En alusión a la oposición y principalmente a Morena, Alejandro Moreno Cárdenas (“Alito”) dijo: “(Los priistas) encabezamos la primera línea de defensa del proyecto histórico de la Revolución Mexicana y para detener el desastre nacional.”
Pero en los hechos se ve que los priistas realmente representan el desastre nacional. Ni siquiera tienen cómo defender a la población mexicana de cualquier acción negativa de Morena y su jefe político, Andrés Manuel López Obrador, Presidente de la República.
Incluso, la tremenda cola que arrastran primerísimos cuadros del priismo ligados al peñismo o por su propio ejercicio de gobierno en entidades federativas, es el principal impedimento hasta para defenderse ellos mismos. Terminan canjeando impunidad.
Y los morenistas se pitorrean de tanto discurso inútil de los priistas. Ahí esta, el coordinador del Grupo Parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados, Ignacio Mier, acaba de decir que “hay unanimidad” para la aprobación de la reforma energética.
Los priistas tampoco se han preocupado por dejar crecer los liderazgos internos rumbo a las elecciones concurrentes de 2024 para renovar Presidencia de México, Senado y Cámara de Diputados, así como nuevamente la mayoría de los Congresos Locales y ayuntamientos.
Para no ir tan lejos, los priistas ni siquiera tienen candidatos y candidatas competitivos para las elecciones de gubernaturas 2022 en las seis entidades federativas con renovación de titular del Ejecutivo: Aguascalientes, Durango, Tamaulipas, Hidalgo, Quintana Roo y Oaxaca.
Ah, pero “Alito” asegura que para las elecciones locales 2022 el Revolucionario Institucional buscará “los mejores perfiles”. ¿En serio?
Es más, es un secreto a voces que en algunas de estas entidades los respetivos jefes políticos del priismo local desde hace tiempo entregaron la gubernatura a Morena, igual como lo hicieron con diversas diputaciones federales en las elecciones de junio pasado.
Entonces, ¿qué partido es el desastre nacional? ¿El PRI o Morena? ¿O ahí se la van dando?
Y para variar, ahora resulta que Alejandro Moreno Cárdenas quiere ser candidato del PRI a la Presidencia de México para las elecciones de 2024. Para eso le sirvió el marco de la reciente Asamblea Nacional del PRI, para de plano destaparse.
Imagínense, con un candidato priista así, Morena no necesita mover un solo dedo para retener la Presidencia de la República. Aunque tampoco es bueno confiarse dada la fragilidad de Morena: Ser un Movimiento (que no partido aun cuando legalmente tenga registro) y estar sostenido por Andrés Manuel López Obrador.
Pero por el momento, con un candidato priista como “Alito” Morena lleva las de ganar en 2024 y quizá tan contundentemente como en 2018 cuando menos la elección presidencial. Vaya, ¿quién cree que Moreno Cárdenas sea un buen candidato?
Tal vez solo quienes asistieron a la Asamblea Nacional, donde, por cierto, pulularon los delegados que se asumen como priistas por derecho de sangre o porque son allegados a la cúpula nacional o a las cúpulas locales del Revolucionario Institucional.
EXCEPCIONES
No todos los priistas representan un desastre nacional. Hay buenos priistas, comprometidos con las causas de la ciudadanía, trabajadores y con la camiseta bien puesta.
Pero son los menos.
ESPERANZAS EN UNA COALICIÓN
Es evidente que el PRI por sí solo no podrá ganar las elecciones 2024. Por eso centra sus esperanzas en una coalición con el PAN y el PRD, a los cuales tampoco les alcanza para triunfar per se, ni siquiera en las elecciones locales del próximo año.
Qué lástima que en tres años el PRI no haya dado el estirón. Por el contrario, poco a poco se va reduciendo a la nada política. Ya solo gobierna cuatro entidades federativas: Hidalgo, Oaxaca, Coahuila y Estado de México. El año que viene perderá las dos primeras y en 2023 quizá las otras dos.
Sin embargo, “Alito” hace las siguientes cuentas alegres: “Somos más competitivos y ganamos la confianza de la ciudadanía. Está claro hoy que en todas las encuestas públicas a nivel nacional, el PRI tiene 20 por ciento, PAN 20 por ciento y PRD 4 por ciento, somos una coalición potente a nivel nacional, más de 44 puntos y obviamente (Morena) sabe que puede perder, que va a perder espacios de participación, así como le ganamos la mayoría en la Cámara de Diputados”.
Puede que Morena pierda espacios en las Cámaras del Congreso de la Unión, pero el PRI ni solo, ni en coalición podrá recuperar la Presidencia de la República, porque ni tiene proyecto de nación convincente, ni tampoco candidatura fuete, competitiva, arrasadora; salvo que ocurra un milagro.
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