La lucha por la gubernatura del Estado de México en junio de 2023 tendrá que pasar por el túnel del tiempo y recordar el convenio político del gobernador Enrique Peña Nieto y la dirigente priista Beatriz paredes Rangel con el PAN de Calderón vía César Nava para pactar el apoyo del PRI al presupuesto del presidente Felipe Calderón a cambio de que el PAN rechazara a un acuerdo electoral con el PRD por representar ideologías y principios contrarios.
Ese convenio –https://elindependiente.com.mx/2022/06/16/convenio-de-colaboracion-firmado-por-el-pri-y-el-pan-para-las-elecciones-en-el-estado-de-mexico-en-2011/– está siendo revivido hoy que el PRI de Alejandro Moreno Cárdenas Alito está pactando una alianza con el PAN de la derecha nacional e internacional y el PRD reconvertido al neoliberalismo. Y la figura de Peña Nieto aparece desde España tratando de reventar la candidatura coalicionista de Va por México en 2023 en Edomex para que el PRI vaya con un candidato que represente los intereses del Grupo Atlacomulco.
El convenio de 2011 causó estragos en el PAN y provocó la renuncia del panista Fernando Gómez Mont a la Secretaría de Gobernación del gabinete calderonista y su salida del partido por avalar ese acuerdo que rompía principios políticos del PAN al suscribir su firma como “testigo de honor”; inclusive, el convenio fue denunciado ante el Instituto Federal Electoral dirigido por Leonardo Valdés Zurita (a propuesta del PRD) y resuelto en función de los intereses del PRI y del PAN.
La cláusula más importante fue la número cuatro porque establecía lo siguiente: “las partes se abstendrán de formar coaliciones electorales con otros partidos políticos cuya ideología y principios sean contrarios a los establecidos en sus respectivas declaraciones de principios”. La resolución final del INE le dio validez al convenio, aunque al final las bancadas priistas no avalaron el presupuesto en octubre del 2011. El jefe de la bancada tricolor en la Cámara de Diputados era Manlio Fabio Beltrones Rivera.
El pacto del PRI con el PAN en el Estado de México en 2011 tenía efectos estratégicos en ese momento no entendidos. Las filtraciones de Julian Assange y Wikileaks revelaron un cable de la embajada estadounidense transmitiendo a Washington los comentarios del gobernador mexiquense Peña Nieto al encargado de negocios de la embajada de Estados Unidos sobre el acuerdo PRI-PAN. El funcionario estadounidense reporto al Departamento de Estado que Peña Nieto le había dicho “que su partido, el PRI, estaba considerando cuidadosamente colaborar con el Gobierno de Calderón para abordar los problemas económicos del país, sin dejar de evaluar el costo político que pagaría por esta colaboración, sobre todo y se trataba de aumentar impuestos”.
La preocupación del gobernador Peña Nieto radicaba en que la alianza PAN-PRD pudiera conquistar la gubernatura en 2012, cuando el propio Peña Nieto se encontraba en la fase más importante de promoción de su candidatura a la presidencia de la República desde la posición estratégica de Toluca. Al final, Peña Nieto optó por la candidatura estatal de Eruviel Avila –en lugar de alguien del Grupo Atlacomulco– y el PRI arrasó en las elecciones con el 62% de los votos, contra 21% del perredista Alejandro Encinas y apenas 12% del panista Luis Felipe Bravo Mena.
Lo que quedó de ese convenio fue el pragmatismo del PRI de pactar con el PAN no una candidatura conjunta sino una no-candidatura del PAN-PRD y en su pragmatismo arrastró a la presidenta priista Beatriz Paredes Rangel, quien hoy forma parte del grupo de priistas que siguen la línea política del ex presidente Peña Nieto y se oponen a una alianza del PRI con el PAN y el PRD a la gubernatura del Estado de México, donde las tendencias electorales colocan con ventaja al partido Morena del presidente López Obrador.
Lo curioso de las vueltas de la política priista se percibe en que la Beatriz Paredes del pacto con el PAN en 2011 aparece hoy en el mismo grupo que se opone a un pacto con el PAN, junto con Manlio Fabio Beltrones Rivera que reventó el acuerdo de Paredes en aquel entonces al votar en contra del presupuesto calderonista que era la esencia del convenio PAN-PRI que se mantuvo en secreto.
La gubernatura del Estado de México en el 2023 será clave para evitar el desmoronamiento del PRI, pero a condición de que el candidato sea un priista y no se entregue el registro del partido a la coalición derechista que conducen la Coparmex y Claudio X. González.
Política para dummies: la política es el reino de las deslealtades.
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