¿Puede el PRI ganar la senaduría de primera minoría en Oaxaca?

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Es la pregunta, la incógnita, el acertijo: El Partido Revolucionario Institucional (PRI) ¿puede ganar la senaduría de primera minoría en Oaxaca?

En base a números del histórico de sus votaciones, sí. Pero en los hechos parece difícil, aunque tampoco imposible.

De hecho, estadísticamente el PRI es la segunda fuerza electoral en el estado de Oaxaca.

En las últimas cinco elecciones de demarcación estatal (federales y locales) el PRI por sí mismo (sin contar coalición) ha obtenido el siguiente resultado:

En el 2010 cuando por primera vez perdió la elección de gobernador, obtuvo 584 mil 977 votos con Eviel Pérez Magaña como candidato; ha sido la más alta votación del PRI en la entidad oaxaqueña.

En el 2012 en la elección de senadores, obtuvo 432 mil 482 votos con Eviel Pérez Magaña como candidato, y que también ha sido la más alta votación del PRI respecto de este cargo. El PRI perdió la elección, pero al quedar en segundo lugar, obtuvo la senaduría de primera minoría.

En el 2016 cuando recuperó la gubernatura con Alejandro Murat Hinojosa, sacó 458 mil 240 votos ( aunque este resultado representó 126 mil votos menos que en el 2010).

En las elecciones de senadurías del 2018 alcanzó: 324 mil 405 votos (que sumados a los 59 mil 167 obtenidos por el PVEM y a los 54 mil 505 del Panal, fueron los votos por los cuales Raúl Bolaños Cacho Cué obtuvo la senaduría de primera minoría).

En la elección de gobernador del 2022 con Alejandro Avilés Álvarez como candidato, sacó 249 mil 309 votos, que ha sido la más baja votación del PRI en Oaxaca. No obstante de que todavía gobernaba un priista, Alejandro Murat, cuya reciente renuncia a este partido y su suma a Morena, confirmaron su traición al Revolucionario Institucional.

Pero a pesar de que la votación del 2022 ha sido la más baja del PRI, es más alta a la obtenida por el PT y el PVEM en las cinco elecciones consideradas párrafos arriba. Vean:

PVEM: 2010, 28 mil 674 votos; 2012, 49 mil 807; 2016, 34 mil 242; 2018, 59 mil 167; 2022, 21 mil 033 votos.

PT: 2010, 48 mil 579 votos; 2012, 85 mil 741; 2016, 176 mil 468; 2018, 122 mil 476; 2022, 54 mil 931.

Estadísticamente, la votación del PRI prácticamente rebasa el 3 a 1 al PVEM y al PT. O sea, estadísticamente sí podría ganar la senaduría de primera minoría.

Sin embargo, ahora las condiciones del PRI son distintas: No es el partido en el poder, carga a cuestas el pésimo gobierno de Alejandro Murat, además del descontrol interno por su traición; incluso existe la sospecha de que operadores priistas suyos todavía trabajan para rematar al Revolucionario Institucional con el tiro de gracia en las elecciones 2024.

Además, las candidaturas de la primera y la segunda fórmula del PRI al Senado de la República, María del Carmen Ricárdez Vela y Adolfo Romero Lainas, respectivamente, no son competitivas, ni se destacan por contar con capital político propio, ni trabajo a ras de tierra. Incluso, el candidato de la segunda fórmula es un cuadro de origen perredista.

Hasta parecen candidaturas para cumplir solamente con la formalidad de participar en el proceso electoral esperando un golpe de suerte. Vaya, como si el PRI estuviera en su mejores tiempos cuando ganaba sin importar quiénes iban en las candidaturas, y todavía se daba el lujo de postular personas sin arraigo.

En fin, no obstante, puede hasta salir favorecido con el golpe de suerte porque en Oaxaca los partidos políticos de la “Cuarta Transformación” local realmente están disputándose entre sí las senadurías. Las dos de mayoría prácticamente las tiene ganadas Morena (Antonino Morales Toledo y Luisa Cortés García), y la de primera minoría se la pelean entre el PT y el PVEM.

La del PT en la persona de Benjamín Robles Montoya es la oficialmente señalada por Morena nacional como la candidatura de Plan “C”; es decir, la que se busca entre como de primera minoría para que la 4-T se quede con las tres senadurías oaxaqueñas. Pero el grupo morenista en el poder local impulsó otra candidatura para el mismo Plan por la vía del Verde: Laura Estrada Mauro.

La competencia entre los partidos de la 4-T local puede pulverizar el voto de ésta, entonces saldría ganando el PRI. En una de esas hasta Morena puede perder las senadurías de mayoría.

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