Freddy Darino
Se han burlado de todo y de todos. Nos han mentido una y otra vez, y hagan lo que hagan, se aferren al maquillaje que sea para silenciar críticas y aparentar una renovación constructiva en su equipo de ministros, para acortar distancias incluso dentro de su propio sesgo político, ahora convertido en mero “sanchismo”, (así con minúscula, aunque la deriva haya sido mayúscula), continúan jugando con cartas marcadas, haciendo trampas, y moviendo las piezas con ruindad, en un ajedrez ya marchito, para el jaque mate que se han sembrado… tanto el actual timonel del gobierno de España, en la cúspide piramidal con la responsabilidad mayor, como por debajo, los incondicionados que lo siguen.
Me estoy refiriendo a sus ministros y asesores, como también a los recién incorporados, a los medios de comunicación a su merced que lo apoyan y no en forma gratuita precisamente, sin olvidar a su ex gurú…, todos los que de un modo u otro se han prestado a mantener ese rumbo incierto y endemoniado para los intereses de esta gran Nación y a cuantos habitamos en ella, a partir de los pactos realizados con un comunismo trasnochado, separatistas y proetarras, que responden a otras consignas.
Han traicionado a sus votantes, que no los autorizaron expresamente para hacer lo que han hecho. Han recibido calificativos muy duros: “sectarios, guerra civilistas, mentirosos, canallas, miserables, cobardes, hipócritas, delincuentes (no sé si se me escapa alguno más).” frente a los cuales, con un poco de ética, moral conductiva e imprescindible grandeza, habrían dado un paso al costado, renunciando, para no continuar apoyando a quien lidera el accionar con sus caprichos absolutistas.
Hay que tener valentía y coraje para decir que la conducción política, es despótica y dictatorial, como hay que expresarse claramente con respecto a Cuba o Venezuela (y no son los únicos), que son lo que son, crueles dictaduras que avasallan y amordazan a sus pueblos, y las que algunos se refieren respondiendo tibiamente, con evasivas, y hasta con cobardes sonrisas y eufemismos, eludiendo la verdad…Han llegado lejos, y cuando se llega tan lejos, actuando de cualquier modo sin medir consecuencias, ya no les será posible regresar.
Regresarán sí, cuando llegue su momento, para responder ante los Tribunales que juzgarán sus desvíos, porque han golpeado duramente al Estado, desconociendo el Orden Constitucional, avasallando a la División de Poderes, hiriendo al Sistema Judicial, terminando con la Concordia, silenciándose cobardemente ante insultos, amenazas y chantajes, arrojando sombras sobre la Monarquía, sembrando el desconcierto ciudadano, ahuyentando a inversores, creando vacíos laborales por carencia de inversiones en proyectos productivos generadores de empleo, sumiéndonos en una deuda pública que se ha disparado en forma alarmante, e hipotecando la realización de las nuevas generaciones…Y si algo le faltara a este fatalismo conductivo, promulgando leyes que limitan nuestras libertades, y nos privan de nuestra dignidad.
Pero no a todos nos silencian, no todos les tememos, y menos mal que se levantan esas voces que comparto y se afirman tribunas desde las que se expresa “una resistencia irrenunciable” que lucha y seguirá luchando por la restauración de derechos conculcados y valores a los que no estamos dispuestos a renunciar… y mucho menos, cuando se nos quiere someter en forma dictatorial.
Por más maquillajes que se propongan poner, no podrán con un pueblo que ya pagó en su historia reciente con “el sacrificio de vidas, sangre, sudor y lágrimas”, para alcanzar años de Concordia y prosperidad, que ahora intentan arrebatarle, en aras de un falso y nuevo orden interno, camino de un nuevo orden globalista que pretende hasta digitar su destino.
Este pueblo no necesita de “autoproclamados salvadores”, ni de aquellos que adopten una vestidura “monjil” para difundir sermones en los que muy pocos creen, cuando les hemos descubierto las caretas tras las que ocultan posturas hipócritas y serviles, que nada tienen que ver con las soluciones de los problemas reales de quienes somos más.
Ya no nos engolosinan con falsas promesas, ni nos confunde alguno con el abandono de la acción política, opción de seguro bien calculada con el único objetivo de su despechado provecho particular.
Tampoco nos confundirá que el timonel se traslade a los EEUU., y aproveche para promocionarse “yo soy un hombre de acción, me gustan los hechos, mientras la oposición se queda apenas en la mera crítica…” adoptando una postura previamente calculada en las reuniones y encuentros programados, pero sin llegar ni ser recibido con honores por su par de la gran Nación del Norte, lo intuyo, porque no se los merece.
Cosecharán lo que han sembrado, que no les quepa la más mínima duda, y ojalá sea más pronto que tarde…
Escritor
Publicado originalmente en elimparcial.es