- La organización Reporteros Sin Fronteras repudió la decisión de la Justicia británica, de permitir a Estados Unidos iniciar el proceso de extradición.
- Defensa asegura que se consuma la persecución política desencadenada por Estados Unidos contra WikiLeaks y Julian Assange
La Justicia británica dio luz verde a que Julian Assange sea extraditado a Estados Unidos, que quiere juzgarle por 18 delitos de espionaje e intrusión informática por las revelaciones de su portal WikiLeaks, que expuso abusos de ese país en las guerras de Irak y Afganistán.
El Tribunal de Apelación de Londres dio la razón a Washington en un recurso contra un fallo del pasado enero que había denegado la entrega del activista al considerar que presenta riesgo de suicidio.
Ahora el caso regresará ahora a la Corte de Magistrados de Westminster, de primera instancia, para que a su vez sea remitido a la ministra del Interior, la conservadora Priti Patel, que debe decidir si ejecuta la extradición.
Stella Moris, la prometida del periodista de 50 años y madre de sus dos hijos menores, ya ha adelantado que recurrirán “lo antes posible” el “injusto” fallo, lo que significa que este proceso se alargará, mientras Assange sigue en prisión preventiva en la cárcel londinense de Belmarsh.
En respuesta al fallo, la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) repudió la decisión de la Justicia británica.
“Estamos convencidos de que Julian Assange ha sido una diana por su contribución al periodismo. Le apoyamos por las peligrosas implicaciones que puede tener este caso en el mundo, por el futuro del periodismo y de la libertad de prensa”, declaró el secretario general de RSF, Christophe Deloire, en un comunicado.
Para Deloire, “es hora de poner un punto y final a esta persecución que dura más de una década. Hay que liberar a Julian Assange”.
Después de haber denegado la extradición por riesgo de suicidio, el Tribunal de Apelación de Londres ha concluido que el Gobierno estadounidense ofrece suficientes garantías de que el activista recibirá el trato adecuado para proteger su salud mental.
El fundador de WikiLeaks, de 50 años, seguirá detenido en la cárcel de alta seguridad londinense de Belmarsh, donde cumple prisión preventiva hasta que termine este proceso, que aún puede ser recurrido por la defensa. Antes, estuvo siete años refugiado en la embajada de Ecuador en Londres.
Estados Unidos reclama al australiano para juzgarlo por 18 delitos de espionaje e intrusión informática tras las revelaciones de su portal WikiLeaks.
Defensa asegura que agotará todos los recursos
El exjuez español Baltasar Garzón, coordinador de la defensa internacional de Julian Assange, mostró también su “más profundo desacuerdo” con la decisión del Tribunal de Apelación de Londres de avalar la extradición de su cliente a Estados Unidos, tal y como solicita ese país, y aseguró que “agotarán todos los recursos”.
El Tribunal de Apelación londinense dio hoy la razón a Estados Unidos en su recurso contra un fallo del pasado enero en el que se denegaba la extradición del activista de WikiLeaks por riesgo de suicidio.
Los jueces de este tribunal concluyen en su fallo que el Gobierno estadounidense ha ofrecido suficientes garantías de que Assange recibirá el trato adecuado para proteger su salud mental, por lo que puede ser extraditado.
Esta decisión “consuma la persecución política desencadenada por Estados Unidos contra WikiLeaks y Julian Assange por haber denunciado hechos gravísimos que afectaban a la seguridad de todos”, señala Garzón en un comunicado de su despacho.
El exmagistrado asegura que la resolución del tribunal londinense, que piensan recurrir, “se pone en riesgo evidente la vida de nuestro patrocinado, por lo que agotaremos todos los recursos nacionales e internacionales para defender a quien no ha cometido delito alguno y ha resistido heroicamente y con coraje durante más de once años la persecución por defender la libertad de expresión y acceso a la información”.
Estados Unidos reclama al australiano para juzgarle por 18 delitos de espionaje e intrusión informática tras las revelaciones de su portal WikiLeaks, que, entre otras cosas, expuso abusos de ese país en las guerras de Irak y Afganistán.
Según la defensa, las acusaciones, que dice que pueden acarrear hasta 175 años de cárcel, están políticamente motivadas y, si acaban en condena, sería un precedente catastrófico para la libertad de prensa.