En los últimos días se ha escuchado en estaciones de radio del país un anuncio del Gobierno federal en el que se informa de acciones emprendidas a través del secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, lo que sugiere que mediante instituciones del Estado mexicano se estaría edificando la candidatura presidencial del tabasqueño.
En estricto sentido, con esa propaganda se busca que más mexicanos conozcan al segundo hijo de Tabasco que ha comenzado a debutar en la arena política nacional.
En los próximos días, o semanas, el nombre del responsable de la política interna va a estar presente en la publicidad institucional que tenga que ver con la dependencia de Bucareli.
De acuerdo con conocedores de la política que han seguido muy de cerca la trayectoria del mandatario Andrés Manuel López Obrador, existe la intención de que el gobernador de Tabasco con licencia sea el abanderado de Morena para las elecciones presidenciales de 2024.
Así de fácil.
En la gira del 12 de julio pasado, cuando dijo que Adán Augusto podría integrarse a su equipo de trabajo y resaltó que este era leal y honesto, el de Macuspana también destacó en Villahermosa que el proyecto del Tren Maya lo iba a terminar el próximo presidente del país.
Por esos días lanzó otra señal que no deja nada a la imaginación: en la siguiente jornada presidencial se debe dar un cambio generacional.
Y da la casualidad de que los únicos que pertenecen a una generación anterior a la del presidente son la jefa de Gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum, con 59 años, y López Hernández, con 57.
El canciller Marcelo Ebrard tiene 61 años, seis menos que AMLO, pero de alguna forma pertenecen a la misma camada política, al punto de que pueden considerarse “hermanos”: en 2006 Ebrard declinó a participar en el proceso para elegir al candidato presidencial de la izquierda, para dejar pasar al tabasqueño.
¿Por qué, si crece, López Hernández puede ser el abanderado del partido del presidente?
Un político que conoce bien al de Macuspana señala que es “muy desconfiado” y, por eso, solo podrá ser candidato alguien muy, pero muy cercano a él.
En ese escenario nada más aparecen Sheinbaum y Adán Augusto, quienes de alguna manera pueden considerarse “hijos políticos” del mandatario mexicano, mientras Ebrard entra en la categoría de “carnal”.
Además, dice la fuente de esta columna, el secretario de Relaciones Exteriores “acaba de cometer un error enorme” al reunirse con el senador Ricardo Monreal para mandar la señal de que ambos traen acuerdos presumiblemente para anular a la gobernante de la metrópoli.
Acostumbrado a los números, el político en receso señala que en estos momentos le da un 80 por ciento de posibilidades a Adán Augusto de ser “el bueno” para 2024.
PARA SU INFORMACIÓN…
AL NOMBRAMIENTO DE Juan Carlos Castillejos como vocero del Gobierno estatal se le ha dado diversas interpretaciones. Quizá la más ingenua sea la que asegura que se busca un acercamiento con el gremio al que pertenece el también exportavoz del alcalde Evaristo Hernández Cruz. Nada más alejado de la realidad: el desdén a los medios, que es una política diseñada a partir de la necesidad de que en Tabasco se sigan las mismas directrices de la presidencia de la república, se mantendrá. Y más ahora que Adán Augusto, de manera natural, tiene para sí a la prensa central que le sirve de espejo al régimen.
@RodulfoReyes