Por una situación pocas veces vista, México asistirá a una Cumbre del Tratado comercial con los jefes de Estado y de gobierno de Estados Unidos y Canadá en situación de crisis: baja aprobación y demeritado liderazgo interno.
El presidente Joseph Biden arriba a la reunión del próximo lunes 18 de noviembre en el nivel más bajo de su aprobación, promediada por el sitio Real Clear Politics en 42%, con el dato particular de que una encuesta del diario USA Today coloca esa aprobación en 36%. En cambio, el expresidente Trump mantiene su aprobación en 40.7%, la vicepresidenta Harris se hunde a 40.6% y la reina legislativa y el poder real demócrata Nancy Pelosi apenas logra una aprobación de 33%.
Los cuatro temas de la agenda de la Cumbre no reflejan la realidad de la crisis del Tratado y de la geopolítica hemisférica: la pandemia ha sido quizá el único éxito de Biden, en tanto que la economía se está hundiendo en una grave ola inflacionaria y recesiva, el cambio climático no alcanza a movilizar a la sociedad estadounidense y la inmigración representa el peor fracaso de la administración Biden-Harris. Y a ello se agrega una gravísima crisis en la seguridad interna con explosiones violentas de guerras civiles racistas, contra los policías y por el auge de la ultraderecha.
En este sentido, el presidente Biden carece de autoridad política para marcar el rumbo económico-geopolítico del área de Norteamérica, mientras los principales medios alertaron que las derrotas demócratas en los gobiernos estatales de Virginia y Nueva Jersey –donde Biden había arrasado como candidato presidencial– representaron el primer paso para el regreso de Donald Trump a la presidencia en 2024. Inclusive, existen ya analistas en EU que están evaluando la necesidad del retiro de Biden de la Casa Blanca por razones de edad e incapacidad de gestión de gobierno.
Los problemas de comercio y seguridad no tienen ningunas líneas de acción en la Casa Blanca; los cuestionamientos estadounidenses a la reforma eléctrica mexicana tendrán que canalizarse a través de tribunales de litigio comercial porque el gobierno de Biden no tiene la audacia de usar amenazas arancelarias como lo hizo Trump para obligar a México a contener caravanas migrantes; y en materia de migración y crimen organizado, Washington también disminuyó la capacidad para obligar a México a someterse a los dictados americanos.
El presidente Biden perdió el control, también, de la región centroamericana, sudamericana y caribeña y el caos político, económico y electoral le ha estallado a la Casa Blanca en las caravanas migratorias de familias huyendo del caos en sus países, pero permitiendo que algunas de esas filas de solicitantes de asilo sean estimuladas por coyotes y bandas criminales. El tema migratorio y de seguridad ha estallado en tres gravísimas crisis: el descontrol de seguridad nacional de la frontera del río Bravo, el incremento del tráfico de drogas, el aumento de la actividad de células de cárteles mexicanos dentro de Estados Unidos y la creciente corrupción de autoridades estadounidenses en las ciudades fronterizas con México como explicación al cruce de drogas y personas.
El gobierno mexicano ha percibido con audacia la situación de crisis de liderazgo y de gobierno de Biden y el presidente López Obrador y su canciller Marcelo Ebrard Casaubón han anunciado posiciones de endurecimiento nacionalista ante los avisos de las exigencias de la Casa Blanca en esa Cumbre. El activismo de la DEA en materia de narcotráfico y cárteles y del embajador Salazar en modo de procónsul debilitado son indicios de que la reunión del próximo lunes será otro fracaso Biden.
Como reforzamiento de la debilidad política del presidente Biden aparecen los análisis de las revistas Newsweek y The Economist, la primera preguntando sí el presidente tendrá la capacidad para salvar su presidencia y la publicación inglesa anunciando que el primer año de la nueva administración ha sido una “calamidad” y Biden se está “hundiendo”.
Y Trudeau…, bueno, él no cuenta en la geopolítica mundial. El estadunidense y el canadiense son patos cojos, concepto que refiere a políticos sin fuerza ni destino.
Política para dummies: la política exitosa se basa en aprovechar los conflictos del adversario
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