Elecciones 2022

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Este año habrá elecciones en seis estados del país en medio aún de la pandemia y de un rebrote mundial de la variante Ómicron, donde desafortunadamente México no será la excepción, aunque las autoridades aquí sigan como ha sido la tónica desde el inicio en 2020 de no tener una estrategia ni recursos extraordinarios para ello, pero también de una economía que no logra repuntar, por lo mismo de la persistencia de la pandemia de Covid, pero obviamente por la ausencia de una política económica que apuntale la recuperación económica a partir de políticas y gasto público de apoyo a las PYMES. También serán unas elecciones en un contexto de extrema violencia, en lo que va del gobierno de López Obrador van 110 mil homicidios dolosos y recordemos que en las elecciones concurrentes de 2021 asesinaron a 102 políticos y hubo 1066 agresiones y sin duda este año no será la excepción.

Hasta ahora aún existe la idea de que las elecciones en las seis entidades será por parte de la oposición en coalición, aunque de manera abierta Movimiento Ciudadano ( MC) se haya desde temprano desmarcado de dicha alianza , por lo que la totalidad de la oposición partidaria no va en bloque, bueno, de lo que quedó de “oposición ” después del resultado electoral de 2018, esto es importante porque ese hecho histórico dejó en claro la crisis del sistema de partidos y pulverizó a la oposición sin que hasta la fecha haya habido un proceso de recomposición partidaria y como se ha observado desde entonces hay una especie de evaporación de dichas fuerzas políticas, como cascarones vacíos.

Por su parte, Morena, el partido político de López Obrador, que se autonombra movimiento, sigue sin poder contar con una estructura orgánica, ni reglas institucionales claras, continúa como desde el principio, siendo un mazacote político que sobrevive gracias a la inercia del lopezobradorismo y de las estructuras gubernamentales particularmente de la secretaria que gestiona los programas sociales del gobierno federal, y de una narrativa que lo mantiene como opción frente a la crisis partidaria de la oposición. Los últimos acontecimientos de definición de las candidaturas de Morena para las gubernaturas lo retratan como lo que es: un aparato partidario al servicio del poder presidencial sin estructura ni vida democrática para la toma de decisiones fundamentales.

Pero, en ambos casos (oposición y Morena) hay un vacío en su narrativa programática y ni que decir de ideología o principios partidarios, es claro que no hay que creerse lo del discurso socialdemócrata de los actuales dirigentes del PRI que es más una broma de mal gusto a esa corriente política viniendo de quienes ahora controlan la dirección de ese partido y conociendo su historia política. Así es que de cara a las elecciones este año podemos señalar que estarán definidas por las secuelas de la derrota partidista desde 2018 del sistema de partidos,el miedo de los gobernadores al presidente para evitar persecución política en el muy probable caso de derrota y por otro lado, por la operación política del gobierno federal con sus programas sociales y un discurso frontal de ataque a la corrupción de los gobiernos salientes para sostener el encono social que desde 2018 se mantiene desde el presidente a sus adversarios, así es que la única posibilidad que existe de que candidatos que no son de Morena triunfen es su historia y perfiles personales, será pues, la posibilidad de que el carisma personal y poderes locales apoyando puedan construir una estructura política para la movilización electoral y una narrativa contra los resultados de la gestión presidencial, sin caer en la trampa de hacerlo personal porque López podrá ser popular pero los resultados gubernamentales son un gran fracaso y esa es justo la materia de donde puede construirse la narrativa de los candidatos no morenistas.

Para el elector su voto será en función de la percepción que tenga en ese momento de los candidatos y de los cascarones de partido, pero también estará en base a las emociones que los candidatos sobre todo y las narrativas del contexto que hayan influido para hacerlo ir a las urnas, no olvidemos que previo a eso habrá una pantomima de “revocación del mandato presidencial ” y además solo serán elecciones locales sin tanto impacto mediático nacional. El discurso presidencial en contra del INE será usado sin duda por Morena y sus acólitos si las preferencias electorales durante las campañas no favorecen a sus candidatos, ese será otro de los frentes de batalla con los institutos locales electorales a lo qué hay que estar atento. Este año pues, las elecciones continuarán los discursos polarizantes en medio de las crisis que afectan de manera directa a la sociedad, pero no a la lucha por el poder, ojalá no llegue la sangre al río.

@aguilarsoliss