En la primera quincena del mes pasado en que se aplicó en Tabasco el programa de seguridad del gobierno federal, el número de homicidios dolosos se redujo en 50 por ciento, en una clara señal de que no era correcta la estrategia de seguridad puesta en marcha por la administración de Andrés Manuel López Obrador en la propia tierra del entonces presidente.
El 15 de febrero pasado, el general Víctor Hugo Chávez Martínez dimitió como secretario de Seguridad y Protección Ciudadana de Tabasco (SSPCT), posición a la que llegó el 2 de febrero de 2024, ocho meses antes de que concluyera la administración de Adán Augusto López Hernández y que fue terminada por Carlos Manuel Merino Campos, recompensado con la dirección general de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) pese al estado lamentable en que dejó al edén.
Chávez Martínez era parte del entorno del general Audomaro Martínez Zapata, director del Centro de Información y Seguridad Nacional (Cisen) en la administración de AMLO, y llegó a Villahermosa a tratar de recomponer, por instrucciones presidenciales, el problema de la violencia desatada el 22 de diciembre de 2023, cuando un grupo delictivo local se fracturó y comenzó una larga noche de terror con muertes cruzadas.
El problema es que esa organización criminal, conocida como La Barredora, fue auspiciada durante el gobierno del ahora presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, según denuncias públicas.
El 13 de noviembre del año pasado, cuando apenas llevaba escaso mes y medio en el cargo, el gobernador Javier May Rodríguez aseguró que el cabecilla de esa cofradía criminal era Hernán Bermúdez Requena, destituido el 5 de enero de 2024 como secretario de Seguridad, puesto estratégico en el que fue nombrado por Adán López al inicio de su gestión.
El analista tabasqueño Jacinto López Cruz, uno de los periodistas mejor informados del estado en temas de seguridad, ha asegurado que La Barredora fue autorizada por el ex gobernador que llegó a ser precandidato presidencial de Morena.
Esa banda, con pocos años de formada, había disparado exponencialmente los hechos de sangre, al grado de que a principios de este año, en varios reportes diarios del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), el edén llegó a ocupar el primer lugar nacional en homicidios dolosos.
De acuerdo con datos del SESNSP, citados ayer por el diario Presente, en la segunda quincena del mes pasado, tras de que Serafín Tadeo Lazcano, formado en la antigua PGR, entrara en relevo del militar vinculado a Audomaro Martínez, los homicidios dolosos decrecieron en un 50 por ciento en relación a la quincena los previa.
El medio informativo asegura que del 1 al 14 de febrero, cuando aún el militar Chávez Martínez era secretario de Seguridad, se registraron 65 homicidios dolosos.
Pero del 15 al 28 del mismo mes, ya con el titular de la SSPC enviado de la Ciudad de México por el secretario de Seguridad federal, Omar García Harfuch, el número de homicidios cayó a 33
De esta manera, la incidencia bajó de 4.6 asesinatos intencionales diarios en los primeros 14 días de febrero a 2.3 por día en la segunda parte del mes pasado.
El último día de febrero, que cayó en viernes, no hubo registro de homicidios dolosos en Tabasco; igual ocurrió el 21 y 25 del mismo mes.
Ayer, el mandatario informó que Tabasco se ha posicionado en el lugar 18 en homicidios dolosos, lo que atribuye a la buena coordinación entre autoridades estatales y federales.
Ello, después de estar en el top ten de las entidades más violentas del país.
La oposición, no obstante, sigue enfatizando en que los hechos de sangre continúan en esta entidad morenista.
Pero la realidad es que la incidencia delictiva ha caído drásticamente en las últimas dos semanas, de acuerdo con los reportes oficiales.