Analistas de la capital del país coinciden en que el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, “sabe” escuchar a los adversarios del régimen, y que –lo más importante– “no está comprando” los pleitos de su jefe, el presidente Andrés Manuel López Obrador. A diferencia de la titular de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, por ejemplo, que también embate a los actores opuestos al de Tepetitán, como ha sido el caso del presidente del INE, Lorenzo Córdova, el otro tabasqueño del gabinete no secunda al de Macuspana en su guerra matutina contra los que piensan diferente a él.
Esto hace suponer que López Obrador ya quiere “bajarle” al pleito con sus adversarios, aunque ayer volvió a embestir al Instituto Nacional Electoral.
¿La maniobra del policía bueno y el malo: mientras AMLO azota a sus adversarios, el segundo les soba el lomo? Esta ambivalencia podría deberse a dos factores:
1.- El presidente finalmente ha aceptado que uno de los principales problemas nacionales es la división entre los mexicanos. Quizá no lo admita así, pero es posible que ya haya reparado que en las mañaneras se trasfunde el odio que polariza al país.
2.- Por eso Adán Augusto está curando las heridas que abre el de Macuspana. Es él quien tiene encuentros con personajes a los que el mandatario no les recibe ni el saludo, como el caso del senador zacatecano Ricardo Monreal y el gobernador de Tamaulipas, Francisco Cabeza de Vaca, a quien la federación le fue encima, sin éxito, con todo el aparato.
Si la fórmula se aplica en Tabasco, el gobernador Carlos Manuel Merino Campos tampoco puede cargar con los tabasqueños malvistos por el secretario de Gobernación. La máxima de “no comprar pleitos ajenos” podría aplicarse en casa.
Además, mientras Adán Augusto recorre el país “apagando” fuegos políticos y se reúne con los enemigos reales y supuestos de su jefe, en Tabasco no puede continuar el clima de linchamiento cuyo origen se remonta a las elecciones para gobernador de 2018.
Al menos en el Congreso local, las sesiones han trascurrido con civilidad y no se ha dejado sentir la aplanadora morenista contra una oposición que si bien es trunca en número, sí sabe hacer ruido por el fogueo de la diputada priísta Soraya Pérez Mungía.
En la Legislatura federal pasada, la hija del ex alcalde cardenense Nelson Pérez resintió la fuerza del aparato gubernamental por mantener una postura distinta a la del régimen.
Acaso el clima actual de concordia se deba a que el líder de la Junta de Coordinación Política de la Cámara, Jaime Lastra Bastar, ha logrado mantener los equilibrios.
Muy pronto se sabrá si las palomas que últimamente surcan el azul de Tabasco van a mantener el vuelo.
PARA SU INFORMACIÓN…
EL COLEGIO DE Abogados Tabasqueños pidió ayer al presidente del Tribunal Superior de Justicia de Tabasco (TSJT), Enrique Priego Oropeza, cumplir en los recintos judiciales los acuerdos emitidos por el Consejo de la Judicatura del estado en cuanto a medidas preventivas ante la situación de salud derivada de la pandemia. A propósito del Poder Judicial, el exgobernador interino sigue cercado en su despacho: se asegura que su secretario particular, Jesús Díaz Méndez, es el que le dice a quien recibe y a quien no. El historial de intrigas que arrastra este sujeto, de quien hay mucho, pero mucho más, viene desde que estuvo en la administración del ISSET, cuando su titular era Agapito Domínguez, período registrado como el más negro de esta institución.
@RodulfoReyes