La derrota de NL fue de Dante, no sólo de Samuel y Mariana

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El regreso compungido de Samuel García Sepúlveda a la gubernatura de Nuevo León debe leerse como el fracaso político de Dante Delgado Rannauro, fundador, dirigente, dueño y estratega del partido Movimiento Ciudadano que nació en 1999 como efecto del colapso del viejo sistema de partidos que había fundado El PRI.

García y su esposa Mariana Rodríguez se estaban perfilando como los constructores de la realidad política paralela, sustituyendo los likes en las redes cibernéticas y los followers en las bases sociales que antes se expresaban a través de votos en las urnas.

La crisis en el Gobierno de Nuevo León y en la candidatura presidencial de MC tiene sus protagonistas en Samuel y Mariana, dos figuras cinceladas en el mundo virtual del internet, pero con tendencias de votos que nunca pasaron de 8% en las consultas a electores en encuestas cara a cara.

Pero una cosa es que Samuel y Mariana hayan sabido vender su imagen virtual en el mundo cibernético y otra cosa que el experimentado político Delgado Rannauro haya desatendido la sensibilidad de la realidad y en los hechos haya descuidado las reglas procedimentales del juego político: permitió la renuncia de Samuel a la gubernatura para aceptar la candidatura presidencial de MC, pero descuidando los conflictos derivados de las reglas políticas prevalecientes en Nuevo León y en el camino haya dejado a su niño consentido en el vacío legal.

Samuel abandonó la gubernatura de Nuevo León sin haber amarrado con firmeza los compromisos con la oposición y demasiado tarde él y su padrino Dante se percataron de que la mayoría legislativa –PAN y PRI– tenía el derecho político de designar al sucesor interino.

La jugada política de Samuel fue muy ingenua: solicitar licencia temporal a la gubernatura, designar por prelación al gobernador interino, irse durante ocho meses a una campaña electoral, saber que no había ninguna posibilidad de la victoria presidencial y después de junio regresar campante a retomar la gubernatura.

Lo que ha extrañado en El Mundo político ha sido la ingenuidad en grado de torpeza del experimentado político –cuando menos por presencia pública– Delgado Rannauro, quien ingresó al poder en 1985 como diputado, secretario general del Gobierno en Veracruz con el gobernador Fernando Gutiérrez Barrios y gobernador interino cuando éste fue llevado de secretario de Gobernación del primer gabinete de Salinas de Gortari.

Delgado fundó MC como Partido Convergencia en 1999 y encontró un nicho que sirvió a políticos destripados de otros partidos –sobre todo del PRI–. El sistema tradicional de partidos lo fundó el PRI como PNR en 1939, se dinamizó López Portillo con la reforma política de 1978 para que los partidos representaran a corrientes ciudadanas reales y Cárdenas lo reventó en 1988 con la candidatura presidencial del Frente Democrático Nacional y la salida del PRI de políticos que no coincidían con el estrechamiento ideológico priista ya en modo de partido del neoliberalismo económico.

Movimiento Ciudadano derivó en un partido político que canalizó a figuras salidas del PRI y del PAN y les encontró espacios de participación electoral, aunque el error estratégico de Delgado fue haber creado un aparato de poder sin ninguna ideología ni propuesta de gobierno, aunque el alquiler de siglas para competir por cargos públicos era redituaba en el objetivo final de todo partido: el acceso al financiamiento público determinado por los porcentajes de votos.

La crisis en el Gobierno de Nuevo León fue provocada por la falta de conocimiento procedimental de las reglas políticas: Samuel apeló a una licencia temporal en el entendido de que no iba a ganar las elecciones, sino que iba a cumplir un papel revulsivo a favor de Morena contra el Frente Amplio y dejó entreabierta la puerta con la temporalidad de su solicitud de permiso para regresar a retomar la gubernatura luego de las presidenciales de junio de 2024. En una conceptualización popular de la política, la estrategia de Samuel fue muy sencilla: querer comerse las dos tortas al mismo tiempo.

Samuel movió sus fichas y no se notó la mano de Dante para cuidar las formas y evitar los huecos y el PRI y del PAN abusaron de la ingenuidad de Samuel y Dante y con la mano en la cintura le quitaron la gubernatura a MC, dejando a Samuel sin ninguna torta que disfrutar.

Samuel y Dante supusieron que iban a jugar el juego de la Oca como concurso de pruebas extremas, pero al final descubrieron que estaban metidos en el juego del calamar arriesgando sus vidas políticas por un jugoso premio en efectivo.

 

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Política para dummies: la política es de más castigos que premios.

 

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