Pues sí, cual monumentos a la ociosidad circulan dos extrañas propuestas ligadas a la oposición siempre extraviada, que a estas alturas no ata ni desata y persiste en mostrarnos una baraja muy ajada y figuras tan grises como el cemento. No falta el despistado que salga a defender los nombres que postula, parvada de impresentables e indefendibles. Da lo mismo si son de familias presidenciales o exgobernadoras tlaxcaltecas. Entiéndase, que es muy sencillo: van sin agenda interesante y no es distinta a lo que se derrotó en 2018 por inoperante y corrupto y que representan y encarnan, ni son capaces de plantear algo distinto a lo mucho que quedó a deber el PRI, sobre todo, el partido del que provienen y cuya putrefacción lleva décadas y solo no la ven los beneficiados de él. Servilismo puro que no merece negarse. Cosa fácil de entender. No hay que darle tantas vueltas. Creel y Gálvez, por su parte, no son la sensación ni mucho menos, la garantía de progreso.
En ese mismo contexto, en primer término se propala los nombres de Samuel García y Colosio Riojas, para paliar la carencia evidente de candidatos opositores, que por nada tiene que ser solo uno, ya que podrían ser más candidatos y hacer más interesante la carrera presidencial y sépase que Morena no tiene el triunfo en el bolsillo, pero son tercos y no entienden los opositores, genuflexos al Señor X. Hay mucha necedad entre la clase política, toda. El aporte dual de Movimiento Ciudadano, sea por sí o aliándose al Frente que se va de frente, es nula y tan mediocre como el Frente. Con esos dos nombres aporta nada valioso a la oferta opositora.
En esa tesitura, como nota marginal decir la oposición que el debate de los libros de texto lo inventa López para sacar a Gálvez de los titulares, es absurdo por tres razones, amén de que la oposición vociferante y se queda en eso, se compra sus propias mentiras y elucubraciones y ya no distingue la realidad de sus burdas ficciones: 1) Xóchitl Gálvez vende humo, o lloriquea o expone su modelo de país. No ha podido hacer las dos cosas. Lo segundo brilla por su ausencia. La gente no vota lloriqueos. 2) La oposición, tanto partidos como gente de a pie, coge el tema de los libros de texto por el oportunismo de siempre ante la inmediatez del regreso a clases. Punto. 3) El asunto librario camina solo. Si la Gálvez no es noticia es porque no la da. Es una candidatura hueca que no logró decir nada interesante en las semanas que estuvo en el candelero. Y no dijo nada interesante porque ella misma no lo es. Lo demás es quererle poner sabor a un plato insípido como ella. La oposición carece de candidato en 2024. Déjense de darle tanta vuelta. Les parece más bonito el dedo elector del Señor X y se les ve tan a gusto. Burdos.
Y así, retomando, como segunda idea estrambótica por no decir trágica, tenemos que se dice que la verdadera estrategia opositora no es la presidencia –que la sabe perdida para sí en 2024– sino buscar que la gente vote al Frente opositor para que acapare el Congreso de la Unión. De hacerlo, aunque no importe perder la presidencia que se ve perdida pongan a quien pongan de candidata, los opositores a Morena retendrían el Congreso dizque para equilibrar y frenar a Morena si ganara la presidencia. Uy. Dicen que es democrática la división de poderes, confundiendo eso con el inalienable derecho ciudadano a decir quién ocupará sus sitiales y con el asunto de que los partidos políticos sean distintos en cada poder, que aun coincidiendo en ambos, podrían actuar de forma distinta entre sí. Es que son cosas diferentes la división de poderes y los partidos ocupando cargos, pero los opositores con supina ignorancia o malintencionado proceder, revuelven temas. En una de esas, el Frente que se va de frente, igual y pierda todo por obtuso que es.
Parten los opositores de una quimera paradójica en su concebir el mundo: que ganarán, pongan lo que pongan a competir al recetar los mismos ajados nombres de los mismos impresentables –Edomex demostró que no es así, mas son tercos– y la verdad es que dependerá los votos a obtener mucho más de lo propuesto como candidatos que de las propuestas en sí. Y sí, los mismos de siempre solo ofrecen lo mismo de siempre, lo rechazado en 2018. La gente no solo no votará ciegamente a esos partidos. Valorará personajes. Y a saber si controle algo, como para decidir como electores, quién quedará. Y desde el Frente amplio, confiando en quimeras, así promete hacer dos cosas bajo su sombra: si sus candidatos ganaran la mayoría congresional, adelanta otros 6 años de un “no” permanente a un posible gobierno morenista sin proponer nada a cambio. Exactamente como lo hacen desde 2018. Eso es la oposición en 2023 y esa es su propuesta que se traduce en una segunda cosa: seguir frenando a México. Aquí sí cabe decir que, por fortuna, el gobierno morenista actual no se ha detenido en sus políticas y procesos por las tarrascadas opositoras. Lástima que solo mediocres quieran ser los opositores en el Congreso para frenar y no para construir en armonía, van sin propuesta, como es lógico y son el resultado de los genuflexos partidos secuestrados por el Señor X y que solo siguen sus directrices. Así, le dan la espalda a México –eso es muy importante y que nadie lo olvide– conduciendo a que los electores en mayoría den la espalda a PRI, PAN y PRD. Ese trío es lo mismo entre sus componentes, mimetizándose, y para mal.
