A los veinte esperaba a la doncella para sacrificarla al dragón y el dragón languideció sin sacrificios.
A los treinta vampiro ávido de sangre joven que de inanición se volvió tan etéreo que desapareció en una brisa matinal.
A los cincuenta espero con la paciencia de quien sabe que realmente no espera nada.
Y, sin embargo, en los años venideros sé que aparecerá, para hacer válida la sentencia de Serrat, una piel dulce de 20 años donde olvidar los desengaños de 10 lustros de amor…
@OSKRgcm
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