El Instituto Electoral en sus dos versiones ha incluido en la narrativa pública la afirmación de quien ha sido autónomo del poder político, pero en la realidad sus consejeros presidentes han sido producto de la alianza PRI-PAN.
El actual consejero presidente Lorenzo Córdova Vianello nació de la reforma electoral armada en el Pacto por México y de la alianza del PRI-PAN-PRD, pero la tribu perredista de Los Chuchos se quedó sin votos por la presión de Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador contra este acuerdo corporativo que bendecía la presidencia de Enrique Peña Nieto, en medio de pruebas sobre las irregularidades en la campaña priísta de 2012.
Los consejeros presidentes del Instituto Electoral fueron producto de acuerdos pactados para impedir la liberación absoluta de los mecanismos de realización de elecciones y crear una instancia intermedia –el Consejo General con los barones electorales– que sustituyó la función de la Comisión Federal Electoral de Manuel Bartlett Díaz.
José Woldenberg, formado en la izquierda socialista del sindicalismo no obrero de la UNAM y miembro del grupo político-intelectual de Héctor Aguilar Camín, fue el primer consejero presidente en la reforma de 1996 que finalmente logró sacar a la Secretaría de Gobernación de la Presidencia del organismo. Es decir, el IFE nació en 1990 del seno del proyecto neoliberal de Carlos Salinas de Gortari como un placebo de la democracia a través de consejeros ciudadanos bendecidos en Los Pinos. El objetivo central de Woldenberg fue cerrarle los espacios en el 2000 al PRI de Roberto Madrazo Pintado.
El consejero presidente de Luis Carlos Ugalde (2003) fue fruto envenenado de un acuerdo político entre el presidente Fox y los intereses del PAN y la intermediación estratégica de la entonces diputada priista Elba Esther Gordillo para cerrarle la movilidad electoral al entonces candidato presidencial del PRD López Obrador y ayudar al candidato presidencial panista en 2006. Ugalde careció de autoridad política y se desmoronó en el conteo electoral para imponer la victoria de Calderón, en medio de evidencias de fraude, por medio punto porcentual arriba de López Obrador. La movilización del PRD despidió a Ugalde del IFE.
El siguiente presidente fue producto de una negociación política de la alianza PRI-PAN con el PRD de Los Chuchos para fracturar la fuerza creciente de López Obrador y la inevitable salida del PRD de Cárdenas. Leonardo Valdés Zurita operó la elección presidencial del 2012 a favor del PRI, también con evidencias de gastos escandalosos de Peña Nieto que hubieran ameritado la cancelación de su candidatura.
El Pacto por México incluyó la reforma electoral que transformó el IFE en INE y del acuerdo PRI-PAN nació la designación de Lorenzo Córdova Vianello como consejero presidente, pero sobre todo por haber pertenecido al grupo original salinista de Woldenberg de 1990 y 1996 y provenir de las catacumbas jurídicas del PRI en la UNAM.
El Instituto electoral se convirtió en un cacicazgo de Woldenberg y su alianza con Salinas de Gortari, Peña Nieto y el PAN y quedó cristalizada en el apoyo que le ha dado Woldenberg al Pacto de diciembre de 2012. La prueba irrefutable de esta alianza se localiza en el padrinazgo de Woldenberg al Pacto por México como el prologuista de toda la colección de libros sobre las reformas de ese acuerdo que publicó el fondo de Cultura económica en 2018.
En un breve texto introductorio repetido en todos los libros de la colección, Woldenberg no escatima elogios al Pacto por México, cuya reformas apenas duraron un sexenio y ya han sido desmontadas por el Gobierno de López Obrador. Pero el prólogo de Woldenberg reafirma la complicidad de ese grupo político-intelectual que ha controlado el IFE-INE y que ahora mismo encabeza una de las campañas mediáticas contra la iniciativa de reforma político-electoral del presidente López Obrador, convirtiendo al Instituto en un castillo medieval –con lago alrededor y uno que otro cocodrilo– en donde se asientan los señores feudales del control del pensamiento electoral que ha sido el obstáculo para la instauración de una verdadera democracia republicana de leyes e instituciones.
La campaña de Woldenberg y Córdova Vianello contra la iniciativa lopezobradorista ilustra la defensa de intereses del INE como una casta dorada de burócratas mantenidos por el presupuesto público.
Política para dummies: La política no debe servir para la defensa de grupos de interés.
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