Muy listos parecen en el INE al crear una campaña burda con el juego de palabras “mi INE nos une”. No es así, el INE es símbolo hoy de encono y discordia. Y el responsable de tales es el propio INE. La campaña del INE es tramposa y una verdadera tomadura de pelo queriendo disfrazar el asunto de credencial de elector cuando subliminalmente, aluden al Instituto. Listillos. Buscan generar un ambiente de solidaridad por si terminaran reformándolo y los afectados puedan entonces lloriquear defendiendo sus privilegios. Esos tales como el insultante sueldo de Lorenzo Córdova, mencionado por si alguien pretende seguirle jugando a la desmemoria y pasándose de listo en plan “no sé cuáles”.
Cuidado. Partiendo de que el INE no existe ni ha existido para unir nada ni a nadie, sino que debe de organizar las elecciones y no su titular tramitar amparos para no bajarse su insultante sueldo, es que sale sobrando la cantaleta del “mi INE nos une”. Cantaleta y ya.
¿Qué “mi iNE” es la credencial para votar con fotografía y no el Instituto? ¡Ahhh! es eso. Menos mal. Suena tramposo el estribillo y suena así porque es tramposo.
Suena burdo y tramposo el comercial. El bombardeo mediático con la frasesilla es evidente, machacón, mucho más notable que la promoción de la consulta ciudadana del 1 de agosto, que apenas si la mencionó el INE que la organizó, por citar un ejemplo de su tramposo proceder al promocionar algo; y que su costo exhibida a mañana, tarde y noche no ha tenido las quejas, los lloriqueos del INE como los lanzados contra esa consulta o contra la revocación de mandato, lo cual convierte a esta campaña en pro de lavar su nombre y no para exaltar la credencial para votar como pretende hacernos creer, en desmesurada, deplorable y burda de cabo a rabo; por lo caro de la campaña autoelogiándose con el “mi INE nos une”, está lejos de ser una simple inocentada.
Ahora, si la credencial es individual, el NOS sale sobrando. ¿Qué se dice porque la tenemos todos? Es verdad, pero una cosa no lleva a la otra, necesariamente. La credencial para votar no ha nacido para unir a nadie ni para desunirlo. Cada cual la suya y hasta allí, pues no es cosa de unidad. Los símbolos patrios solo son: bandera, himno y escudo, como símbolos de unidad nacional, por si la ignorancia del INE impide saberlo. La frase solo pretende lavarle la cara al INE y generar animadversiones contra su posible y muy necesaria reforma. Esos intentos de reforma los podrían vender como desunión, como encono que no es para evadirse y seguir mancillando la democracia como lo hace.
Claro, porque cuando se le pretenda poner un alto parándole los pies a sus excesos, invocarán que alguien pretende romper una institución que nos une. Qué listillos, más que listos. Por eso merecen ser desenmascarados.
El INE ha estado revestido de elogios, sí, como también de merecidos ataques. Su despilfarro, su parcialidad, la chulería de Lorenzo Córdova defendiendo con los dientes su insultante sueldo, las gracejadas constantes de Ciro Murayama retando la inteligencia de los ciudadanos, sí abonan a su desprestigio y sí es nuestro derecho remarcárselas por ser acciones atentatorias de la democracia y provenientes desde el mismo INE. Nadie se va a contar historias a estas alturas del partido y no va a lavarle la cara al INE o a borrar evidencias de tales hechos sabidos, públicos. Si el INE fuera realmente transparente y defensor intachable de la democracia, no necesitaría ninguna campaña de paladín de la unidad. Su proceder torcido es lo que ha generado el encono y la falta de unidad. Y su comercial burdo abona a su mal nombre.
Así que, so pretexto de disque difundir la credencial para votar, sin dejar un mensaje claro para tramitarla o no extraviarla reponiéndola, convierte a su campaña en lo que realmente es: un acto propagandístico y no supuestamente, informador. Mas se evidencian.
Mi INE (sí, el Instituto antes que la credencial) ¿nos une? Ya. Eso dice el comercial. No vayamos tan rápido. ¿Nos une? como que es más controversial que unirnos y si lo es controversial por su actuar como lo es, entonces es polémico, no sinónimo de la unidad que alardea y de todas formas no es ni puede ser una de sus virtudes, ya que no es una de sus funciones ni ha demostrado siempre apelar a la unidad con sus actos controvertidos y opacos. El INE solo avala con su burda campaña a confirmar que sí invade funciones que no le corresponden. No se ayuda, pues.
¿Mi INE nos une? Depende de quien lo diga. Ciro Murayama con su parcialidad y su grosero posicionamiento antigobiernista, lejano a sus funciones de consejero electoral apolítico y neutral como lo mandata la ley, no es ni puede ser símbolo de unidad con semejante reprobable actitud. Murayama es deplorable como servidor público.
Que se deje el INE de monsergas. Que mejor ya se ponga a trabajar y haga su trabajo sin mezquindades ni entorpeciendo la tarea del gobierno mexicano como viene haciéndolo desde 2018, que entorpecerlo no es su función. Y se ha apartado de la que verdaderamente le corresponde: organizar y mantener la imparcialidad de las elecciones. Por apartarse de esas funciones, sí genera la discordia y el encono entre los mexicanos. El INE divide y se torna en una institución vergonzosa que merece una limpia urgente. Su supuesto actuar en pro de la unidad sí se queda en entredicho.