El futuro que deseamos

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Las utopías siempre han sido atractivas, pero irrealizables, cuándo los mexicanos
hemos estado animados de que “ahora sí nos va a ir muy bien”, pero luego viene la
decepción e inicia un nuevo ciclo de esperanza.

A veces sucede cuando uno se encuentra atribulado en la noche por algo, se acuesta a
dormir y durante el sueño después de darle veinte veces vuelta al asunto, como por
arte de magia llega la solución, y en eso se da la mañana siguiente sintiéndose uno
fresco y renovado, con fuerzas para seguir adelante.

Esa ansia de renovación es la que tenemos ante las elecciones que vienen, ya no
queremos más engaños, ya no queremos más decepciones, no queremos más
mentiras y traiciones, pero tampoco queremos el mal menor, queremos que las lacras
del pasado, que son muchas, se eliminen de una vez por todas; eso no va a suceder
por arte de magia. Tendremos que continuar luchando después de las elecciones, gane
quien gane. Claro está, si gana Xóchitl con la oposición, continuaremos luchando para
que no nos vuelva a suceder lo que ha acontecido con el actual gobierno, mientras si
persiste el actual régimen con Claudia, nuestra lucha será cruenta y fuere porque se
vendrían grandes pérdidas de libertades en el país, empezando por las políticas, y
luego las económicas, para finalmente pegarnos a todos personalmente en el
desarrollo de nuestras vidas y en la seguridad de nuestro patrimonio.

Todos deseamos un futuro de orden, de seguridad y de paz. Todos queremos que haya
un ambiente en México apto para el desarrollo de los emprendedores, para que llegue
a borbotones la inversión nacional y extranjera, deseamos tener un entorno para que
todos podamos realizar nuestros anhelos en la vida.

Para lograr eso es necesario desterrar del poder a este gobierno manipulador,
perverso, mentiroso y traicionero que hemos elegido en México, que a través del
supino engaño embaucó a millones de personas en la ilusión de que iba a combatir la
corrupción, a las mafias del poder de la oligarquía