Guerrero, pintas y piedras contra los muros de los cuarteles de Chilpancingo e Iguala

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El 13 de septiembre (022) un nutrido grupo de jóvenes, la mayoría de ellos encapuchados, estuvieron en actitud violenta frente a los portones del muro que rodea los cuarteles e instalaciones de Sanidad de la 35 Zona Militar; desde que esos llegaron estuvieron arrojando piedras contra el portón y muros del campo militar localizado justo frente a la carretera federal que lleva de la CDMX al Puerto de Acapulco y viceversa, además hicieron los que mejor les sale, grafitear denostaciones y posiciones.

¡Entre gritos de “!  vivos se los llevaron vivos los queremos!” y”! nos faltan 43!” los entes violentos mostraban sus enojos y frustraciones incluso arrojando hacia muros, puertas y patio petardos y botellas con gasolina y fuego emulando a Molotov. El clímax de tal evento llegó cuando esos, los violentos, robaron un vehículo repartidor de Coca cola y, de reversa lo empujaron contra el portón cerrado de ese cuartel logrando vencer la resistencia de la tranquera, gritos de júbilo órdico, humo, olor a gasolina y el ir y venir de reporteros entre secos “clics” de cámaras disparándose completaban esa obra de violencia. 

Dentro de las instalaciones militares, sobre su calle principal entre 20 y 30 soldados (entre ellos más de 10 mujeres) se encontraban en formación “antimotín” con escudos y cascos también antimotín, los de uniformes pixelados se aprestaban para ser una línea de protección en caso de que ese centenar de supuestos normalistas rurales decidieran adentrarse a los cuarteles y hospital. Acá es de estudiarse por qué aquellos entes violentos no pusieron un pie dentro del campo militar siendo que ya habían vencido la puerta,  ¿sería que, quien diseñó el ataque al Cuartel General de la 35 Zona ordenó que nunca se traspasara al portón? De ser ese el caso el asunto se hace más preocupante pues eso dejaría saber que tales actos de subversión traen un “comandante”; entre los datos importantes hay quien asegura que en el puente peatonal localizado frente a la entrada de ese cuartel y sobre la carretera estaba una mujer joven, catalogada como “influencer” de youtube y que esa iba acompañada de un hombre armado con un rifle de asalto. ¿será solo ruido? Acá el punto es el sonido generado en torno a ese ataque a instalaciones militares estaba en el acto en sí.

14 de septiembre (022) Iguala Guerrero. Tal como sucedió 30 horas antes en la capital del Estado ahora el ataque al cuartel militar (27 Batallón de Infantería) se deba casi siguiendo el guion del día anterior afuera del 50 Batallón, incluso el vehículo que aventaron contra la puerta del 27 Batallón, cuartel situado dentro de la ciudad tamarindera, pareciere que es de la misma empresa refresquera y el mismo modelo; mismas consignas, mismo fuego y pintas en puertas y paredes; ahora, tal como sucedió el día anterior en Chilpancingo, en Iguala las tropas de la guardia en prevención actuaban consientes de la asimetría de los agresores, “mujeres y hombres jóvenes empujados por arengas políticas y utilizados por intereses que ni ellos, hablo de los jóvenes, conocen” … pero, (ese “pero destructor) en ambos eventos hubo algo que marcó el análisis posterior a tales actos que iban de las simples protestas a actos netamente subversivos.

Hablamos de que en menos de 48 horas fueron atacados (asimétricamente pero atacados al fin) dos cuarteles militares, el Cuartel General de la Zona Militar núm. 35 y horas después el Cuartel donde se acantona desde hace décadas el Batallón de Infantería núm. 27, escribimos que las arengas, los petardos las botellas de gasolina y fuego e incluso los “camiones misil” aventados contra los portones de los cuarteles eran similares, más, hubo algo, mejor dicho, (no) hubo algo que puso a pensar a los analistas, seguramente en su momento Emilio Vizarretea, Alejandro Hope, Juan Ibarrola e incluso el mismo maestro Oliva podrán hacer notar…¡¿y las fuerzas policiales del Estado de Guerrero?! ¡¿y los entes mediadores del aparato de Gobierno del Estado de Guerrero?!   

Lo cierto fue la ausencia total de los verdaderos policías antimotín dentro de la Entidad Federativa, ahí, policías estatales preventivos, policías preventivos municipales e incluso cuadros de bomberos y protección civil tuvieron que haber estado presentes en los dos ataques, argumentará el Gobierno del Estado que “no quería provocar a los ayotzis” o que “ese evento no estaba contemplado y por ello no se dispuso de policías preventivos, werever.

Otra gran ausencia fue la de funcionarios de la Secretaría de Gobierno del Estado de Guerrero que bien pudieron encaminar la violencia hacia otros rumbos; lo cierto está en que los manifestantes que buscaron hacer de los cuarteles de Chilpancingo e Iguala su “Bastilla” pudieron haber subido el tono de sus protestas y eso pudo haber desencadenado efectos violentos, una vez más mi reconocimiento a los sargentos y oficiales de las dos unidades militares (50 y 27 Batallones) estos administraron con justicia la violencia. En fin.

Dicho lo cual regreso a seguir viviendo este, alguna vez mes patrio. Ahora queda esperar la extensión de este patrullamiento vía “la vuelta a la mesa”

Ultimo patrullaje. – en el patrullamiento que seguirá a este buscaremos dejar perfectamente sabido que -la Seguridad Pública de México, desde los días de Porfirio Díaz ha estado en manos del Ejército, con el Presidente oaxaqueño solo la ciudad de México era vigilada por gendarmes, en el resto del territorio nacional rurales y soldados hacían veces de Policías Urbanos-, pero ya extenderemos esa idea.

Balazo al aire. – ¿y dónde están los políticos cuando se les ocupa?

Oxímoron. –  tormenta de paz.

Haiku. – extraño tus pies tibios

              cuando hay tormenta.

              Ay amor mío