El Partido Acción Nacional (PAN) últimamente promueve Gobiernos de Coalición. Por ejemplo, en el Estado de México trabaja con sus legisladores para establecer esta figura en el ordenamiento jurídico respectivo. Aunque lo pueden integrar de facto, como en Durango, cuya Constitución Política no lo ordena, a menos de contemplarse en la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo o en cualquier otra ley.
Como sea, el 15 de septiembre el presidente nacional del PAN, Marko Cortés Mendoza, asistió a la toma de protesta del priista Esteban Villegas Villareal como gobernador constitucional de Durango, el cual presumió como el “primer gobierno de coalición” en dicha entidad federativa.
Gobierno, dijo, que tiene el reto de demostrarle a todo México que “sí se pueden cumplir acuerdos, que la palabra se honra y que se puede gobernar dando resultados a la gente”.
¿Será que el PAN insista en no dar por muerta la coalición electoral y legislativa “Va por México” con el PRI y el PRD?
Eso a pesar de la “traición” del dirigente nacional priista, Alejandro Moreno Cárdenas (“Alito”), y del líder de su bancada en la Cámara de Diputados, Rubén Moreira Valdez, al respaldar la iniciativa para ampliar de cinco a nueve años la permanencia de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública.
Bueno, el priista Esteban Villegas ganó la elección mediante la coalición “Va por México” antes del doblez de “Alito” y de Moreira a cambio de la impunidad del campechano. Y conforme a su discurso en la rendición de protesta, parece estar en un tono institucional, de conciliación y de acuerdo con el gobierno federal.
Obvio, tampoco es suicida. Necesita que el gobierno federal le eche una manita, porque su antecesor, el panista José Rosas Aispuro Torres, le dejó finanzas en “números rojos”, en consecuencia Durango “atraviesa por enormes dificultades y no será tarea sencilla (gobernar)”.
Imagínense. Entonces nada tienen qué presumir los panistas. Ni cómo refutarle al presidente Andrés Manuel López Obrador su discurso en contra de la corrupción. Y hasta copió al tabasqueño al decir no se solapará que “pocos estén viviendo como reyes sin trabajar y la mayoría batallando todos los días…”
Habrán tragado camote los panistas presentes en la toma de protesta del nuevo Gobernador de Durango: El líder nacional Marko Cortés y el presidente de la Mesa directiva de la Cámara de Diputados Federal, Santiago Creel Miranda. Y de paso los personajes de otros partidos: el dirigente nacional del PRD, Jesús Zambrano, y “Alito”.
¿Seguirán en alianza electoral?
Al Secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández (de Morena) y presidenciable le habrá caído como anillo al dedo el discurso de Esteban Villegas. Bienvenido todo lo que beneficie al partido guinda.
En fin, según dan cuenta medios de comunicación en gabinete de Esteban Villegas está conformado por priistas, algunos panistas y algunos perredistas. Obvio, con preferencia de militantes del Revolucionario Institucional al ser su partido político.
Legalmente cuando concluye un proceso electoral, termina la coalición. Y solamente hay gobiernos de coalición legal donde la normatividad lo prevé; en los demás casos son gobiernos de coalición de facto. Como el que hubo en el estado de Oaxaca en el periodo de Gabino Cué Monteagudo, quien repartió las secretarías entre los partidos que se coaligaron para llevarlo a la gubernatura: PRD, PAN, PT y Convergencia.
Había hasta priistas en posiciones de primer nivel, lo cual generó las sospechas de que grupos del PRI inconformes con el gobernador saliente, Ulises Ruiz Ortiz, jugaron las contras para hacer ganar a Cué Monteagudo.
Y aunque Gabino haya puesto su mejor esfuerzo, al final su gobierno resultó un fracaso. Nadie le hacía caso a nadie. Las personas que pasaron como titulares de la Secretaría General de Gobierno (Irma Piñeyro Arias y Jesús Martínez Álvarez) estaban de adorno y hasta se confrontaron internamente; el gobernador no les dio la autoridad suficiente frente al resto de servidores públicos.
Los secretarios de Finanzas y de Salud, Gerardo Cajiga y Germán Tenorio Vasconcelos, entre otros, terminaron con sendos procesos penales. La Contralora (de filiación panista) terminó acusando a miembros del gabinete (de origen perredista) de desvío de recusos.
Y cosas por el estilo sucedieron en ese primer gobierno de coalición de facto en Oaxaca.
Por eso dice bien la panista duranguense, Cecilia Patrón Laviada, “tienen que tener un mensaje claro, no son la repartición de los puestos públicos, se trata de que diversas fuerzas tengan participación y sea un gobierno que vaya con los ciudadanos de la mano.”
¿Se podrá en Durango? Ahí la voz cantante la tiene el PRI, aunque Esteban Villejas tiene el derecho y la obligación de ejercer plenamente el Ejecutivo estatal.
¿GOBIERNO DE COALICIÓN EN OAXACA?
Después de la experiencia con el gobierno coalicionista de Gabino Cué Monteagudo, más de un oaxaqueño, oaxaqueña, se pregunta si con Salomón Jara Cruz (de Morena) viene como una segunda parte de un gobierno semejante.
Ya la Constitución Política de Oaxaca establece la facultad del Gobernador del Estado de “en cualquier momento, optar por un gobierno de coalición con uno o varios de los partidos políticos representados en el Congreso del Estado.”
Ojo, no ordena que precisamente los partidos que fueron aliados electorales.
Y añade: “El gobierno de coalición se regulará por el convenio y el programa respectivos, los cuales deberán ser aprobados por mayoría de los miembros presentes en el Congreso del Estado. El convenio establecerá las causas de la disolución del gobierno de coalición…”
¿Será qué Salomón Jara opte por el gobierno de coalición?
Veremos. Él asume el cargo el 1º de diciembre próximo.
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