Si algo nos dejó la penúltima semana de enero de 2022, es que los distractores son el principal producto de comunicación que consumimos los mexicanos. Así, nos enteramos más de las polémicas por lo dicho por el presidente o lo que hizo su esposa, que por temas que en sexenios pasados provocaron hasta protestas en las calles. Si bien muchos ciudadanos se quejan de temas variados, son más los que se molestan por la manera en que se presentó un “testamento político”.
Mirar hacia otro lado
México no es una isla aislada del resto del mundo, algo que se comprueba por la pandemia o por la manera en que fenómenos económico originados en el extranjero, como el precio de los combustibles, nos afecta, además de considerar que seguimos padeciendo problemas derivados del manejo que han tenido las finanzas nacionales, el impacto de la Covid-19 y la seguridad pública.
Pero quien atienda los mensajes que se difunden desde la mañanera y medios afines, percibe un país en calma y en donde todo marcha sobre ruedas, aunque la necia realidad se niegue a cooperar con esta versión idílica que impulsa la 4T.
En las semanas recientes, el presidente López Obrador desestimó las acusaciones en contra de Delfina Gómez, luego de la resolución en su contra del INE y el TEPJF, así como en contra de Pedro Salmerón a quien se le señala como presunto responsable de acoso por varias mujeres del ITAM y Morena.
Asimismo, también minimizó el tema de los asesinatos de periodistas en lo que va del sexenio, a propósito del crimen en contra de otro informador, recurriendo a la clásica frase de que eso se dice para hacer quedar mal a su gobierno.
Pero esto de rechazar tocar el tema central y evitarlo no es exclusivo del presidente, pues el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, en el caso de bebé encontrado muerto en un penal de la entidad, señaló que las organizaciones y periodistas que siguen el tema lo hacen con el ánimo de desgastar a su administración.
Pero también tuvimos la noticia de que el mandatario fue sometido a una intervención quirúrgica en el Hospital Central Militar, de la cual se recuperó rápidamente y, según supimos por un video del propio López Obrador en redes, “dicen los médicos que podemos seguir trabajando con intensidad en beneficio del pueblo y de la nación”, aunque no se dieran a conocer detalles de las razones que llevaron a esta operación.
De su estado de salud –algo que el propio mandatario exigió en sexenios pasados— pues ni hablar, porque es muy probable que esa información no la conozcamos, pero sí una gran cantidad de especulaciones que se evitarían con un informe y su correspondiente difusión.
También vemos que, pese a que la aprobación del presidente es superior al 63%, de acuerdo a Consulta Mitofsky, esa misma encuestadora reporta que para sus entrevistados la economía va mejor para el 32% de ellos y peor para el 33.4%, que en seguridad el 25.3% opina que va mejor por 42.1% que va peor, en tanto que, en el tema de la corrupción, el 78.9% piensa que hay mucha y el 17.9% que nada.
Tampoco se habló ampliamente que la secretaría de Energía de Estados Unidos, Jennifer Granholm, luego de su reunión con López Obrador, señaló a través de sus redes sociales que “expresamos las preocupaciones reales de la administración Biden-Harris con respecto al posible impacto negativo de las reformas energéticas propuestas por México”.
Y ni qué decir de los efectos de la inflación en los bolsillos de los mexicanos o del hecho que muchos se siguen quejando por temas relacionados con el empleo.
En tanto, en redes sociales crece el movimiento de defensa de Hugo López Gattel, a quien se presenta casi como un héroe al que se le difama, pues se argumenta que gracias a él no ha muerto “ni el 1% de los mexicanos”, olvidando su declaración previa en el sentido de que 60 mil muertes sería una cifra catastrófica y llevamos 300 mil en cifras oficiales.
Igualmente tenemos a “textoservidores” –como ellos mismos llamaban a quién defendía a Peña Nieto— reclamando e insultando a quién crítica el nombramiento de ex gobernadores priístas en un gobierno de Morena luego de, curiosamente, perder las elecciones en sus estados.
Pero, eso sí, todos los que se dicen opositores en redes sociales están hablando y haciendo memes del “testamento político” del presidente, de la foto que presentó en sus redes su esposa y del centenario de Luis Echeverría.
Hay veces que los temas, por más que uno no quiera, se dirigen a dibujar un país en el que la propaganda y los distractores importan más que los temas que nos hacen daño, pero –hay que reconocerlo— esto es parte de la transformación que muchos defienden.