- La inclusión de nuevas rutas desde Santa Lucía aumentarán el riesgo de una colisión, además de aumentar la contaminación acústica en el norte del Valle de México
A unos días de abrir sus puertas la puesta en operación del Aeropuerto Internacional de Santa Lucía (AISL), aunque sea con una cantidad mínima de vuelos, provocará una mayor cantidad de acercamientos peligrosos en las rutas hacia y desde la Ciudad de México, lo cual provocará mayores programas para la seguridad aérea, afirmó Heriberto Salazar, presidente del Colegio de Pilotos Aviadores de México (CPAM).
En entrevista con El Financiero, el experto indicó que al aproximarse al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) aumentó el número de incidentes de aproximaciones e incluso en algunas ocasiones los pilotos han tenido que realizar maniobras evasivas para evitar una colisión.
“En lo que sí vemos problemas es el acercamiento muy seguido con otras aeronaves, nos ha pasado (…) esto es lo que estamos viendo más seguido, lo practicamos en simulador, pero no es algo que queramos ver cada que llegamos a la Ciudad de México”, dijo.
Salazar indicó que las aeronaves cuentan con un sistema TCAS (un sistema de alerta de tráfico y evasión de colisión) que se activa cuando detecta una nave cercana y tiene tres niveles de advertencia: el primero, es un aviso por detectar una aeronave cercana, el segundo, que es un aviso de precaución, y el tercero, que anuncia la necesidad de realizar una maniobra evasiva.
El problema del ruido
Otro problema que no ha podido ser resuelto con la inclusión del AISL en el espacio aéreo del Valle de México es que no consideró la orografía del Valle de México que obliga a forzar a los aviones para aterrizar y, en consecuencia, aumenta el ruido que emiten, explicó Jimena de Gortari, especialista en urbanismo e ingeniería civil, profesora y coordinadora institucional de investigación de la Universidad Iberoamericana.
Según estimaciones, este problema afectará a unos 3 millones de mexicanos, tanto física, como emocionalmente.
“Antes era 1.5 millones de personas afectadas, que viven en la Ciudad de México, ahora se ha sumado una población mayor al aumentar las trayectorias. Hay cerca de 70 centros de salud afectados por este ruido, que ahora pasa de manera discontinua desde las 04:00 a las 13:00 horas. Hay casi 2 mil centros escolares afectados, el ruido afecta directamente en la inteligibilidad y la comprensión de lo que se está aprendiendo en la escuela”.
Además, agregó que faltan políticas públicas en México que incluyan al ruido como parte de un problema social que afecta la calidad de vida de las personas.
“El ruido es el segundo contaminante ambiental de las ciudades. Ha sido considerado siempre como una asociación a la vida urbana, que tiene un riesgo y un peligro a la salud inminente. Hay riesgos en el sistema cardiovascular, más allá también de la capacidad auditiva, podemos tener fallos cardiacos”, indicó.
Señaló que un estudio de la Comisión Europea de 2020 determinó que hay una relación directa entre el ruido nocturno de los aviones y las actividades coronarias y afecta las emociones y la salud mental de las personas.
“Tienen que ver con el estrés, la angustia, la depresión y por supuesto temas sociales. Hay una falta de descanso que es necesaria para rendir al día siguiente”.
Por ello, señaló que es indispensable “considerar que vivimos en una cuenca y que eso afecta el comportamiento sonoro de los aviones y de sus trayectorias. Hasta ahora, no hay ningún estudio, ninguna demostración, no hay un conocimiento de causa”.