Ante la carencia de ideas propias y de un pensamiento estratégico que se requiere en la presidencia de la República, la candidata opositora Xóchitl Gálvez Ruiz se ha dedicado a pelotear de botepronto todo tipo de ideas circunstanciales que pudieran mantenerla en el ambiente mediático, pero que en el fondo representan una definición ideológica ultraconservadora de sus posiciones políticas.
Sin entender la lógica política e histórica de Argentina ni reflexionar sobre el desgaste del peronismo que llevó a la disolvencia del populismo instaurado en 1944, la candidata Gálvez Ruiz quiso hacer un juego de imágenes diciendo que el populismo lopezobradorista estaba “temblando” porque aquí en México se repetiría la experiencia argentina de Javier Milei.
El problema de fondo no fue esa política mediocre y superficial de hablar de todo sin conocimiento de causa, sino en el hecho de que la candidata del Frente Amplio ya se enroló en el pensamiento político y económico ultraneoliberal y fascista de Milei, respondiendo más a los intereses ideológicos ultraderechistas de los expresidentes Fox y Calderón que firmaron una carta de apoyo a Milei promovida por la ultraderecha de España Partido Popular-Vox-Yunque.
Una cosa es que la ideología política circunstancial hoy del PRI, el PAN y el PRD responda más a los intereses del neoliberalismo salinista del Tratado de Comercio Libre y otra cosa muy diferente que la candidata Gálvez Ruiz y el FAM se presente como la versión mexicana del ultrarreaccionario Milei. Mientras una parte del discurso de la candidata Gálvez Ruiz insiste en regresar al populismo social que le arrebató López Obrador al PAN-PRI-PRD y se compromete a fortalecer el Estado para defender a marginados, ahora resulta que a la bandera del FAM quiere presentarse como la imagen mexicana del Milei que quiere desaparecer el Estado, disminuir el gasto social y enrolar a Argentina en la lógica de seguridad nacional de Estados Unidos.
La derechización económica de los partidos del Frente Amplio ha configurado una propuesta coherente y conjunta entre tres formaciones que hasta hace poco representaban enfoques diferentes y hasta antitéticos sobre economía, Estado y sociedad y hoy se conjuntan en una versión mexicana de Milei que ya había sido prefigurada y operada por Carlos Salinas de Gortari en su ciclo de poder 1979-1994: el fin del proyecto histórico de la Revolución Mexicana y el surgimiento de un neoliberalismo típico mexicano que aplicó en el sexenio de Miguel de la Madrid y en el propio sexenio salinista para liquidar la función social del Estado.
En este contexto, el entusiasmo de la candidata Gálvez Ruiz a favor de lo que representó en Argentina el candidato ultraderechista y fascistoide de Milei responde a la verdadera lógica del perfil de la bandera del FAM como parte de una propuesta ultraconservadora frente a la candidata populista Claudia Sheinbaum Pardo. En este contexto, la vestimenta indígena de Xóchitl no sería más que un disfraz de su verdadero pensamiento radical de ultraderecha que continuará lo iniciado en el neoliberalismo salinista: la liquidación de los últimos vestigios de los pueblos originarios que fueron aplastados por el criollismo de la Corona española y que fundaron –en enfoque de Octavio Paz– las bases de lo que sería el Reino de la Nueva España asociado a la Corte de Fernando VII.
El botepronto de la candidata opositora Gálvez Ruiz apoderándose de la victoria ultraderechista de Milei representó la verdadera ideología fascistoide que pudiera estar prevaleciendo en el pensamiento profundo del PRI, el PAN y el PRD como promotores de la candidatura de la exfuncionaria foxista. Y que el radicalismo ultraderechista de Milei en la operación de sus primeras decisiones rabiosamente antipopulistas estarían convirtiéndose de manera automática en las banderas del Frente Amplio por México y su proyecto ideológico-económico vinculado a los intereses de la derecha económica.
Y en el fondo, el entusiasmo de la candidata Gálvez Ruiz por la victoria de Milei sobre los últimos vestigios del peronismo populista argentino estaría demostrando que el FAM sigue careciendo de una propuesta ideológica propia y se seguirá montando sobre la coyuntura de circunstancias que obedecen a tiempos históricos diferentes.
Al colgarse de la victoria de Milei, Gálvez Ruiz y su promotor Claudio X. mostraron el perfil ultraderechista de la candidatura del FAM.
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Política para dummies: la política suele mostrar lo que no se tiene.
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