¿Quién sustituirá a Angela Merkel en Alemania?

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  • El SPD, de tendencia izquierdista, recibió el mayor número de votos en las elecciones federales del domingo.
  • Angela Merkel, una de las líderes políticas de más alto perfil del mundo durante sus 16 años de mandato, permanecerá en el cargo hasta que se establezca un acuerdo.

Los dos mayores partidos de Alemania, socialdemócratas (SPD) y conservadores (CDU/CSU), aspiran a formar Gobierno. Pese a la ventaja del socialdemócrata Olaf Scholz, no está claro quién sustituirá a Angela Merkel.

Liderados por el ministro de Finanzas y vicecanciller saliente Olaf Scholz, los socialdemócratas del SPD se proyectan como ganadores con 25.7% de los votos, según resultados preliminares oficiales.

La alianza conservadora de la Unión Cristiano-Demócrata (CDU), de Merkel, y su aliado bávaro, la CSU, encabezada por Armin Laschet, obtendría 24.1%, el peor resultado en su historia de siete décadas. Los Verdes aparecen terceros, con 14.8%, seguidos del liberal FDP, con 11.5%, y el ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), con 10.3%.

¿Cómo funciona el sistema electoral en Alemania?

Si bien se llevó a cabo el proceso para definir al próximo canciller germano, no es una decisión que dependa totalmente de los ciudadanos ni es algo que se decidirá completamente en esta jornada. Lo que ellos elegirán es la conformación del Bundestag, la Cámara Baja del Parlamento federal.

Los ciudadanos emiten dos votos. Uno es para un diputado local y el otro por un partido político. Entre las dos votaciones salen los 598 miembros parlamentarios, la mitad a partir de los 299 distritos y el otro 50% según los sufragios por partidos.

El paso siguiente es la conformación de una coalición que forme una mayoría en el Parlamento, algo que se espera suceda en esta ocasión porque de acuerdo a los pronósticos ningún partido podría recibir los votos suficientes. Luego, los diputados definirán al canciller, un proceso que suele demorar semanas.

Pese a ello, analistas aseguran que la mayoría es especialmente complicada de formar. Debido a la fragmentación del voto, será necesario reunir a tres partidos, para conseguir una coalición con peso suficiente para gobernar.

Así que este proceso de definición del nuevo Gobierno podría sumir a la primera economía europea -acostumbrada a la estabilidad política, tras 16 años bajo el liderazgo firme de Merkel- en un largo periodo de parálisis política, mientras duren las negociaciones para formar una coalición.

Tras las últimas elecciones, en 2017, se necesitaron más de seis meses para alcanzar un acuerdo y formar la actual “gran coalición” gobernante de los dos partidos mayoritarios, conservadores y socialdemócratas.

Si la tendencia se confirma, Scholz podría estar en posición de suceder a Merkel y desencadenar el “cambio” que prometió al final de su campaña.

Scholz apoya su aspiración a gobernar no solo en su ventaja en las elecciones federales, sino también en los resultados de las paralelas elecciones regionales en Berlín y en Mecklemburgo-Pomerania Occidental, donde su partido salió también fortalecido.

Sin embargo, no solo Scholz, de 63 años, sino también Laschet, de 60, asegura que pretende tener un Gobierno instalado antes de Navidad. Pese a su “decepcionante” pérdida de votantes, también los conservadores consideran haber obtenido el encargo de la ciudadanía para formar Gobierno, advirtió Laschet. “Haremos cuanto podamos para construir un Gobierno dirigido por la unión” CDU-CSU, aseguró el candidato democristiano.

Los Verdes, liderados por Annalena Baerbock, que durante un tiempo aparecían como favoritos, quedaron terceros, por debajo de esa expectativa, pero tienen suficiente apoyo para incidir en la definición del próximo Gobierno. Y lo mismo consiguieron los liberales del FDP, que aparecen ahora como un actor ineludible para una futura coalición.

Tanto Los Verdes como los liberales, que tendrán que acercar posiciones para aliarse a uno de los partidos mayoritarios, se reservan la posibilidad de hacerlo lo mismo con el SPD que con los conservadores. La condición en la que insisten Los Verdes, por encima de todo, es promover su programa para luchar contra el cambio climático.

La opción de una coalición puramente de izquierdas, en cambio, parece descartada, pues el partido La Izquierda alcanzó resultados demasiado bajos, según las estimaciones.

Por su parte, los ultraderechistas del AfD, cuya entrada en el Bundestag en las elecciones de 2017 fue muy comentada, confirman su permanencia en el tablero político de Alemania. Aunque, debilitado por sus problemas internos, este partido islamófobo registra un leve retroceso respecto a los anteriores comicios (donde obtuvo un 12,6%).

Renacimiento socialdemócrata, declive democristiano

Los resultados preliminares oficiales suponen un renacimiento inesperado del partido socialdemócrata SPD, dado por moribundo hasta hace poco, pero reforzado en la campaña electoral por la aceptación de la figura de su candidato Scholz.

En cambio, para los democristianos, las “pérdidas son amargas”, admitió Paul Ziemak, número dos de la CDU. Su partido nunca había caído por debajo del 30% de los votos. En 2017, alcanzó 32.8%.

En una muestra de este declive, la circunscripción de Angela Merkel, en la que había sido elegida diputada desde 1990, cayó en manos del SPD.

El fin de la era Merkel podría desembocar en una nueva guerra de jefes en la derecha alemana, donde el liderazgo de Laschet podría ser puesto en entredicho, ocho meses después de su elección.

Un descenso así de los conservadores ensombrece, además, el fin del mandato de Merkel, quien pese a seguir siendo muy popular al término de cuatro legislaturas, parece haber sido incapaz de preparar su sucesión.

Las negociaciones quizá retrasen, adicionalmente, la marcha efectiva de la canciller, de 67 años, que ha dedicado más de tres décadas a la política.