“La técnica es un esfuerzo
para ahorrar esfuerzo”. José Ortega y Gaset
La labor de todo candidato -más si llega a ser gobernante- consiste en resolver problemas, esos problemas sociales con cuya solución se pretende ofrecer una mejor calidad de vida a sus electores o gobernados. Esa es la razón de ser de todo dirigente y el motivo primordial por el cual se vota por él: porque asegura y promete -y así lo cree el electorado- que resolverá algunos de los muchos problemas que existen en toda sociedad.
También hay que reconocer que muchos de los problemas con los cuales se enfrenta un dirigente cualquiera se resuelven haciendo cambios: cambiando la forma como los individuos y los grupos desarrollan sus vidas, transmutando prácticas adversas o dañinas en otras productivas, cambiando actitudes y valores en las comunidades, transformando las sociedades, etc. De ahí que el “cambio” sea una señal de este tercer milenio porque las sociedades todas -que tienen problemas de diversa índole- están interesadas, comprometidas y esperanzadas en hacer cambios. Es una revolución de expectativas en donde cada vez más personas, en más sociedades están deseosas de cambiar su forma de vida, economías, sistemas sociales, estilos de vida, creencias, valores, etc.
En el pasado -y en el actual presente- muchos cambios se han realizados por la fuerza y la violencia a través de guerras, revoluciones y acciones beligerantes. Sin embargo, existe la esperanza de que estos cambios se realicen -no solo sin violencia- sino en forma rápida, debido al corto lapso que se tiene para realizarlos. De ahí que -en diferentes partes del mundo, distintas academias y disímiles disciplinas- han buscando nuevas “tecnologías sociales” o “técnicas gerenciales” para lograr este propósito, sobre todo, porque las sociedades -en últimas- lo que buscan es elegir personas capaces de lograr esos cambios sociales, en forma no violenta y rápida.
La gran noticia es que ya existen las tecnologías -comprobadas y validadas- que permiten planear y hacer “Cambios Sociales Voluntarios -CSV” en forma efectiva (eficiente y eficaz) las cuales se han reunido bajo el nombre genérico de “Marketing Social –MS”
Un supuesto básico del “MS” es que los cambios sociales voluntarios se logran mediante dos vías: (a) aquellos que se presentan espontáneamente y que se realizan a lo largo de la vida sin una planificación deliberada o una intervención racional humana y (b) los cambios que son planificados y diseñados por los seres humanos para alcanzar objetivos y fines específicos previamente acordados. En estos segundos se incluyen las campañas de cambio social, lideradas por personas decididas a dirigir, administrar y controlar los cambios en una comunidad específica, lo cual concuerda con la filosofía y los planteamientos que propone el Politing, que por definición es parte del “MS”.
El “Marketing Social” y el Politing comparten así, la tesis de que si los líderes ganan la aceptación de los gobernados, es para realizar “Cambios Sociales Voluntarios” y que el hecho de que algunos gobiernos “diseñen” el consentimiento de los gobernados manipulándolos con mentiras, promesas falsas o torpes intervenciones, se puede evitar limitando el ámbito y el poder de esos gobiernos. De ahí que los cambios adoptados voluntariamente por los individuos y por grupos que promueven el cambio social, tiene una gran importancia, una real prominencia y una valedera legitimidad en la orientación de la vida social, en donde la “acción ciudadana/voluntaria” se evalúa como una alternativa legítima de “gran gobierno”.
Además, como las sociedades modernas basan su fuerza en aspectos como la “fe en la democracia”, la “racionalidad” y el “progreso”, la idea dominante -en el “MS” y en el Politing– es que tanto la vida social como la individual pueden conformarse, cambiarse y mejorarse por una acción racional, proveniente de cuatro (4) fuentes o actores posibles: (1) los individuos, (2) los grupos de personas que trabajan juntas voluntariamente, (3) el gobierno, o (4) por una combinación de la acción ciudadana y la gubernamental. En las sociedades democráticas, de estas cuatro, el Cambio Social Voluntario y planificado es una acción interesada y concertada tanto por los gobiernos como por los ciudadanos.
Con los conocimientos y las técnicas que ya existen, es posible, entonces, organizar y poner en práctica programas efectivos de “Cambio Social Voluntario–CSV”, en cualquier área de preocupación social, local, regional o nacional. Así, las campañas de cambio social -y dentro de ellas las compañas políticas- pueden alcanzar sus objetivos de influir, determinar y cambiar tanto las ideas como los valores y las prácticas. Obviamente, no se trata de cambiar tanto que se llegue a lo mismo y menos hacer lo del candidato que botó su reloj porque le marcaba siempre una hora diferente…
