Pese a que la noche de su triunfo en las elecciones presidenciales de 2018 prometió buscar la reconciliación de los mexicanos, López Obrador ha mantenido una línea de confrontación permanente con distintos sectores de la sociedad al grado de lograr que el país transite por un camino de polarización permanente, algo que ahora ha logrado –y no es cualquier cosa– en el plano internacional con la reciente reunión de la CELAC.
Divide y vencerás
Uno de los elementos de la estrategia lopezobradorista para mantener el poder, es polarizar a la ciudadanía. Las constantes referencias a fifís, conservadores, privilegiados, no es más que una expresión de esa búsqueda por retener el voto duro en espera de la siguiente elección, porque sabemos que lo que más interesa al actual presidente no es resolver los problemas que tenemos como país, sino ganar los siguientes comicios.
Luego de los resultados electorales de junio pasado, muchos advirtieron la radicalización del presidente y de su grupo compacto, algo que se ha venido presentando.
Primero, atacó a la clase media al llamarla aspiracionista y señalar que están manipulados por votar en contra de su partido, en especial en la Ciudad de México; lo mismo se ha lanzado en contra de empresarios, organizaciones de la sociedad civil, mujeres que protestan por la violencia de género y hasta en contra de los niños cuyos padres promueven un amparo para sean vacunados, al decir que detrás de ellos se encuentran el negocio de las farmacéuticas.
En contra de columnistas y articulistas también se lo ha hecho, en algo en lo que es acompañado por una jauría digital que en redes sociales ataca a cualquiera que critique alguna declaración, decisión o acción del presidente.
El acercamiento con el régimen cubano y el activismo para crear un nuevo organismo que sustituya a la OEA, a la vez que confronta a Estados Unidos, es también parte de esa radicalización y de los mensajes que manda a sus simpatizantes, muchos de los cuales le permiten el mal manejo de la pandemia, la crisis económica, de seguridad y de empleo, con tal que ataque al imperio detestable que consideran como el principal enemigo del mundo.
Por eso la polarización también se ha extendido al plano latinoamericano con una cumbre que giraba en torno a la propuesta de desaparecer a la OEA, atacando de paso a Estados Unidos, y promoviendo a la CELAC como una alternativa.
Pero resulta que, para Chile, Argentina, Colombia, Ecuador no es algo que interese, de ahí su ausencia en la reciente cumbre que se celebró en la Ciudad de México, así como el rechazo a la presencia de Nicolás Maduro de parte de Ecuador, Paraguay y Uruguay.
Así, lo que se percibía como una estrategia para mantener el voto duro basado en un discurso repetitivo y apoyado en un aparato de propaganda, ahora se ve como el estilo de un mandatario que no conoce otra manera de llevar las riendas del poder.
De primeras damas
En el pasado reciente, se criticó el activismo de Marta Sahagún en el sexenio de Vicente Fox. Su boda un año después de su triunfo en las elecciones del año 2000, los intentos por obtener una candidatura –que la enfrentó a una dirigencia nacional del PAN–, así como las actividades de su fundación que generaban sospechas y las denuncias en contra de sus hijos, hicieron que fuera una “primera dama” repudiada y criticada a lo largo de los años en que estuvo en Los Pinos.
Margarita Zavala y su discreción dieron seis años de respiro a quienes no ven con buenos ojos a una esposa del mandatario en turno inmiscuida en temas que no son de su competencia
Respecto a Angélica Rivera, también se criticó su involucramiento en el escándalo de la Casa Blanca, hasta tuvo que salir a aclarar el tema, además de la manera en que se comportaba en actos oficiales. Ni que decir de los comentarios que se generaron por su divorcio al terminar el sexenio de Peña Nieto.
Pero ahora, que tenemos una “no primera dama”, que mantiene un activismo mayor al de Marta Sahagún, con plaza de investigadora en el SNI, presentando libros por todo el país, representando al país en Europa, estando presente en conferencias con otros mandatarios, apoyando la visita de Maduro a México –según reveló el portal La Política on line– y dando el discurso de bienvenida a los asistentes de la cumbre de la CELAC, la pregunta que muchos se hacen es: ¿dónde están los que antes criticaron a Martita y a la Gaviota por cosas similares o menores a las que vemos en el actual sexenio?