- La nación y el mundo están en peligro y no es una exageración. El cambio climático es un hecho, aseguró el mandatario norteamericano.
- ONU advierte que los efectos del calentamiento global repercutirán en las economías, las comunidades, borrando los logros del desarrollo, profundizando la pobreza.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, visitó las zonas golpeadas por inundaciones en Nueva York y Nueva Jersey, días después de inspeccionar los daños por el huracán Ida en Luisiana, azotes que el mandatario atribuye al cambio climático. Más de 400 mil hogares y negocios en el sureño estado seguían sin electricidad nueve días después del paso del huracán que dejó 47 muertos en todo el país.
“Tenemos que escuchar a los científicos, los economistas y los expertos en seguridad nacional. Todos nos dicen que esto es una alerta roja”, dijo en el distrito neoyorquino de Queens. “La nación y el mundo están en peligro y no es una exageración. El cambio climático es un hecho”, señaló.
Biden, quien impulsa una ley que incluye importantes fondos para la economía verde, argumenta que los sucesos por clima extremo en Estados Unidos este verano son un presagio de que habrá peores manifestaciones del calentamiento global.
Ida golpeó la costa del Golfo de México el 29 de agosto como huracán categoría 4, provocó grandes inundaciones y dejó sin energía varias franjas del estado de Luisiana.
EEUU establece como meta 2050 para que energía solar produzca el 45 % de la electricidad
El presidente Joe Biden anunció un plan para que la energía solar produzca el 45 % de la electricidad del país para 2050, una ambiciosa meta que busca transformar el sector energético estadounidense y hacer frente a la crisis climática.
En un nuevo informe, el Departamento de Energía fijó dos nuevos objetivos para la política energética de Estados Unidos: primero, estableció que la energía solar podría producir el 40 % de la electricidad del país para 2035; y, segundo, consideró que si el progreso continúa la proporción podría llegar al 45 % para 2050.
Para ello, EE.UU. necesita multiplicar la instalación de paneles solares y desarrollar nuevas formas par almacenar ese tipo de energía, uno de los mayores obstáculos para su uso.
Sin embargo, lograr esas inversiones depende del Congreso, que aún no aprueba las propuestas de Biden contra el cambio climático y donde se está debatiendo un paquete de 3,5 billones de dólares que contiene alguna de las peticiones del mandatario, por ejemplo incentivos fiscales para energías renovables y vehículos eléctricos.
Actualmente, la mayor parte de la electricidad de EE.UU. es producida con gas natural, carbón y energía nuclear, mientras que las energías renovables contribuyen en una cantidad muy pequeña.
Por ejemplo, la energía solar produjo solo el 3 % de la electricidad de EE.UU. el año pasado.
Sin embargo, Biden argumentó que Estados Unidos debe actuar rápido para cambiar su sistema energético porque, si no reduce su dependencia de combustibles fósiles, sufrirá los efectos más devastadores del cambio climático con tormentas, inundaciones, sequías y huracanes cada vez más fuertes.
ONU insiste en actuar ahora para reducir el aumento de la temperatura global del planeta
De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas, la crisis climática que asola al planeta en forma de incendios e inundaciones perjudica por igual a las poblaciones más vulnerables de los países pobres y ricos, por lo que es esencial limitar el aumento de la temperatura global al objetivo acordado internacionalmente de 1.5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales, afirmó la vicesecretaria general del organismo, Amina J. Mohammed.
Durante su intervención en el Diálogo sobre la Aceleración de las Soluciones de Adaptación con Vistas a la COP26, Amina Mohammed señaló que los impactos climáticos en el planeta ya son visibles con un aumento de 1.2ºc, y que las naciones más vulnerables y menos responsables de la crisis climática experimentarán consecuencias todavía aún más devastadoras.
“Los efectos repercutirán en las economías, las comunidades y los ecosistemas, borrando los logros del desarrollo, profundizando la pobreza, aumentando la migración y exacerbando las tensiones. Actuar ahora es una cuestión de justicia climática. Y nosotros tenemos las soluciones”, destacó.
Por ello, destacó la necesidad de tomar medidas valientes para lograr una economía global de emisiones de gases de efecto invernadero de valor cero para el año 2050 y no superar la barrera de los 1.5ºc.
“Incluso en ese caso, seguiremos teniendo que enfrentarnos a una violenta alteración climática. Necesitamos un aumento masivo de la inversión en adaptación y resiliencia”, señaló.
Mohammed recordó que sólo el 21% de la financiación climática se destina a los esfuerzos de adaptación y que de los 70 mil millones de dólares que necesitan los países en desarrollo en ese concepto “solo se aporta una fracción”.
Una cifra que solo aumentará con el tiempo ya que los costos de adaptación para el mundo en desarrollo podrían aumentar hasta 300 mil millones de dólares al año en 2030.
“Tenemos el imperativo moral de cerrar esta brecha”, sentenció.
“Se salvarán vidas y se protegerán los medios de subsistencia”, dijo, y señaló que por eso el Secretario General ha pedido a los donantes y a los bancos multilaterales de desarrollo que asignen el 50% del total de la inversión pública para el clima a la adaptación y la resiliencia.
Sin embargo, los países que precisan este apoyo siguen teniendo graves problemas para acceder a la financiación climática.
Por lo cual, destacó la importancia de simplificar las normas y facilitar el acceso a los países menos adelantados, los pequeños Estados insulares en desarrollo y otras naciones vulnerables, así como de acelerar las iniciativas.