Entonces, corre cual reguero de pólvora que el presidente apuesta por que MC se lance en solitario con Colosio y con Samuel García. Que dizque para dividir al voto opositor. Es tomar por tonto al electorado. Hay muchos peros a esa hipótesis. Primero, todo indica que MC sigue su propio juego, lejos, muy lejos de que quiera colocar un presidente o reparta el botín por mucha presidencia que sea. Y dividir…no, no pinta para eso. MC no va por la presidencia, sino por conservar el negocio del registro de partido. Un negocio redituable, al tiempo que conserva su independencia y no se sube al Titanic como bien lo describió el impresentable Delgado Rannauro, que tuvo la cara y se destapó con López Dóriga como candidato. Acaso, mejor que renuncie a ese plan, ya que sí podría perder el registro por falta de interés de los electores en su estrambótica candidatura. Sus supuestos candidatos retales tampoco son competencia de los otros opositores. Reiteramos desde esta columna, no se tome por tontos a los ciudadanos.
En segundo lugar, aunque de MC no fuera trascendente su candidato, si bien partimos de que otro impresentable como Alfaro que –Deus gratia, nadie considera– no sería garantía de triunfo, si es verdad que tanto Colosio como Samuel García son garantía de debacle, frivolidad e inoperancia. No son atractivos por más que haya quien afirme que sí. Dicho a juzgar por su desempeño, que apenas si permitiría consolidar nada por la brevedad al frente de sus puestos actuales, como para llevarlos a una candidatura presidencial en 2024 y, en caso de ganar el cargo cualquiera de ellos, faltaba más, llegar sin verdadero plan de trabajo. Así que ese par, Colosio y García, no están para morirse ni nos sacaríamos la lotería con ninguno de ellos en 2024. ¿En 2030? en esta columna no hacemos futurismo.
Son dos referidos de muy poca valía a juzgar por su desempeño. De los dos, Colosio y García, no se hace uno. Y lo menos que puede pedirse es un simplemente que ya dejen a Colosio en paz, que no la halla desde 1994, cuando lo usufructuaba el PRI endilgando su memoria a todo el país sin derecho a ello. Ni a usufructuarla ni a endilgarnos el nombre en plazas y mercados por doquier. Nada debe México a la familia Colosio. Nada. Así que como no sea por los presuntos y cuestionables méritos muy escasos a simple vista del político Luis Donaldo Colosio Riojas, será lo único que en una república democrática podría posicionarlo mejor. ¿Qué le se quiere solo para fracturar al Frente opositor? ¿ese que de por sí, se va de frente? sería relativo porque a los emecistas de todas formas no se les veía muy dispuestos a insertarse en el mentado Frente. Así que despreocupémonos, ya que una candidatura de MC será más para consumo interno y de algún despistado.
Sí es una pena que el PAN este sometido por el Señor X y haya defenestrado a Romero Hicks que alzó la mano. El exgobernador de Guanajuato a diferencia de Creel y muy distinto a Cortés, ofrece mejores resultados en su haber, un perfil bajo, discreto y la cabeza amueblada. Nada que ver con Cortés. Sus defectos son tres: 1) acaso, el perfil bajo sea por estar arrinconado por gente que carece de cabeza en su partido; 2) su moderación contrasta con las gracejadas de Marko Cortés que va de mal en peor y, desde luego, cree que decir diario disparates dignos de diván, es mejor, y 3) si Romero Hicks no es el único candidato de su partido, es porque otros con más locuacidad y oportunismo le ganan los reflectores. Los dislates de Santiago Cree-él, por ejemplo. Es una pena que un perfil tan hecho, tan estructurado como el de Juan Carlos Romero Hicks tenga que hacerse a un lado por la impostura de Xóchitl Gálvez y el histrionismo mamarracho de Santiago Creel, solo superado por el de Cortés. Por una vez que el PAN muestra algo interesante y lo sobajan poniéndolo hasta el final de la lista. Más impulsaron a Gurría, el ángel de la dependencia, suma de desatinos, que los va a asesorar, dicen, defensor del neoliberalismo, de cuyo pasivo aún no nos recuperamos.
Y quien guste pasar a lavarle la cara a cualesquiera de los referidos, allá su conciencia. Esta columna, desde luego, no tiene el menor interés en hacerlo.
Post scriptum: como se nota que el panista Marko Cortés no coge un libro ni por error. Desconoce el efecto que causa arrancarle hojas al que sea. El deterioro y desparpajo que causaría va de la mano de su propio desparpajo. Eso explica que proponga tanta tontera.