- Las FARC fueron incluidas en esa lista estadounidense de organizaciones terroristas en 1997.
- Cinco años después de la firma del Acuerdo de Paz de La Habana, el Secretario General de la ONU, António Guterres, asegura que aún hay trabajo por realizar.
El Gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, determinó sacar a la extinta guerrilla colombiana de las FARC de su lista negra de organizaciones terroristas y notificó al Congreso de su intención.
Según agencias internacionales, la notificación fue recibida un día antes del quinto aniversario de la firma del acuerdo de paz entre el extinto grupo guerrillero y el Gobierno de Juan Manuel Santos (2010-2018).
La notificación al Legislativo estadounidense es el paso previo para la retirada de las FARC de la lista de grupos terroristas de Departamento de Estado.
No existe un plazo fijo para que esa nueva política entre en vigor, detalla en su web la cartera de Exteriores de EEUU, que explica que el secretario de Estado, en este caso Antony Blinken, es el máximo responsable de esa resolución.
Blinken podría haber tomado la decisión de manera discrecional o justificarla por dos circunstancias: que las razones que motivaron la designación terrorista ya no están vigentes o que sacar a ese grupo de la lista negra obedece a los intereses nacionales estadounidenses.
El portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, rechazó confirmar en una rueda de prensa si Biden ya ha llegado a una decisión final para retirar a las FARC de la lista y se limitó a decir que se estaba revisando la política hacia el antiguo grupo guerrillero.
“El Departamento de Estado ha dado al Congreso notificaciones sobre las próximas acciones en relación con las FARC”, se limitó a decir Price, quien rechazó dar detalles sobre el contenido.
Fuentes con conocimiento del proceso habían adelantado a The Wall Street Journal que el Gobierno de Biden iba a retirar a las FARC de su lista negra y que el anuncio oficial podía llegar tan pronto como este mismo martes.
Las FARC fueron incluidas en esa lista estadounidense de organizaciones terroristas en 1997. Como resultado, sus integrantes tuvieron prohibida la entrada a Estados Unidos, y vieron restringido su acceso al sistema financiero internacional, basado en el dólar, entre otras acciones punitivas.
A cinco años de la firma de la Paz, en Colombia aún hay desafíos por delante
Cinco años después de la firma del Acuerdo de Paz de La Habana, el Secretario General de la ONU, António Guterres, quiso “constatar de primera mano los logros de la paz” en Colombia, pero también los desafíos que aún quedan por delante.
Para ello, Guterres comenzó su visita al país desplazándose hasta Llano Grande, un predio de la municipalidad de Dabeiba, en el departamento de Antioquia.
La elección de esta región para la visita es muy simbólica, pues se trata de uno de los 32 departamentos del país que sufrió de forma más severa los impactos de los 50 años de conflicto. Se estima que hasta el 80% de la población estuvo afectada por la guerra. De hecho, Guterres considera Antioquia “un laboratorio de paz”.
Llano Grande es un poblado de 150 habitantes, donde conviven antiguos enemigos y víctimas que, ahora, con la ayuda de las Naciones Unidas, del Gobierno y los propios excombatientes y vecinos, se ha convertido en un lugar donde reina la paz, hasta tal punto que a todos ellos les gusta verse como una familia.
Rodeado por el presidente de Colombia, Iván Duque, y por el antiguo comandante de las FARC-EP, Rodrigo Londoño, antes conocido como “Timochenco” y ahora presidente del partido Comunes, Guterres se paseó por Llano Grande en un ambiente muy espontáneo, en el que pudo conversar de forma distendida con los excombatientes y vecinos del pueblo que se benefician de los proyectos de reincorporación de los primeros.
“Expreso satisfacción por estar en Llano Grande y constato de primera mano los logros de la paz”, dijo António Guterres, que tuvo ocasión de visitar el taller de confecciones del pueblo. Allí dialogó, entre otras personas, con Monica Astrid Oquendo, quien recientemente dijo a Noticias ONU que el Acuerdo de Paz ha traído proyectos que han beneficiado mucho a la comunidad.
Con ella y otros trabajadores del taller, el Secretario General pudo hablar tanto sobre las prendas que allí se fabrican como acerca de la importancia de la labor de las mujeres en el liderazgo del proceso de paz.
La paz no viene de un día para otro
Tras escuchar a los miembros de la comunidad, Guterres dijo que “ellos saben mejor que nadie que la paz no viene de un día al otro. Cuesta trabajo construirla, cuidarla, sostenerla”.
“Se da una paradoja: el objetivo de la paz es que no haya enemigos en una sociedad, pero desafortunadamente hay enemigos de la paz”, afirmó antes de expresar su solidaridad con las víctimas y sus familias.
Desde el 2017, solo en el departamento de Antioquia se han registrado 30 homicidios y cuatro desapariciones, en su inmensa mayoría de hombres. En toda Colombia, el número de asesinatos se eleva a 303 excombatientes y el de desapariciones a 25, mientras que el de defensores de los derechos humanos y líderes sociales es de 477 personas, según datos de la Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Colombia.
Por ese motivo, Guterres admiró “la tenacidad y el compromiso de los excombatientes”, los líderes sociales y los defensores de los derechos humanos que “siguen apostando por construir la paz en Colombia en el día a día”.
Pero advirtió que “garantizar su seguridad es vital para consolidar la paz”.