La ciudad de Cincinnati Estados Unidos, perteneciente al Estado de Ohio, se llamó así, en honor a George Washington, por la semejanza del primer presidente de EEUU con Cincinato, aquel patricio romano, que fuera Cónsul de Roma, cuya característica fue su honradez, modestia y humildad, un hombre que no cedió a la tentación de todos, de perpetuarse en el cargo, tenía gran capacidad militar y de gobierno, por ello recurrían los romanos cuando se complicaban los asuntos de Estado, lo nombraban Dictador, con todo el poder implícito de ese nombramiento, Cincinato cumplía con su responsabilidad y luego regresaba a sus tareas cotidianas, sin conservar el poder, así lo hizo en dos ocasiones salvando a Roma y luego retirándose a su vida doméstica. Ese ejemplo, hizo que, a George Washington, siendo el primer presidente de los Estados Unidos, al cumplir dos periodos de gobierno y, terminados declarara su voluntad de no seguir gobernando, argumentando que dos periodos eran suficientes para realizar las tareas de un presidente.
Pues en México, en el sur del Estado de Quintana Roo, hay un lugar “Bacalar” conocido por su belleza con una laguna de visita obligada, conocida como “La Laguna de los siete colores” que recientemente se constituyera un municipio más, formando parte de los once que hoy componen la división municipal del Estado de Quintana Roo.
Ese municipio cuenta con una población de cincuenta y tres mil habitantes, con una vocación agrícola y turística, donde el 30 de septiembre hubo cambio de gobierno.
Ahí en ése municipio, hay un hombre conocido y respetado por toda la comunidad, que diariamente por las mañanas está en su negocio de tacos, a partir de las seis de la mañana hasta casi las diez, ahí se puede comer el riquísimo platillo del lugar, la cochinita, pibil, y eventualmente, otro espléndido platillo conocido como, “cevichepe” que es un ceviche de carne de puerco ricamente cocinada, que incluye queso de bola, ese queso holandés, o de gallito – cuya única distribuidora, es la casa Baroudi – queso famoso en la península de Yucatán, cebolla y otros condimentos, se llama así, por ser creación de Chepe, el bacalarense José Alfredo Contreras Méndez conocido y llamado por sus vecinos y paisanos “Chepe”. Chepe es sin duda un ejemplo de político mexicano y priísta, que va siempre con la frente en alto, un nombre modesto y sencillo que camina por su municipio con la seguridad y orgullo que da la fuerza del prestigio ganado a costa de su esfuerzo y trabajo, un hombre que ha demostrado durante su vida de servicio a su comunidad, que se pueden hacer las cosas y hacerlas bien, que se puede ser político, priísta, funcionario y honorable.
Chepe con sus años de desempeño público, le calla la boca a cualquiera, que mañosamente pretenda generalizar, cuando las generalizaciones están apartadas de una realidad social que maliciosamente se ha implantado en el subconsciente nacional, que “todos los políticos y priistas son corruptos” olvidando que toda regla tiene su excepción y a veces tiene muchas excepciones.
Chepe perdió en la campaña a su esposa compañera y colaboradora, Rossina Castillo, en un lamentable accidente, él mantiene aún viva la herida que le ha dejado marcado profundamente, pero está resuelto cumplir su compromiso con la guía y el recuerdo de su amada esposa y con todos los propósitos y proyectos que ambos planearon para su comunidad y, con la que se comprometieron, pero, además, con la calidad moral que le asiste. En su toma de protesta, la recordó con cariño y llamó la atención, su sensibilidad y su actitud receptiva a la crítica, lo que resulta escaso y fundamental en todo gobernante, que debe saber escuchar, seguro habrá de verse y comentarse en el Estado y en el país, la evolución de su gestión, pues Chepe es un personaje que evoca cabalmente también el ejemplo de Cincinato.
