¿A quién le habla el presidente?

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El revuelo causado por la contestación del presidente de México a los Eurodiputados que mayoritariamente hicieron un llamado de atención a López Obrador por los continuos asesinatos de periodistas.

Tuvo como consecuencia que el presidente tratara de borregos a los eurodiputados acusandolos de apoyar a los “reacionarios y golpistas” que tratan de frenar su tristemente célebre Cuarta Transformación.

“Es lamentable que se sumen como borregos a la estrategia reaccionaria y golpista del grupo corrupto que se opone a la Cuarta Transformación, impulsada por millones de mexicanos para enfrentar la monstruosa desigualdad y la violencia heredada por la política económica neoliberal que durante 36 años se impuso en nuestro país”

Fue lo que parece una airada y frontal respuesta del presidente que en ningún momento trato de cuidar las formas diplomáticas y políticas.

Los mismos miembros de la izquierda reaccionaron, y esto es mucho decir, al escrito, la senadora Patricia Armendáriz reaccionó pidiendo que la SRE desmintiera el comunicado, pero poco tiempo después, ya que alguien le dijo que era real, se desdijo y terminó dando su apoyo, como borreguita, ni modo las expresiones y adjetivos del presidente se contagian, y si como borrega apoyó el comunicado del presidente.

Otro fue Fernández Noroña, que a pesar de que no se distingue por ser un buen diplomático, terminó aceptando que la contestación de Obrador estaba un poco pasadita de crema, o lo que sea que le puso.

La respuesta del presidente sorprendió a los fanáticos de la 4T, cualquiera de ellos podía darse cuenta que la respuesta fue injuriosa y desproporcionada.

Pero…

¿Realmente el presidente le contestó al Parlamento Europeo?

Y aquí déjeme agregar otras preguntas:

¿Realmente el presidente quiere que España se disculpe con México?

¿Realmente el presidente piensa que el Secretario de Estado de Estados Unidos Antony Blinken es injerencista por pedir que se proteja a los periodistas?

¿Acusar de ser de la Santa Inquisición a la Canciller Panameña Erika Mouynes porque se negaron a aceptar como embajador de México en Panamá a una persona que es señalada por abusos sexuales?

La respuesta es no. No le interesa lo que se diga de su gobierno, o de él mismo en otros países. La estrategia del presidente es que con estos desplantes y escándalos el ciudadano menos educado de México se forje la idea de que el presidente defiende a México, que es un David que enfrenta a un gigante, que tiene el valor de enfrentarse a las colosales fuerzas del mal que viven en otros países y que buscan acabar con el nuestro. Los más pobres no entienden que esos desplantes y alharacas del presidente no son más que eso, vociferaciones de un charlatán que sabe perfectamente no tendrán ninguna consecuencia real, pero que si creará una imagen falsa de mesías salvador entre la población.

La Pausa

El ejemplo que recientemente tuvo lugar fue lo de la famosa “pausa” con las relaciones con España.

Cuando las autoridades españolas y la prensa le cuestionaron al presidente de México que quería decir con “pausa” si quería decir que México rompería relaciones con España, López contestó “No, no, todo sigue igual”, cuando se le insistió en que quería decir con “pausa” solo dio respuestas evasivas y cantinflescas.

En resumen, con las relaciones con España no pasó nada.

¿Entonces por qué utiliza ese recurso el presidente de atacar verbalmente a los países y sus representantes?

En primer lugar los usa como distractores para que la población olvide lo más pronto posible sus errores, que suelen ser enormes, y lo hace porque sabe perfectamente que estas declaraciones informales no tienen ningún valor mientras no las comunique oficialmente y por escrito al otro país, si no existe esta comunicación oficial el país ofendido, si así lo desea, no se dará por enterado.

Es tan patética pero a la vez eficaz esta táctica del presidente, que en el ámbito internacional pocos países lo toman en serio y en lo nacional cada vez más seguidores del cómico que vive en Palacio Nacional terminan desencantados porqué quizás el pueblo bueno no sepa mucho de técnica diplomática pero tienen sentido común que les dice que ese actuar errático y tan lleno de pretextos que buscan culpar a otros solo develan a un pequeño mago de la simulación, la incompetencia y la traición.