Maestros e ingobernabilidad

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Cada año, el conflicto con los maestros disidentes del SNTE aglutinados en la CNTE pone en jaque a la ciudad de México y algunas capitales del interior de la república. Pero como cada año, el análisis deriva en la misma conclusión: la posposición de reformas institucionales.

El conflicto magisterial revela la acumulación de problemas pero de manera sobresaliente cinco:

1.- El modelo de sindicalismo del PRI: formaciones obreras no para regular las relaciones obrero-patronales, sino como corporaciones del PRI para una estabilidad política y social vía el proletariado.

2.- El agotamiento del esquema de relaciones obrero-patronales reguladas por las prioridades del PRI y no por el sistema productivo.

3.- Ante la acumulación de problemas, el sistema ha optado por la vía de las concesiones políticas, sociales y laborales en lugar de solucionar los conflictos de fondo: la concesionitis como posposición de soluciones.

4.- La proletarización del sindicalismo proyectándolo como un movimiento político y de masas a favor de modelos radicalmente sociales de gobierno y un enfoque antisistémico.

5.- La acumulación de tensiones por la falta de soluciones, con la circunstancia agravante de que los problemas se interrelacionan agrandándose y abriendo nuevos espacios de conflictos.

A pesar de la diversidad de derivaciones, en realidad el conflicto magisterial se puede resumir en la teoría clásica de la ingobernabilidad: cuando las demandas sociales enfrentan la lenta modernización de las instituciones. Se trata del razonamiento de Samuel Huntington respecto a la violencia social en fases de cambio político.

En el pasado –y hay que recordar el conflicto magisterial 1952-1958–, el uso de la fuerza terminaba con las protestas y las movilizaciones; pero eran los tiempos de un sistema político con un partido dominante y un esquema piramidal de autoridad, sin libertad de prensa para circular protestas.

La clave de la inestabilidad política y social se localiza en el tránsito del sistema de partido único dominante a un sistema democrático de partidos; a partir de 1979, con el ingreso del Partido Comunista Mexicano al Congreso, los movimientos sociales han ido rompiendo los límites institucionales y exigiendo reformas. Esta situación ha llevado al punto de inflexión: las ofertas de reforma institucional son menores a las exigencias de modernización institucional.

El modelo de ingobernabilidad de Huntington tiene como escenario a las transiciones de sistemas autoritarios y cerrados a sistemas realmente democrático con equilibrios políticos. Los maestros comenzaron sus luchas en noviembre de 1979 con demandas de aumentos salariales y de democracia sindical y hoy encabezan un movimiento antisistémico de cambio de forma de gobierno, como se reveló en Oaxaca en el 2006.

El problema hoy radica en las dificultades oficiales para regresar la agenda magisterial a temas gremiales y en la radicalización de los maestros de la CNTE contra el modelo neoliberal. Una salida estaría en una agenda paralela con los partidos sobre temas de reformas del gobierno y del poder. Sin embargo, los maestros disidentes no quieren ceder espacios ganados. De ahí que el conflicto se enfile a un choque de trenes.

La crisis magisterial, así, es producto de años de posposición de soluciones; por tanto, las soluciones se han encarecido. Al final, de lo que se trata es de apostarle desde ahora a la instauración de un régimen realmente democrático o seguir acumulando contradicciones.