Se necesitan fuentes de empleo, trabajo y crecimiento económico

0
211

En la mayoría de las entidades federativas, salvo algunas del Norte y Centro, el mayor empleador es el gobierno, porque hacen falta fuentes de trabajo que redunden en beneficio de la economía de las familias y en el crecimiento económico del país.

Es como una cadena: Sin fuentes de empleo no hay trabajo y sin éste no hay bienestar económico, el cual no se podrá alcanzar con tan solo programas sociales, los cuales alivian necesidades momentáneamente, pero no son la solución.

Incluso, los programas sociales requieren presupuesto, que en parte se obtiene de los impuestos que pagan personas físicas y morales, del sector productivo del país. Pero si no hay comercio, empresas, industria, no crecen ni la recaudación ni el presupuesto en la dimensión necesaria para el gasto público y para el crecimiento económico de cada entidad, de cada municipio y de México en general.

En ello deberían pensar las personas aspirantes a los cargos populares a elegirse en 2024: Presidencia de la República, diputaciones federales, senadurías, diputaciones locales, concejalías a los ayuntamientos, alcaldías, ocho gubernaturas y la jefatura de gobierno de la Ciudad de México.

Pensar en ofertar programas para impulsar la creación de fuentes de empleo, fortalecer las existentes con estímulos fiscales, garantizar mejores condiciones de trabajo, y promover el crecimiento económico del país, de las entidades federativas, de los municipios; claro, desde su ámbito de competencia.

Por ejemplo, desde las cámaras del Congreso de la Unión se puede promover establecer en ley otorgar de seis meses a un año de gracia a los comercios, empresas, industrias, de nueva creación para pagar determinados impuestos, considerando ese lapso como mínimo para la capitalización de las personas inversionistas (que todas lo son aunque sean en pequeño).

No que ni bien se dan de alta ante la autoridad tributaria y ya deben empezar a pagar impuestos, cuando en ocasiones por la misma naturaleza de la actividad económica tarda la generación de ingresos. Sí, solicitar el registro porque también tiene sus pros, pero además vendría mejor un periodo de gracia para contribuir.

También, según su competencia, desde los congresos de la Unión y locales, Ejecutivos federal y estatales, y ayuntamientos se puede reducir la tramitología para la apertura de comercios, empresas, industrias; los periodos para la obtención de permisos, licencias; flexibilizar requisitos, hacer entendibles las normas oficiales y reglamentos, cuya redacción es tan técnica que terminan desalentando o acarrean el incumplimiento.

Quien sabe si en otros países, pero en México resulta harto difícil emprender. En los tres niveles de gobierno muchas veces se padece la ausencia de ventanillas de acompañamiento al ciudadano para establecer un negocio, ni quien le explique el procedimiento a seguir.

Ah, viene en los portales electrónicos de las dependencias de los gobiernos. En ocasiones ni actualizadas están.

En fin, es tan fácil incrementar el salario mínimo, aumentar los días de vacaciones, o pensar en reducir la jornada laboral (cuya iniciativa quedó congelada por el momento en la Cámara de Diputados Federal), pero el gobierno y las personas legisladoras no relacionan las prestaciones laborales con las fuentes de empleo y con el crecimiento económico.

Es evidente que los políticos son queda bien con la clase trabajadora, que mucho ayuda cuando hay elecciones populares.

Se llenan de orgullo al decir, por ejemplo: “¡Este gobierno aumentó como nunca el salario mínimo!” ¿Y quién lo paga? Los patrones de los obreros. Porque el gobierno desembolsa dinero del ‘pueblo’ para la burocracia. Además el poder adquisitivo no se vio reflejado dado el proceso inflacionario.

Para pagar el aumento al salario, hubo patrones que se vieron en la necesidad de reducir el número de trabajadores o les incrementó tareas para evitar contratar más personal. Hay negocios que aún no se recuperan tras la crisis económica generada por la pandemia de Covid-19.

Está bien que gobierno y legisladores se preocupen y ocupen por incrementar los beneficios laborales, pero al mismo tiempo deberían impulsar la creación de fuentes de trabajo; pues a más fuentes, más personas pueden tener un empleo formal.