Decidió abrirse a los medios y exponerse a la opinión pública. Atrevida, sincera, guerrera, directa y en ocasiones temeraria porque así son las circunstancias. Elba Esther Gordillo ha demostrado tenacidad y compromiso con sus propios principios. Le ha hablado y continúa haciéndolo al poder, ese mismo que se encargo de encumbrarla y de castigarla.
Las condicionantes para intentar demolerla se debieron más a ajustes y a revanchas de quien califica como su verdugo (Peña Nieto) que por razones que comprobarán ilícitos. No gusto al sistema que con su fuerza defendiera a su modo a los maestros.
En alguna ocasión le cuestione “deseas ser la líder que se opone a la Reforma Educativa o quien la apoya”.
Sin rodeos, como siempre, me respondió “quieren evaluar a mis maestros sin siquiera haberlos capacitado, sin darles los mínimos recursos, sin tener espacios dignos y eso no puedo permitirlo”.
Y fue una afrenta para el gobierno que daba la impresión de querer hacer una limpia laboral. Elba hizo lo que hoy se demanda a los sindicatos, proteger a su agremiados de los abusos de Palacio.
Lo he escrito, quién ha respondido por los mineros (por cierto la tragedia de Coahuila ya se le olvidó al presidente), quién se ha manifestado a favor de los petroleros, de los médicos y enfermeras abandonados en la crisis de la pandemia, de los pilotos y sobrecargos castigados por la reducción a Categoría Dos o de tantos miles de trabajadores que se ajustan a los caprichos de un gobernante con un cuerpo de legisladores cobardes y agachones. La maestra confrontó a Zedillo cuando secretario de educación y luego presidente. Las marcó su posición y les propuso diálogo nunca juegos sucios.
Lo ha escrito y lo refrendo ahora que he revisado un par de recientes entrevistas a Elba, nunca se prestó a incendiar al país, a usar a los suyos como grupos de choque, a humillar a sus maestros ante las arbitrariedades del gobierno, no salieron a pintar bienes de la nación, ni a secuestrar caminos federales menos a golpear y asesinar. Sus manifestaciones fueron en los sitios donde se deciden los asuntos.
Por ello Elba Esther Gordillo se perfiló para representar a los sindicatos latinoamericanos, la batalla dura como siempre. Elba no ha cambiado en sus convicciones pero la percibo más sólida reclamando sus derechos, incorporándose a la dinámica de la política, exigiendo sus espacios, marcando pautas.
Vienen tiempos específicos para mostrar liderazgo, en concreto las elecciones en Coahuila, Estado de México y las federales en el 2024. Jugará un papel trascendental. Sabe a quienes tiene enfrente incluyendo a un presidente que la ha denostado y menospreciado, descalificado radicalmente.
Está frente a un Estado, el de México, donde ha sobrevivido el grupo político más sólido en la historia pero también donde Peña Nieto emergió pero con un par de sujetos, Delfina Gómez (sentenciada como delincuente electoral) y Horacio Duarte que, también he escrito, debe explicaciones acerca de un avión boletinado bajo sospecha de transportar terroristas, armas y droga rumbo a Sudamérica y el robó de 20 contenedores en Manzanillo.
Y Coahuila, una Entidad que ha sufrido el abandono federal de sus trabajadores y la apatía de un sujeto como Napoleón Gómez Urrutia, rescatado por el tabasqueño para fines políticos. Ahí se verá el papel y la firmeza de Elba quien debe pensar, cómo lo ha hecho, en las instituciones y el país.
Conductor del programa VaEnSerio mexiquense tv canal 34.2 izzi 135 y mexiquense radio
@cramospadilla