En su poema Memorial de Tlatelolco, escrito con la frustración social ante la represión, Rosario Castellanos dijo:
¿Quién? ¿Quiénes? Nadie. Al día siguiente, nadie.
La plaza amaneció barrida; los periódicos
dieron como noticia principal
el estado del tiempo.
Y en la televisión, en la radio y el cine
no hubo ningún cambio de programa,
ningún anuncio intercalado ni un
minuto de silencio en el banquete.
(Pues prosiguió el banquete.)
La celebración del Día Internacional de la Mujer quedó ajustada al 8 de marzo de 2021… y a partir de hoy 9 de marzo el mundo femenino regresa a su normalidad: las mismas represiones, la misma marginalidad, las mismas quejas archivadas, los mismos expedientes ocultos por la autoridad, los mismos mensajes del poder masculino en decisiones sin empatía, los mismos golpes, los mismos arrestos y las mismas promesas de las mujeres del poder: el oxímoron extremo entre ellas y él.
Hoy comienza el preludio del próximo año; del 9 de marzo de 2021 al 7 de marzo de 2022 habrá que regresar a la normalidad del machismo del poder. Hubo, eso sí, gritos, memes, denuncias, quejas, reclamos, pintas, pero nada de reflexión, casi ningún ensayo novedoso, ninguna escritora irrumpiendo la realidad.
Si el 8 de marzo de 2021 quedó inscrito en el escenario del casi seguro candidato de Morena al gobierno de Guerrero, Félix Salgado Macedonio, entonces queda poco por hacer: antes era el PRI hipócrita, el PAN y su moralismo segregacionista no ayudó en nada y ahora Morena con su izquierda comunista avalando figuras carentes de significados políticos reales y sí cargado de quejas procesables.
En el pasado priísta, los gobiernos tenían las deleznables escapadas de la demagogia, aunque con sus esqueletos ocultos en los roperos del poder. Pero en ese entonces la agresión contra la mujer era censurable, limitaba carreras, ocultaba complicidades; cierto: de poco servía el prurito de tratar de esconder la basura debajo de la alfombra. Pero existía cuando menos el rubor de la violencia contra la mujer.
Hoy ya no. Y si queda la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Sin Violencia, van ya tres lustros sin aplicarla.
Las mujeres tienen mucho de culpa: protestan, gritan, se movilizan, violentan la realidad machista, convierten muros reales e improvisados en pizarrones de lamentos, enlistan afectadas. Sin embargo, se estancan en la protesta: faltan despachos de abogados que procesen quejas, mayor presencia en medios para denunciar represiones, más gritos en la realidad para visibilizar el mundo de agobios, películas que socialicen sus realidades.
Y queda también el derecho, sí, ya se sabe el derecho es género masculino. Pero se puede horadar, desmontar, deconstruir. A veces los acusados de violencia contra las mujeres contratan abogadas femeninas para mostrar que nada tienen contra el género. No se han visibilizado los observatorios ciudadanos a favor de los derechos de las mujeres. Las candidatas a diputadas y gobernadoras han sido producto de concesiones masculinas; el INE decreta, pero no sanciona. Y las candidatas llegan por concesiones masculinas sin ondear banderas de derechos reprimidos de las mujeres, de los marginados, de los sin voz. Desde la Ley Calderón a favor de la mujer en enero de 2007 no ha habido mayor avance jurídico: y los machos agresores encuentran siempre las puertas de fuga que les garantiza la ley.
La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, se queja de que es discriminada por ser mujer en el gabinete de seguridad, pero se subsume en sus propias limitaciones, congojas, aceptaciones y sumisiones del poder. Y nada propone para cambiar las cosas.
En fin, hoy regresa el mundo masculino a la normalidad machista, lo mismo light que agresiva. Y seguirán las agresiones, los asesinatos, las justificaciones, las cifras y las quejas, hasta el 8 de marzo de 2022 que se desempolvarán las mismas pancartas de siempre y los mismos gritos de siempre. Y a lo mejor sí habrá gobernador-Toro en Guerrero: tengan para que se entretengan.
Hoy los periódicos darán el recuento de daños, junto a los datos del estado del tiempo. Y ya. Hasta el próximo Día Internacional de la Mujer.
Política para dummies: La política debiera ser el mundo de los cambios, no de las justificaciones.
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