En uno de los más duros pulsos dentro del legislativo que se haya visto, el presidente Andrés Manuel López Obrador se presentó ayer infructuosamente a la arena de la Comisión Permanente a través de su secretaria de Gobernación, la exministra y senadora con licencia Olga Sánchez Cordero en busca de lograr la mayoría constitucional que requería para convocar a un extraordinario -que se realizaría pasado mañana, viernes-, a fin de sacar adelante la Ley Reglamentaria de Revocación de Mandado.
El fracaso estaba cantado desde mucho antes. Ayer Sánchez Cordero se quedó esperando a los coordinadores parlamentarios de PAN, PRI, PRD y MC a quienes tenía el encargo superior de convencer para realizar ese extraordinario.
Solo acudieron los de Morena y aliados a quienes no necesitaba convencer de nada.
Y es que al tabasqueño le urge sacarla porque sin esa Ley sería prácticamente imposible convocar a una consulta para en marzo próximo, como ha prometido AMLO hacerlo, a fin de que los mexicanos digan si sigue hasta octubre de 2024 o no.
Tras el frustrado intento de AMLO-Sánchez Cordero, el zacatecano Ricardo Monreal echó a andar un coordinado embate dentro de la sesión semanal de la Comisión Permanente hasta donde llevó el dictamen debidamente tramitado horas antes para con él en mano exigir la realización del Extraordinario.
Sobrevino el debate, se presentaron unos y otros a tribuna y se pudo el tema a votación.
Y de 35 legisladores presentes 23 votaron a favor del extraordinario y 12 en contra con 0 abstenciones.
Pero la Constitución dice que debían votar a favor las dos terceras partes y eso en 35 es 24 legisladores.
¡A Monreal (y al presidente López Obrador) le faltó 1!
Ese que les faltó es el senador del Partido del Trabajo, Joel Padilla, quien no se presentó como debía haberlo hecho. Dicen que todo estaba fríamente calculado por la dirigencia nacional que dirige Alberto Anaya quien al parecer no anda muy contento con AMLO. Algo grande le debe el tabasqueño.
El caso es que ese resultado obligó a Monreal y los suyos a echar a andar una estrategia prevista para casos desesperados y casi de muerte parlamentaria: el presidente de la Permanente, el senador morenista chiapaneco -uña y carne del zacatecano-, Eduardo Ramírez regresó el dictamen rechazado a comisiones -a pesar de que los opositores le exigían cerrar el proceso como debió haberlo hecho-, a las cuales convocó con urgencia para votar un nuevo dictamen a fin de que ayer mismo se volviera a votar en el pleno de la Comisión Permanente.
Así mismo, ayer todo de nuevo…
El miércoles cerró entonces con una sesión super extraordinaria donde la Primera Comisión de la Comisión Permanente aprobó de nuevo por 10 votos en favor y 4 en contra, el nuevo dictamen de las leyes de Revocación de Mandato, y la de Juicio Político así como la Orgánica de la Armada, que fueron incluidas en este paquete.
Así, hacia las 8 de la noche, Monreal y Ramírez (y AMLO) tenían en sus manos un nuevo dictamen para ponerlo a votación en el pleno.
A esa hora había trascendido que las negociaciones de alto nivel, donde al parecer participó hasta el asesor Jurídico de AMLO, Julio Scherer Jr -a quienes algunos denomina como “Scherer, el pequeño”), garantizaban que en la siguiente votación del pleno estuviera presente el senador Joel Padilla, para ahora sí garantizar los 24 votos de la mayoría.
Ahora falta ver si Dante Delgado, dueño de Movimiento Ciudadano y desde hace mucho enfrentado a López Obrador, quiera darles ese gusto.
Porque de él depende que asista la diputada de su partido asignada a la Comisión Permanente. Si sigue ausente, ganan AMLO y Monreal con 24 votos.
Si a la sesión de hoy de la Permanente aparece la petista, vuelven a perder por un voto.
Así andan las cosas respecto de la Ley reglamentaria de la Revocación de Mandato donde todo se ha estrechado al grado de que no pasan ni los malos pensamientos.
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