La confrontación está planteada, y dos de las cuatro corcholatas –Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal– ya le mostraron los colmillos el pasado fin de semana a Andrés Manuel López Obrador.
“El pueblo tiene que elegir a quién sigue… no el dedazo”, le advirtió su canciller Marcelo Ebrard.
Lo mismo opina el senador Ricardo Monreal, quien durante al menos año y medio ha insistido en exigir reglas claras y piso parejo en la contienda presidencial de Morena.
Desde el viernes 29 de abril en que se reunieron por primera vez los 4 más firmes aspirantes presidenciales de Morena con el propio presidente Andrés Manuel López Obrador, y que fueron reconocidos por este como sus hermanos políticos y de entre quienes surgirá su posible sucesor, Claudia Sheinbaum, Adán Austo López, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal han acelerado el paso por la candidatura de su partido.
El único que se retrajo un poco fue Monreal, quien sin embargo ha insistido en que persistirá en su empeño por ser el sucesor de AMLO en Palacio y quien desde entonces modificó su discurso para alinearlo al del mandatario, sobre todo en su disputa contra los 8 ministros de la Corte que invalidaron el primer paquete de reformas del Plan B electoral del mandatario.
Ha trascendido que durante este encuentro en Palacio, AMLO les habría pedido ponerse de acuerdo entre ellos para lanzar un candidato de unidad que evite fracturas internas en Morena y la posibilidad de una derrota anticipada.
Sin embargo ninguno de ellos ha propuesto ningún encuentro con ese fin.
Por el contrario Sheinbaum continua con sus giras por el país don, afirman los propio morenistas, se da una cargada impulsada desde las gubernaturas estatales en su favor, junto a la proliferación de espectaculares y bardas pintadas con mensajes en su favor.
Más o menos con el mismo impulso el titular de Gobernación, el tabasqueño Adán Augusto López igual aparece al lado de los gobernadores de Morena y en ruedas de prensa o entrevistas en las que habla abiertamente de sus aspiraciones por ser el sucesor de su paisano y amigo.
Hay quienes aseguran dentro de Morena que Adán Augusto López va con una estrategia menos ostentosa pero más firme al realizar acuerdos y pactos con los gobernadores de Morena, para sumar hoy más de 12 de los 22 que tiene su partido en el país.
En este contexto, quien ha acelerado el paso es Ebrard, quien bajo el pretexto de promocionar un libro autobiográfico va de un estado a otro en abierta campaña por la candidatura presidencial.
Sin embargo, y a pesar de que cada vez la disputa es más pública, los jaloneos entre los aspirantes y sus equipos se dan en forma interna en Morena.
Ahí repercuten las exigencias de Ebrard y Monreal por una pronta definición de reglas por acuerdo para ir a una elección interna dentro de las mismas condiciones para todos.
Detrás de las exigencias de Marcelo y Ricardo están dos hechos esenciales:
– Que ellos saben que no son los “elegidos” de AMLO, quien más bien los utiliza para darle credibilidad y legitimidad a su muy obvia elección vertical;
– y que los tiempos del proceso legal inician en agosto, es decir, en 70 días apenas los suficientes para realizar una campaña para obtener apoyos hacia una encuesta.
De hoy a agosto, Ebrard y Monreal deberán definir que hacer si AMLO no los escucha y decide no abrir la contienda. Si él de Macuspana persiste en ser el gran elector del candidato presidencial, ambos quedarán como marionetas que fueron usados para sacar adelante a Claudia o a Adán Augusto que son los obvios dos elegidos de AMLO para de entre ellos sacar a su sucesor.
Y es que lo que le piden Ebrard y Ricardo a AMLO es no ser él el elector, sino que los ciudadanos escojan vía voto en una interna quien de los 4 debe ser el candidato de Morena a la Presidencia en 2024.
Nada más y nada menos que eso.
Evidentemente que AMLO no cederá lo que considera su derecho de elegir a quien ocuparía “su silla” en el principal despacho de Palacio Nacional.
¿ES EBRARD UN POSIBLE CANDIDATO OPOSITOR?
Así las cosas, mientras dentro de Morena prevalece la línea de AMLO, Ebrard y Monreal presionan mediáticamente a fin de ver si es posible o no ir a una contienda interna real.
En esta pelea es en la que el hasta hoy titular de Relaciones Exteriores, pide a los gobernadores de Morena no alinearse a ninguno de los 4 autoreconocidos como “corcholatas” de Morena.
Les recordó a los mandatarios estatales que el proceso interno para elegir al abanderado morenista debe mantenerse abierto a pesar de que aún no existe una definición.
La exigencia de pedirles a los gobernadores mantenerse al margen de este proceso, lo hizo Ebrard porque no se han guardado las formas ni respetado la legalidad al colocarse ellos al lado de alguno de los 4 aspirantes, especialmente al lado de Claudia y Adán Augusto López sin que haya habido aún ningún debate o presentado sus proyectos de nación, o sus propuestas.
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