Una subida sin techo para el rearme

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Al presidente Joe Biden  le llovieron presiones de sus propios miembros del Partido Demócrata para que en el Presupuesto de 2022 redujera su gasto militar y privilegiara el rubro de sanidad. Tras dilatados meses de discusiones y luego de  los informes del Pentágono y de la CIA que ubican a China como el  mayor riesgo para la Unión Americana, el Congreso finalmente aprobó un incremento del 5% en Defensa para el año fiscal recién iniciado.

Con el mandatario estadounidense (cumple un año en  el poder el 20 de enero) el presupuesto militar escala hasta los 760 mil millones de dólares lo que representa un gasto per cápita en este renglón de 2 mil 296.07 dólares.

Al menos 7 mil 100 millones de dólares irán destinados a mejorar la capacidad de las fuerzas armadas norteamericanas desplegadas en el Pacífico con especial preponderancia en la zona del Indo-Pacífico; y 300 millones de dólares para la alianza militar de soporte a Ucrania.

La aprobación de la Ley de Autorización de Defensa Nacional contempla la creación de una comisión independiente a fin de evaluar la situación en Afganistán y la retirada de las tropas.

El actual presupuesto militar de Estados Unidos es histórico y pone especial énfasis en el rearme de China y de Rusia y de otros actores con los que tiene rispideces como Corea del Norte e Irán.  Como proporción del PIB destina el 3.7% en Defensa.

Un informe  elaborado por la consultoría Deloitte señala que la industria de defensa ha estado considerablemente más aislada del impacto global del coronavirus que, por ejemplo, la industria aeroespacial comercial.

En opinión de la firma británica, con el Ejército de Estados Unidos cambiando gradualmente su enfoque hacia Medio Oriente, las compañías de defensa deben enfatizar la creación de capacidades mejoradas en aviones de combate, resiliencia espacial, construcción naval y seguridad cibernética para impulsar el crecimiento.

El Pentágono realizará  una fuerte inversión en investigación y desarrollo en varios proyectos como el F-35 Joint Strike Fighter de quinta generación y el B-21 un bombardero de largo alcance. Pero también la inversión irá destinada a equipos militares de alta gama, así como aviones de combate militares no tripulados, defensas cibernéticas, de inteligencia e hipersónicas.

El análisis de Deloitte proporciona información que ubica al gasto militar global en 2020 en 1.98 billones de dólares, muy a pesar  de que la economía mundial cayó 4.4% dicho año. Ni siquiera el estancamiento contuvo el gasto bélico.

A COLACIÓN

También China ha elevado su gasto militar con un porcentaje que representa el 1.7% de su PIB,  básicamente ha canalizado más de 252 mil millones de dólares para atender sus prioridades estratégicas este año.

A este respecto los analistas de Deloitte destacan que Beijing lleva aprobando año tras año, más y más gasto militar, en una larga carrera ascendente que es bastante llamativa tras décadas de contención.

De acuerdo con el informe, el gasto militar de China ha aumentado durante 26 años consecutivos, es la serie más larga de años ininterrumpidos debido a sus planes de modernización y expansión, en línea con un deseo declarado para ponerse al día con otras potencias militares líderes.

Dentro del contexto de los doce riesgos que en 2022 podrían manifestarse, Atlantic Council, señala que en un mundo bifurcado como el actual la repetición de la Guerra Fría con el final que se tuvo con los soviéticos es improbable.

Lo que no puede obviarse son los crecientes roces geoestratégicos: recientemente Taiwán dio a conocer que aprobó gastos adicionales militares por 8 mil 600 millones de dólares destinados a fortalecer sus capacidades de defensa contra China luego de que el año pasado, Taipéi compartiese un informe al Pentágono, en el que reflejó diversas incursiones dentro de su espacio aéreo por parte de 970 aviones de combate chinos por diversos períodos de tiempo.

El escenario de tensiones y roces internacionales pesa  en las estrategias de seguridad de los países como si en la actual guerra biológica no fuese suficiente con los casi 6 millones de fallecidos por coronavirus acumulados hasta ahora.  La gente requiere más y mejor atención médica… más hospitales y menos armas.