Aunque el tema pudiera tienes referencias de manera exclusiva en México, en realidad el espacio económico y social en España de Teléfonos de México, Carlos Slim Helú y su exsocio Juan Antonio Pérez Simón ha sido creciente en manera importante. Slim por los negocios y Pérez Simón por su influencia en el ámbito cultural y en el espacio de la monarquía.
El primer dato que llama la atención ha sido el silencio que ha tenido la ruptura de relaciones personales y de negocios entre Slim y Pérez Simón, que habían participado en la sociedad original en 1990 para comprar la empresa estatal Teléfonos de México. En 2018, de manera agresiva, Slim despidió a Pérez Simón de la sociedad y le liquidó su participación en la empresa.
Ahora Teléfonos de México enfrenta un período de año y medio de debate público porque el título de concesión vencerá en el 2023 y tendrá que renovarse por treinta años más. por ahora, Slim y Telmex lograron capitalizar las relaciones políticas y de poder con el régimen priísta para la aprobación adelantada de la concesión en el 2016, pero que deberá ser ratificada en marzo del 2023.
La historia de las privatizaciones de empresas públicas en México durante el gobierno del presidente Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) se ha reabierto hoy con la decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador de proponer el regreso del dominio del Estado a la Comisión Federal de Electricidad, liquidando la apertura a la inversión privada en ese sector con la reforma eléctrica de 2013 realizada por el presidente Enrique Peña Nieto (2012-2018).
El debate sobre esta reforma a la reforma va a revisar de manera crítica el modelo de las privatizaciones realizadas por Salinas de Gortari en cuando menos tres sectores fundamentales y estratégicos: la banca privada, la industria siderúrgica y Teléfonos de México.
Slim y Peña Nieto unieron fuerzas en el 2014 para modificar la estructura de concesiones de espacios que son propiedad de la nación por mandato constitucional, entre ellos la telefonía: la decisión de otorgar concesiones en las telecomunicaciones pasó del presidente de la república –por su carácter estratégico– al Instituto Federal de Telecomunicaciones formado por funcionarios especializados en el tema y votados en el Congreso a propuesta presidencial. El argumento fue el de despolitizar y profesionalizar la toma de decisiones.
El siguiente movimiento político fue el de adelantar en 2016 la extensión del título de concesión que vencería en 2023. En ese año de 2016, la fuerza política del presidente Peña Nieto había entrado en severo colapso por el caso de la Casa Blanca –una nueva residencia privada del mandatario que había sido construida con dinero de contratistas del gobierno– y el colapso político provocado por la desaparición y presunta liquidación de 43 estudiantes normalistas de Guerrero.
Ante las expectativas en 2016 de que el candidato opositor López Obrador estaba encabezando todas las encuestas de elecciones presidenciales del 2018, Slim operó con Peña Nieto un candado adelantado para la concesión de Telmex. Sin embargo, por razones legales, la ratificación de la extensión de la concesión por treinta años más concedida en 2016 tendría que oficializarse en marzo de 2023, dentro de dieciocho meses.
La privatización de Telmex marcó el sentido de las privatizaciones de empresas públicas que realizó el presidente Salinas de Gortari. En el imaginario popular quedó la interpretación de que hubo una decisión política en la entrega de Telmex a Slim y hasta la fecha no ha podido borrarse la idea de un paquete accionario fantasmal en manos del expresidente.
Salinas ha tenido que combatir con ese ambiente. En diciembre de 2014 Salinas publicó dos textos en el periódico El Financiero para dar su explicación sobre Telmex y señalar que Slim traicionó el sentido de desarrollo de esa privatización y convirtió la empresa en un pivote de enriquecimiento personal y familiar aprovechando los errores de regulación del Estado que siguen hasta la fecha. Salinas, inclusive, reveló que la verdadera fortuna de Slim no está en Teléfonos de México, sino en el consorcio América Móvil que construyó un imperio continental a partir de la telefonía celular derivada de la telefonía fija. En 2014 Salinas dijo que América Móvil valía 100,000 millones de dólares, dato que aumentaría exponencialmente la fortuna del empresario de origen libanés.
La ruptura de Slim con el empresario Pérez Simón ha comenzado a provocar algunas preguntas En España, donde Pérez Simón ha desarrollado actividades de apoyo a museos y ha mantenido una relación de alto nivel dentro de la monarquía. Cuando Slim lo despidió como accionista de Telmex, Pérez Simón dijo que no necesitaba más dinero y que se dedicaría a la promoción y protección de la cultura, a partir de la posesión de una de las más importantes y valiosas colecciones de pinturas y esculturas.
Por cierto, una versión aún no impresa de las memorias de Pérez Simón está causando inquietudes en la familia Slim Helú.
Aunque no hay ahora ninguna iniciativa del Gobierno de López Obrador para modificar la condición de Teléfonos de México como empresa concesionada a Slim Helú, el periodista José Martínez Mendoza –autor de una biografía sobre el empresario– reveló el hecho de la ratificación de la extensión de la concesión en marzo del 2023 y el asunto ha comenzado a analizar el papel de la telefonía como uno de los pivotes del nuevo modelo de desarrollo mexicano.
El debate es muy sencillo: las empresas públicas fueron privatizadas porque el Estado no contaba con recursos para su modernización, pero pidió que su operación empresarial ayudar a al desarrollo y al bienestar. A la vuelta de más de treinta años, Telmex aparece como un monopolio de las conexiones y ayudado solo a construir una de las fortunas familiares más importantes de la historia del México independiente, pero sin contribuir a la dinámica productiva nacional.
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