Por el efecto mediático levantado, la visita del líder de partido ultraderechista español Vox, Santiago Abascal, develó un reposicionamiento del PAN en el escenario ideológico mexicano: potenciar la polarización derechista impulsada por el presidente López Obrador para colocarse en el sector populista y arrinconar a sus adversarios en el sector conservador.
El PAN nunca ha salido de la derecha histórica. Sus programas de gobierno en los sexenios de Vicente Fox y de Felipe Calderón mantuvieron el rumbo del priísmo neoliberal salinista, resguardaron su distancia cercana del sector conservador de la iglesia católica y se entendieron con los empresarios que han combatido siempre al Estado priísta.
La alianza opositora PAN-PRI-PRD bajo la dirección estratégica de la Coparmex logró articular en una misma corriente a las organizaciones y figuras del conservadurismo panista y del neoliberalismo priísta y fijó un escenario de lucha contra el populismo lopezobradorista.
El populismo como adversario, sin embargo, no logró consolidar una fuerza articulada ideológica con el PRI, el PAN y la Coparmex. La alianza apenas alcanzó para quitarle diputaciones a Morena y evitar la mayoría absolutas por sí misma, sin que existan condiciones de lealtad del Partido del Trabajo y del Partido Verde como para ofrecer una sola agenda política. Y los votos de la alianza opositora llegaron a 44%, insuficientes para impedir la aprobación de leyes que requieren el 51% de los votos que Morena rebasa un poco con los apoyos del PT y del PVEM.
Las elecciones consolidaron al PAN como la segunda fuerza política de México, con 22.8% de la Cámara de Diputados, bastante lejos de sus bancadas en 2000 (42.2% de diputados) y 2006 (41.1%), las dos elecciones presidenciales ganadas por el PAN. Y el PRI pasó de haber tenido varias veces el 100% de la Cámara de Diputados a un derrumbe político: el pasado 6 de junio pudo construir una magra bancada de 70 legisladores, apenas el 14% del total, aunque mayor a su bancada de 9.4% del 2018 cuando López Obrador y Morena arrasaron en las elecciones. Y el PRD se hundió en el peor nivel de su historia desde que emergió en 1991 con la figura de Cuauhtémoc Cárdenas: sólo 14 diputados, el 2.8%, contra su mejor año, el 2006 con López Obrador de candidato presidencial, cuando alcanzó 158 legisladores, el 31.6% del total.
La Alianza Opositora Tripartita sumaría 199 diputados, el 39.8% del total, con la posibilidad de encontrar acuerdos con Movimiento Ciudadano y sus 23 diputados, para sumar, de manera hipotética, una oposición anti Morena de 222 diputados, el 44.4% del total.
En la realidad política, el PAN aparece como el eje de la Alianza Opositora y por ello como la formación más importante para las elecciones presidenciales de 2024. El PRI logró aumentar diputados por su concurrencia en alianza con el PAN y el PRD.
En este escenario, el PAN está realineado sus formaciones políticas e ideológicas internas para conseguir la posibilidad de poner candidato presidencial y lograr el apoyo del PRI y del PRD. En ese espacio político se debe explicar la invitación al líder de la ultraderecha española, Abascal-Vox, a ingresar al Senado para reunirse con parte de la bancada panista.
Como en política no hay sorpresas sino sorprendidos, el sector derecha del PAN ya fijó un marco referencial ideológico y político para el 2024: el conservadurismo polarizante vis a vis el populismo de Morena, López Obrador y su candidato presidencial hasta ahora no conocido. La reunión con vox permitió a la derecha panista marcar su territorio político para esta segunda mitad del sexenio de lopezobradorista y con ello delimitar los espacios ideológicos de alianza con otros partidos.
La alianza de Vox con importantes figuras panistas será el principal factor para la candidatura presidencial aliancista, ya sea como obstáculo o como factor aglutinante. El sector salinista-peñista neoliberal que mantiene el control del PRI podría coincidir con la agenda de PAN-Vox, aunque en público se expresen críticas y objeciones por el radicalismo conservador. Pero la captura del PRI por parte de los sectores conservadores económicos del salinismo facilitaría un entendimiento para una candidatura común. Y el PRD carece de voz y voto dentro de la alianza, además de que Los Chuchos, Jesús Ortega y Jesús Zambrano, ya han planteado en documentos y libros el acercamiento del magro sector progresista del perredismo con el neoliberalismo de mercado.
De ahí que la visita de Vox no haya sido un error político, sino un acierto estratégico de importantes figuras panistas para definir el marco referencial que llevaría al PAN a consolidar una candidatura presidencial con el PRI y el PRD para 2024 y de alguna manera ofrecer un relativo grado de competitividad con el morenismo lopezobradorista.
Y al final de cuentas, la fuerza del PAN está en su sector conservador histórico, en sus formaciones empresariales que coparon al panismo desde 1973 y en la participación muy activa de la Coparmex como sindicato patronal ya en busca de posiciones de conquista del poder político presidencial
@carlosramirezh
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