Gobierno interino de Tabasco: ¿primera crisis política?

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El desencuentro entre el secretario de Gobierno, Guillermo del Rivero, y el Congreso de Tabasco por un tema que de tan irrelevante no merecía tratarse en medios, exhibe la primera crisis política que enfrenta el mandatario interino Carlos Manuel Merino Campos, cuya inexperiencia y falta de autoridad se ponen en evidencia con el arrebato tuitero del “número dos” de su gabinete.

El reclamo público, vía redes sociales, del encargado de la política interna a la Cámara de Diputados porque no lo agendaron para comparecer ante la máxima tribuna de la entidad, más que mostrar la falta de oficio de Del Rivero y exteriorizar la mala relación entre esos poderes, le pega al secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, pues, quiérase o no, los asuntos de la política tabasqueña pasan por su escritorio.

El escándalo mediático provocado por el secretario de Gobierno vino a alimentar la versión de que si las cosas no marchan bien en el Edén, el mandatario con licencia tendría que regresar a Villahermosa a concluir su administración para no dejar hilos sin atar.

El exacerbado funcionario, según algunas fuentes, suele decirle a quien quiere oírlo que a él lo puso López Hernández, no Merino Campos, como si esa condición –que no tiene nada de extraordinario porque la operación para su propio revelo la encabezó Adán Augusto– le diera un poder ilimitado dentro de la llamada ‘Cuarta transformación’ en Tabasco.

En broma, muchos políticos criollos aseguran que se eligió a Del Rivero para que los funcionarios no extrañasen el temperamento del anterior titular del despacho, José Antonio de la Vega Asmitia, cuyo carácter irascible ha sido expuesto en público por el propio Adán Augusto.

Con tantos problemas que atender, al excoordinador jurídico se le hizo cómodo protestar por lo que consideró una “exclusión” en la comparecencia de funcionarios, aunque luego se informó que otros secretarios tampoco habían sido convocados.

El protagonismo del “número dos” pone de relieve que el gobernador interino no controla a su equipo: la manera en que actuó su principal colaborador lo pinta como alguien sin el peso que tiene Adán Augusto sobre el gabinete estatal.

La actitud del responsable de la política interna, en adición, debería obligar a la clase gobernante a una evaluación de fin año para “ajustar” lo que esté “suelto” y, así, prepararse para el cuarto año, cuando los demonios de la sucesión se sueltan y la tarea del gobernante se dificulta en el área política precisamente.

No es difícil suponer la reacción de López Hernández en su despacho de Bucareli al enterarse del pleito entre poderes, provocado por el talante infantil de quien tiene la encomienda de garantizar la avenencia entre los tabasqueños, así como de coordinar la relación con sectores sociales y –por supuesto– entre instituciones.

 

PARA SU INFORMACIÓN…

EL INSTITUTO ELECTORAL y de Participación Ciudadana de Tabasco (IEPCT) recibió muchas críticas por la participación del exgobernador Arturo Núñez Jiménez en un panel virtual realizado por el organismo. El reclamo se dio porque el perredista se encuentra señalado por actos de presunta corrupción durante su mandato, imputaciones que al principio de su gestión le hizo el propio gobernador con licencia López Hernández. Este reportero está en condiciones de informar que el responsable de que Núñez reapareciera en un acto oficial “on line” fue el consejero ciudadano Juan Correa López.

@RodulfoReyes