóstico positivo, es una recuperación austera e insuficiente, para pensar que hay una reactivación en la economía mexicana.
  • Estos aumentos no serán fuertes porque todavía hay decisiones de la administración del presidente AMLO que van en contra de los agentes económicos, aumentando los niveles de desconfianza en el Estado de derecho.
  • Se avizoran riesgos, como es la erosión de la confianza empresarial, por los discursos en Las Mañaneras por parte del presidente López Obrador, que anuncia acciones que generan incertidumbre en el sector privado, alejando las inversiones que requiere urgentemente el país; que, aunado a la fuerte caída en la inversión pública, nos coloca en escenarios muy riesgosos, de falta de recursos.
  • La caída de la Inversión y el consumo, nos deben alertar sobre la debilidad del “rebote” económico, que se ha disminuido el ingreso de los mexicanos y situación que puede agravarse por la inflación de ronda el 6% anual.

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@rafabascal