El proceso opositor genera expectativas, pero puede venir la decepción…

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Chueco o derecho, el PRI, el PAN y el PRD han generado expectativas por la selección de su candidatura a la Presidencia de la República mediante el camuflaje de Responsable Nacional para la Construcción del Frente Amplio por México.

Que se hayan puesto de acuerdo en un método híbrido ya es ganancia, aunque sea una clara simulación para matizar una selección anticipada y actos de precampaña. Que el presidente del PRI nacional, Alejandro Moreno Cárdenas, haya dimitido a participar, es otra ganancia.

Pero ¿cuánto tiempo durará la expectativa?

La desilusión podría venir durante el desarrollo del método: Firmas, sondeos de opinión y consulta, procedimientos que no quedan del todo claros.

De entrada, el requisito de reunir 150 mil firmas de respaldo parece un candado; agarra desprevenidas a diversas personas aspirantes y las pone en desventaja frente a aspirantes que tendrían a favor ‘la cargada’ de las estructuras de los tres partidos, de dos o del suyo.

Habrá que esperar a ver qué priistas, qué panistas y qué perredistas solicitan su registro. Ya ven que algunas personas aspirantes han declinado a participar, como Lilly Téllez y Germán Martínez.

Dependiendo de quiénes se inscriban, pero sobre todo de quién gane esta pasarela, podrían crecer o caerse las expectativas en torno al Frente Amplio por México rumbo a la sucesión presidencial. Si de ésta no emana un perfil de contraste, sin cola que le pisen, con carisma, con luz propia, competitivo, la selección sería un fracaso.

Lo que sí no es ganancia, sino pérdida, es la dimisión de ciudadanos para integrar el órgano electoral para el proceso de selección de la candidatura presidencial opositora, lo cual le resta puntos a la certeza y credibilidad de este proceso.

LILLY

Independientemente de cualquier interés, Lilly Téllez tiene razón en cuestionar la falta de claridad en los procedimientos del método para elegir al Responsable Nacional de la Construcción del Frente Amplio por México.

Lo dijo con todas su palabras en el mensaje emitido la mañana de este miércoles a través de redes sociales, especialmente en tres frases párrafos:

“(El método) no otorga el poder de decisión de los ciudadanos, sino a los que movilizan ciudadanos. No genera certidumbre sobre la autenticidad del padrón electoral interno y la forma de recibir y contar los votos”.

“La oposición no solo debe ser freno del régimen autoritario, sino alternativa y ejemplo”.

“No se puede combatir la ilegalidad violando la ley, no podemos oponernos al clientelismo gubernamental, echando mano del clientelismo partidista y no vamos a contener a la nueva oligarquía morenista de la mano de los oligarcas del viejo régimen”.

Una ciudadana o ciudadano sin partido político ciertamente se enfrenta a las estructuras partidistas que generalmente actúan siguiendo la línea de grupos internos. Necesitaría contar con el respaldo de dirigencia partidista, de un jefe político, o de un grupo para asegurar condiciones para competir.

¿Fue lo mejor dimitir? Quien sabe. O tal vez para ella, porque evita la hagan pinole durante este proceso interno extralegal. La militancia partidista generalmente pasa sobre un ciudadano, una ciudadana, como una estampida de búfalos cuando están de por medio sus intereses político electorales.

Y SOLO MARKO

Solamente el dirigente del PAN, Marko Cortés, reaccionó a la decisión de la senadora. En redes sociales, le escribió:

“Querida @LillyTellez, debo agradecer que de manera decidida hayas aceptado levantar la mano y reconozco que tu participación generó revuelo positivo en la opinión pública. Estoy seguro que en este gran proyecto hay lugar para quienes queremos realmente corregir el rumbo de México y que seguirás aportando todo tu talento para lograrlo. Amiga, como te lo he expresado en lo privado, todo mi reconocimiento por ser una verdadera GUERRERA.”

Eso fue todo. No hubo el menor intento de convencerla de inscribirse a la contienda, ni por parte del panista, ni por parte de los dirigentes del PRI y del PRD. Es más, el priista y el perredista hicieron mutis, a pesar de la expectativa ciudadana generada por Lilly.

Es como dice AMLO, su rival más fuerte, Llly “se dio cuenta de que ella no fue la escogida”. Caso contrario habría señales inequívocas en los tres partidos aliados.

Y si fuese el caso, vendría la decepción ante la existencia de una ‘corcholata’ opositora con la venía predeterminada por las dirigencias partidistas, a menos de que se trate de una candidatura competitiva.

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