La ruptura entre Rusia y la OTAN despiertan rumores de una nueva guerra fría

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  • La OTAN dijo que los rusos estaban trabajando en secreto como oficiales de inteligencia y redujo a la mitad el tamaño del equipo de Moscú autorizado a trabajar en su sede.
  • Para el régimen ruso, es un buen momento para promocionar el estratégico gasoducto Nord Stream 2 ante la eventual crisis de gas.

Tras ser acusado de espionaje, Rusia suspenderá su misión en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en respuesta a la expulsión la semana pasada de ocho miembros de la misión rusa en la alianza militar, anunció el ministro ruso de Exteriores, Sergey Lavrov.

La OTAN dijo que los rusos estaban trabajando en secreto como oficiales de inteligencia y redujo a la mitad el tamaño del equipo de Moscú autorizado a trabajar en su sede. Lavrov también anunció que se cerrarían las oficinas de información y enlace militar de la OTAN en Moscú.

“Como resultado de las acciones deliberadas de la OTAN, prácticamente no tenemos condiciones para el trabajo diplomático elemental y, en respuesta a las acciones de la OTAN, suspendemos el trabajo de nuestra misión permanente ante la OTAN, incluido el trabajo del enviado militar en jefe, probablemente a partir del 1 de noviembre. O puede llevar varios días más”, dijo el canciller.

El funcionario agregó que el contacto entre la alianza y Moscú será a través de la embajada rusa en Bélgica.

Sin embargo, para distintos analistas, esta ruptura no es nueva, la OTAN ya había suspendido  la cooperación práctica con Moscú en 2014 después de que Rusia se anexó la península de Crimea de Ucrania, pero ha mantenido abiertos los canales para reuniones de alto nivel y para la cooperación entre militares.

Además, aunque nadie ha derogado oficialmente el Acta Fundacional de cooperación entre Rusia y la OTAN, de 1997, desde el inicio del conflicto ruso-ucraniano en 2014 las relaciones entre Moscú y la alianza son más que gélidas.

Para el presidente ruso, Vladimir Putin, esta ruptura es lógica. No solo porque, como siempre, tiene miedo de parecer “débil”. En un plebiscito de 2020, Putin se aseguró de poder permanecer en el Kremlin hasta 2036, lo cual lo convierte prácticamente en presidente vitalicio.

Justo en este 2021, la tensión alcanzó niveles de alerta, cuando Rusia desplegó a decenas de miles de militares junto a las fronteras con Ucrania en respuesta a lo que definió como “acciones provocadoras” de la OTAN cerca de sus fronteras. El despliegue puso en alerta a la Alianza y a la UE.

La actividad militar rusa en esa zona y en el Mar Negro, además, no ha cesado. En junio, el Ministerio de Defensa ruso informó de que había disparado un tiro de advertencia contra un destructor británico que navegaba por el Mar Negro, la primera vez desde la Guerra Fría en que Rusia utilizó munición real para disuadir a un buque de la OTAN. Este lunes, más de 40 barcos —entre ellos el buque insignia de la flota rusa del Mar Negro— han participado en maniobras a gran escala en la península ucrania de Crimea.

Una nueva guerra fría

Según analistas, el cierre de la misión permanente ante la OTAN da al Kremlin un pretexto, aunque sea formal, para escalar gradualmente las tensiones con los vecinos de Rusia. Principalmente con Ucrania, pero también con Polonia y los países bálticos.

Para Putin, estas tensiones son una herramienta importante para dividir a Occidente y provocar desacuerdos dentro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte. De esta manera, los lazos entre el Este y el Oeste llegan a su punto más tenso desde la Guerra Fría.

Sin embargo, tal parece que Rusia buscaría sacar provecho de este contexto, tan como lo manifestó el embajador de Rusia en Bélgica, Alexander Tokovinin, quien elogió a Bélgica por ser una nación que, a diferencia de otros Estados europeos no mencionados, “no causa problemas” en las relaciones con Rusia. “Ustedes son un país sensato”, dijo en el tono condescendiente de un funcionario colonial. E inmediatamente pasó a otro tema importante: lo útil y rentable que es para cualquier país europeo ser cliente de Gazprom.

Lo anterior debido a que la actual crisis del gas – que Moscú utiliza a su favor – culmina un año especialmente positivo para Putin, que se suma a la cumbre de Ginebra con Joe Biden; a la victoria de los socialdemócratas en Alemania (considerados complacientes con Moscú), y a la visita de la subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos de Estados Unidos, Victoria Nuland, a Moscú para discutir el desarme y el posible papel de Rusia en la resolución del problema de Afganistán.

Para el régimen ruso, es un buen momento para promocionar el estratégico gasoducto Nord Stream 2. Su principal arma, los hidrocarburos, está lista para ser usada. Tras romper con la OTAN, el Kremlin utilizará esta y otras posibilidades a su disposición de forma aún más activa.