- La Organización Internacional del Trabajo encontró que el 41% de las personas que trabajaban desde casa se sienten muy estresadas.
- Distintas legislaciones ahora establecen que los empleadores no pueden exigir que respondan a las comunicaciones en días de descanso o feriados.
En México poco a poco la nueva normalidad comienza llegar. A reserva del regreso presencial a clases, los grandes corporativos inician la convocatoria para el retorno a las oficinas, aún entre dudas, situación que se vive a nivel mundial.
El Covid-19 ha trastornado el mundo del trabajo y es probable que los efectos sean duraderos. Antes de la pandemia había unos 260 millones de trabajadores que no acudían a un centro laboral (sin incluir a los empleados domésticos o de cuidados). La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que esa cifra podría haberse duplicado para abarcar hasta la tercera parte de la fuerza laboral trabajando a distancia en América del Norte y Europa, y la sexta parte en África subsahariana.
El despliegue de vacunas, principalmente en el mundo desarrollado, ha incrementado las posibilidades de retorno al lugar de trabajo, pero muchas empresas y trabajadores han expresado su deseo de mantener cierto grado de trabajo a distancia después de ver algunos de los beneficios. Para los empleadores, estos beneficios incluyen minimizar el riesgo de contagio y, posiblemente, gastar menos en espacios de oficina, mientras que el personal ya no tiene que perder tiempo yendo y viniendo al lugar de trabajo.
Un estudio reciente de la Organización Internacional del Trabajo encontró que el 41% de las personas que trabajaban desde casa se sienten muy estresadas, en comparación con el 25% de las que trabajaban fuera del hogar.
“La forma más efectiva de eliminar el riesgo de contagio en un contexto laboral es, para quienes pueden hacerlo, el teletrabajo”, señala Joaquim Nunes, jefe de Salud y Seguridad Ocupacional de la OIT. “Pero debemos prestar atención también al bienestar físico y mental de los trabajadores”, acota.
Dado que es probable que el teletrabajo siga siendo un factor importante para muchas personas, Nunes dice que las políticas laborales deberán actualizarse para reflejar la nueva realidad.
“Es bastante probable que el aumento del teletrabajo durante la pandemia de Covid-19 cambie permanentemente la forma en que vivimos y trabajamos. Muchos gobiernos se han dado cuenta de esto y están revisando los derechos de los empleados que trabajan desde casa. Por ejemplo, las empresas deben asegurarse de que los trabajadores no se sientan aislados, además de darles el derecho a desconectarse en lugar de estar en línea las 24 horas del día”.
Una ley aprobada a principios de marzo de 2020 en Chile aborda de alguna manera estas preocupaciones. La legislación chilena reconoce el derecho de los trabajadores a distancia a desconectarse durante al menos 12 horas continuas en un periodo de 24 horas. Además, los empleadores no pueden exigirles que respondan a las comunicaciones en días de descanso o feriados.
Condiciones adecuadas
Más allá de la cuestión de la comodidad y la salud mental, hay una cuestión de seguridad física. A menudo se dice que la mayoría de los accidentes ocurren en el hogar, por lo que, si es aquí donde se pasa gran parte de la semana laboral, ¿deberían los empleadores ser responsables de garantizar que las viviendas no sean trampas mortales?
“Por ahora, no hay respuestas fáciles cuando se trata de garantizar un entorno de oficina adecuado en casa”, apunta Nunes. “No obstante, podemos decir que los mismos principios que se aplican a otros lugares de trabajo se aplican a los teletrabajadores, ya que los empleadores tienen un deber general de cuidado, en la medida de lo posible. Si bien los empleadores no pueden controlar el lugar de trabajo cuando el personal trabaja desde casa, sí pueden proporcionar equipos ergonómicos a los trabajadores, como sillas adecuadas, además de ayudarlos a evaluar sus propios riesgos y a aprender cómo mantener estilos de vida saludables”, añade.
El teletrabajo también es un desafío para los organismos encargados de hacer cumplir la ley, ya que generalmente los inspectores no tienen acceso a los espacios privados. Una solución para garantizar el cumplimiento de la legislación podrían ser las inspecciones virtuales, que ya se están llevando a cabo en los países nórdicos de forma voluntaria. “Éstas involucran a los inspectores del trabajo llamando por video a un trabajador en su casa. El trabajador entonces les muestra su silla de trabajo, escritorio e iluminación”, explica Nunes.
“Estas inspecciones pueden servir como una forma de monitorear el lugar de trabajo en el hogar y brindar asesoramiento, pero también plantean preocupaciones comprensibles sobre la privacidad”, añade.